Mamerto

Publicado el 2021-09-05 In Iglesia - Francisco - Movimientos

La Iglesia argentina de fiesta: Fray Mamerto Esquiú ya es beato

ARGENTINA, AICA/mf •

Fray Mamerto Esquiú fue proclamado beato el 4 de septiembre en una celebración eucarística en San José de Piedra Blanca, Catamarca, presidida por el cardenal Luis Héctor Villalba, arzobispo emérito de Tucumán y enviado papal para la ocasión. —

La misa fue concelebrada por varios arzobispos y obispos de toda Argentina, entre ellos, el obispo auxiliar de La Plata, monseñor Jorge Esteban González, miembro de la Federación de Presbíteros Diocesanos de Schoenstatt.

Mons Jorge GonzalezEn un saludo enviado vía WhatsApp, Mons. Jorge González escribió:

En la casa natal de Fray Mamerto Esquiú, puse en las manos de Nuestra Señora del Valle tus intenciones y la vida de cada uno de ustedes”.

Después de la lectura de la biografía de Fray Mamerto Esquiú, comenzó el rito de la beatificación, en la que el cardenal Villalba leyó en latín la carta apostólica en la que el papa Francisco concede la beatificación y establece la fecha de la fiesta litúrgica.

Acogiendo el deseo de nuestros hermanos, Carlos José Ñáñez, arzobispo de Córdoba, y Luis Urbanc, obispo de Catamarca, así como de muchos otros hermanos en el episcopado, y de muchos fieles; y después de haber recibido el parecer de la Congregación para las Causas de los Santos, con nuestra autoridad apostólica, concedemos que el venerable Siervo de Dios Mamerto Esquiú, de la Orden de Frailes Menores, obispo de Córdoba, promotor del bien común, actor celante y fiel anunciador del evangelio, de ahora en adelante sea llamado beato”, leyó en español Fray Emilio Luis Andrada, superior de la provincia franciscana.

En tanto, el locutor exclamó: “Fray Mamerto de la Ascensión Medina ha sido incluido en el Libro de los Beatos” y a las 10.39 se desplegó la imagen oficial de Fray Mamerto Esquiú, beato.

En la carta apostólica también se indicó que la fiesta litúrgica establecida en honor del Beato Fray Mamerto Esquiú sea el 11 de mayo.

Alegría, gozo y una nueva esperanza

Antes de la procesión de entrada del celebrante y los demás obispos, hizo la entrada triunfal la imagen de Nuestra Señora del Valle.

En la homilía, el cardenal Villalba exclamó: “¡Alegrémonos en el Señor! Hoy es un día de fiesta, hoy es un día de gozo. Grande es la alegría en el Cielo y en la Tierra por la beatificación de Mamerto Esquiú”.

“Alegría para la orden de los franciscanos, a la que pertenecía Esquiú, alegría para la Iglesia de Catamarca, en donde nació, vivió y murió, alegría para la Iglesia de Córdoba, de la que fue obispo durante dos años, alegría para la Iglesia de Argentina, alegría para la Iglesia católica entera que celebra en Esquiú una nueva esperanza”, puntualizó.

“El gozo proviene del hecho de que un miembro de la Iglesia, un hombre de nuestra patria, un hermano nuestro, es reconocido beato, honrado e invocado como tal”, agregó.

«Beato quiere decir salvado y glorioso. Quiere decir ciudadano del Cielo. Mamerto Esquiú como religioso, como sacerdote, como obispo es un modelo para imitar y como San Pablo puede decirnos a todos: ‘Sigan mi ejemplo, así como sigo yo, sigo el ejemplo de Cristo’. Y, a la vez, Mamerto Esquiú es un intercesor en favor nuestro. La Iglesia nos dice, al beatificarlo, que lo podemos invocar y a él podemos orar, pues ya participa de la felicidad eterna”, precisó.

El cardenal Villalba subrayó que “la beatificación de Mamerto Esquiú es una invitación a todos nosotros para que caminemos en la huella abierta por Jesucristo, una invitación para caminar hacia la santidad”.

Mamerto

¿Cómo es la vida de Mamerto Esquiú? ¿Cómo es su historia? ¿Cómo ha llegado a ser beato?

“Ustedes ya lo conocen. No es este el momento de hacer su biografía, tampoco de hacer un panegírico.

Pero al menos quiero señalar algunos rasgos de su vida.

Mamerto Esquiú nació el 11 de mayo de 1826 aquí, en esta localidad de Piedra Blanca, en la provincia de Catamarca. Su familia era religiosa y trabajadora. Ingresó a la Orden Franciscana de Hermanos Menores (O.F.M.) donde profesó los votos religiosos de pobreza, castidad y obediencia y se ordenó sacerdote, a los 22 años, el 18 de octubre de 1848. Se esmeró en la enseñanza y en la predicación. Desde joven enseñó filosofía y teología y también fue maestro de niños. Como sacerdote se dedicó al sacramento de la penitencia y a la dirección espiritual.

En 1862 se trasladó al Convento franciscano de Tarija en Bolivia, en búsqueda de una vida religiosa más regular y retirada, dedicándose a la enseñanza de la teología. En 1864 se traslada a Sucre, capital de Bolivia, a pedido del Arzobispo del lugar, para enseñar en el Seminario. En el año 1872 viajó como misionero a Perú y Ecuador. Y al año siguiente regresa a Tarija.

En 1876 viajó a Roma y a Tierra Santa. En Roma, Esquiú se encuentra con el General de la Orden Franciscana, que dispone que regrese a Catamarca para trabajar por el restablecimiento de la vida común en los conventos. Así, después de 16 años de estar ausente, regresa a Catamarca en 1878. En 1880 es nombrado Obispo de Córdoba.

En su segundo año como Obispo, fue a la Rioja, que pertenecía a su diócesis, a visitar a sus fieles y administrar los sacramentos. Y en el viaje de regreso a su sede episcopal de Córdoba, murió el 10 de enero de 1883, en la posta catamarqueña de El Suncho. Tenía 56 años.

Esquiú buscó ser santo. Buscó, sobre todo, hacer la voluntad de Dios. Lo que importa, decía, es hacer a todo trance la voluntad de Dios. Construyó su vida de santidad sobre Jesucristo. Su meta era conocer y amar a Jesús para grabar su imagen en su alma. La Palabra de Dios ocupó un lugar central en su vida. Mamerto Esquiú fue un sacerdote de profunda oración, dedicaba mucho tiempo a la oración. Tenía un gran amor a la Santísima Virgen María y a San José.

Esquiú fue un Obispo misionero que se dedicó a visitar todas las comunidades de su extensa diócesis. No sólo misionó en las Parroquias, sino también en las Capillas. En los lugares donde no había Iglesias, misionaba en los pequeños poblados o en las estancias.

Esquiú fue un Obispo Pastor que se destacaba por su humildad, por su pobreza y por la austeridad de su vida.

Esquiú fue un pastor que se entregó a los pobres al estilo de San Francisco. Era infatigable en la asistencia a los enfermos y en la administración de los sacramentos.”

La alegría del Papa Francisco con el nuevo beato

El papa Francisco celebró este domingo, tras el rezo del ángelus la beatificación de Fray Mamerto Esquiú: “¡Al fin un beato argentino!” exclamó el pontífice.

La alegría del Santo Padre transmitida a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro destaca la beatificación de Fray Mamerto Esquiú, este sábado 4 de setiembre, en la localidad de San José de Piedra Blanca, en Catamarca.

Sobre él el Santo Padre puntualizó que “fue un celoso anunciador de la Palabra de Dios para la edificación de la comunidad eclesial y civil” y animó a que su ejemplo “nos ayude a unir siempre la oración y el apostolado y a servir a la paz y a la fraternidad.

“¡Un aplauso para el nuevo Beato!”, invitó a los fieles, que se unieron en el aplauso gozoso para celebrar al beato argentino.

 

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