San José, padre en la sombra

Publicado el 2020-12-11 In Año de San José, Francisco - iniciativas y gestos, Iglesia - Francisco - Movimientos

“Padre trabajador“, ”padre en la sombra“. Un Año de san José

AÑO DE SAN JOSÉ, redacción •

“En la familia de mi esposo todos los hombres tienen por primer o segundo nombre José”, comenta Elisa, de Costa Rica, apenas recibió la noticia del Año de san José proclamado por el Santo Padre el 8 de diciembre de este año de pandemia. La capital de Costa Rica, San José, debe también estar de fiesta como tantos José en la familia de Schoenstatt. Pero -¿Qué es el mensaje que el Espíritu Santo, a través del Papa Francisco, emite en este momento de la historia a nosotros, con la carta titulada “Patris Corde”, «Con Corazón de Padre»? —

Corazón de un padre

“El mundo -afirma Francisco- necesita a los padres, rechaza a los maestros, es decir, rechaza a quienes quieren utilizar la posesión del otro para llenar su propio vacío; rechaza a quienes confunden autoridad con autoritarismo, servicio con servilismo, enfrentamiento con opresión, caridad con bienestar, fuerza con destrucción”.

“Ser padre -especifica- significa introducir al niño a la experiencia de la vida, a la realidad. No lo retengas, no lo aprisiones, no lo poseas, sino hazlo capaz de opciones, de libertad, de partidas. Quizás por eso, junto con el apelativo de padre, la tradición también ha colocado el de “muy casto” a José. No es una indicación meramente afectiva, sino la síntesis de una actitud que expresa lo contrario de la posesión”.

Nos regala una nueva o renovada visión de paternidad, maternidad, autoridad y poder, siempre importante y aun mas en tiempos de una sensibilidad crecida sobre el abuso de poder.

Vocación como don de sí mismo, como servicio desinteresado en la vida de los demás

“Toda vocación verdadera nace del don de sí mismo, que es la maduración del simple sacrificio. También en el sacerdocio y la vida consagrada se requiere este tipo de madurez. Cuando una vocación, ya sea en la vida matrimonial, célibe o virginal, no alcanza la madurez de la entrega de sí misma deteniéndose sólo en la lógica del sacrificio, entonces en lugar de convertirse en signo de la belleza y la alegría del amor corre el riesgo de expresar infelicidad, tristeza y frustración.”

Nos regala una nueva o renovada visión de vocación, no como un premio o privilegio o una razón de veneración, ni como un sacrificio con el gusto de victimarse, sino como reto de madurez personal.

San José

Pintor: Luigi Crosio

La Carta tiene varios capítulos dedicados a diversos aspectos de la figura de José: “Padre amado”, “Padre en la ternura”, “Padre en la obediencia”, “Padre en la acogida”, “Padre con valor creativo”, “Padre trabajador“, ”Padre en la sombra“.

Miremos a dos de ellos, el primero en vista de nuestra espiritualidad de trabajo, otro en vista de nuestro entender de autoridad como ser autores de vida. Un poco de reto, sí.

El trabajo, colaboración con Dios en la gestación de un nuevo orden social

“San José era un carpintero que trabajaba honestamente para asegurar el sustento de su familia. De él, Jesús aprendió el valor, la dignidad y la alegría de lo que significa comer el pan que es fruto del propio trabajo.

La persona que trabaja, cualquiera que sea su tarea, colabora con Dios mismo, se convierte un poco en creador del mundo que nos rodea. La crisis de nuestro tiempo, que es una crisis económica, social, cultural y espiritual, puede representar para todos un llamado a redescubrir el significado, la importancia y la necesidad del trabajo para dar lugar a una nueva “normalidad” en la que nadie quede excluido. La obra de san José nos recuerda que el mismo Dios hecho hombre no desdeñó el trabajo. La pérdida de trabajo que afecta a tantos hermanos y hermanas, y que ha aumentado en los últimos tiempos debido a la pandemia de Covid-19, debe ser un llamado a revisar nuestras prioridades. Imploremos a san José obrero para que encontremos caminos que nos lleven a decir: ¡Ningún joven, ninguna persona, ninguna familia sin trabajo!”

Esperamos con ansiedad como proyectos como CIEES o IKAF acuñarán y plasmarán una espiritualidad de trabajo y el dar trabajo en este año de San José.

La vocación del padre “en la sombra”

“La paternidad que rehúsa la tentación de vivir la vida de los hijos está siempre abierta a nuevos espacios. Cada niño lleva siempre consigo un misterio, algo inédito que sólo puede ser revelado con la ayuda de un padre que respete su libertad. Un padre que es consciente de que completa su acción educativa y de que vive plenamente su paternidad sólo cuando se ha hecho “inútil”, cuando ve que el hijo ha logrado ser autónomo y camina solo por los senderos de la vida, cuando se pone en la situación de José, que siempre supo que el Niño no era suyo, sino que simplemente había sido confiado a su cuidado. Después de todo, eso es lo que Jesús sugiere cuando dice: «No llamen “padre” a ninguno de ustedes en la tierra, pues uno solo es su Padre, el del cielo» (Mt 23,9).

Siempre que nos encontremos en la condición de ejercer la paternidad, debemos recordar que nunca es un ejercicio de posesión, sino un “signo” que nos evoca una paternidad superior. En cierto sentido, todos nos encontramos en la condición de José: sombra del único Padre celestial, que «hace salir el sol sobre malos y buenos y manda la lluvia sobre justos e injustos» (Mt 5,45); y sombra que sigue al Hijo.”

Esperamos entender mejor en este Año de San José la ahora tan cuestionada paternidad del Padre Kentenich como “sombra del Padre, sombra que sigue al Hijo”.

«Que no se diga que te haya invocado en vano «

Francisco termina la carta con una oración breve a San José:

Salve, guardián del Redentor
y esposo de la Virgen María.
A ti Dios confió a su Hijo;
en ti María puso su confianza;
contigo Cristo se hizo hombre.

Oh Beato José, muéstrate también como padre para nosotros
y condúcenos en el camino de la vida.
Obtén para nosotros gracia, misericordia y valor,
y defiéndenos de todo mal. Amén.+

Pero hay una oración mas en esta carta, una con toque personal. Un cierto reto.

El Papa – como cada sacerdote – reza las laudes y luego,  día a día desde hace 40 años, aquella antigua oración encontrada en un libro de devoción francés del siglo XIX. El destinatario de ese «cierto reto» cotidiano, como lo llama, es san José porque, después de haberle confiado todo, «situaciones tan graves y difíciles», esa vieja plegaria termina así: «Que no se diga que te haya invocado en vano”.

«Glorioso patriarca san José,
cuyo poder sabe hacer posibles las cosas imposibles,
ven en mi ayuda en estos momentos de angustia y dificultad.
Toma bajo tu protección las situaciones tan graves y difíciles que te confío,
para que tengan una buena solución.
Mi amado padre, toda mi confianza está puesta en ti.
Que no se diga que te haya invocado en vano
y, como puedes hacer todo con Jesús y María,
muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder. Amén».

San José

San José, pintor: Luigi Crosio

 

Texto completo de la carta «Patris Corde»

Etiquetas: , , , , ,

1 Responses

  1. Roberto dice:

    Qué lindongesto donde la imagen del padre es más sinonimo de ausentismo. Un año dirigido a todos los padres llamados a acompañar a nuestros hijos. Te invocamos en esta noble tarea, ayúdanos a ser conductores en amor.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *