ARGENTINA, Juan Barbosa •
Presidida por Mons. Ángel Rossi, arzobispo de Córdoba y concelebrada por los obispos de las distintas diócesis, la misa de acción de gracias por los 10 años de la designación del Papa Francisco como pontífice de la Iglesia fue sumamente emotiva y plena de recuerdos, de anécdotas y de agradecimiento a Jorge Mario Bergoglio por su acción pastoral de más de 50 años. La Iglesia de Córdoba dijo ¡presente! —
Un marco imponente desde lo físico y lo espiritual
La iglesia catedral de Córdoba es una verdadera belleza y el marco que la rodea es el corazón mismo de la “Docta Ciudad” como se la llama con cierto y justificado orgullo. Alberga en su interior lo más profundo de la cultura cordobesa y su suntuosidad no ocupa el lugar del recogimiento y la oración, sino que los complementa con singular cercanía.
Colmada de fieles, pudo verse un altar totalmente cubierto de cercanos pastores, obispos de distintas diócesis y, como no había espacio suficiente, sacerdotes y diáconos acompañaban desde una de las naves prolijamente dispuesta.
Mons. Ángel Rossi con palabras muy cercanas y emotivas
Cuando el Papa Francisco era el P. Bergoglio y Mons. Rossi era el P. Ángel (ambos siguen siendo PADRES y con todas las letras) compartieron algunos años en la residencia jesuita de Córdoba, un lugar de singular belleza que permite un profundo recogimiento.
Allí las anécdotas se agolpan y el contar las que relató nos llevaría páginas enteras. Rescatemos el concepto principal a modo de “hilo rojo”. Un hombre con una sencillez, una humildad y una capacidad intelectual verdaderamente sorprendentes. En momentos de prueba, que los ha pasado y no han sido pocos, su fe resultó inquebrantable y su amor a la Eucaristía jamás tuvo ningún doblez.
Verdaderamente, el habernos dado el Papa Francisco es una enorme delicadeza de la Divina Providencia.
Pastores con su pueblo
Al finalizar la celebración, Mons. Ángel Rossi y su Auxiliar, Mons. Ricardo Seirutti, saludaron en el atrio a cada fiel con una cercanía que denotaba un trato personal “como si los conociera de toda la vida”. Verdaderamente sorprende la calidez de estos pastores con olor a oveja, como nos dice el Papa Francisco sobre los sacerdotes cercanos a los fieles.
Como bien sabemos, los Madrugadores estamos siempre en salida y, como en pocos días será el rosario de Madrugadores, que ya es latinoamericano y está cumpliendo tres años de rezo ininterrumpido, le pedí a Mons. Seirutti unas palabras. ¡Siempre tan cálido!
También al saludar a Mons. Rossi le hablé de Madrugadores y me saqué una selfie que conservaré por siempre, dada mi admiración por este Pastor (con mayúsculas).
Un párrafo aparte para Mons. Carlos José Ñañez, Obispo emérito de Córdoba, quien concelebró la Eucaristía y fue saludado con enorme cariño por todos nosotros.
¡Gracias, buen Padre Dios, por Francisco! ¡Gracias también por nuestros pastores en Córdoba!
Como digo en la Nota, Mons. ángel Rossi en su homilía citó muchas anécdotas y realidades. Entre estas últimas, una que es muy importante.
Decía que «de su rodilla anda más o menos pero, de la rodilla para arriba, está tan impecable como siempre».
¡Un gran Papa tenemos gracias al Espíritu Santo!