Publicado el 2019-07-14 In Francisco - iniciativas y gestos, Francisco - Mensaje, Iglesia - Francisco - Movimientos

Migrantes – “símbolos de todos los descartados“

PAPA FRANCISCO, MISA CON REFUGIADOS, María Fischer •

En una basílica de San Pedro llena de espíritu solidario por los 250 inmigrantes, rescatistas y sobrevivientes del cementerio del Mediterráneo, el papa Francisco lanzó el 8 de julio, aniversario de su viaje histórico a Lampedusa en 2013 -primer viaje programático de su pontificado-, una petición renovada y fuerte para ayudar a esos «símbolos de todos los descartados» que son las personas que migran. «Son antes que nada seres humanos», afirmó, en medio de la tensión que se vive en Italia por los cruces entre el gobierno y las ONG que rescatan personas en altamar.—

Siempre hubo personas que arriesgaron su vida al cruzar el mar, nadando, en botes, en barcos. Los “Boat People” de Vietnam, los jóvenes alemanes que se tiraron al Mar Báltico en tiempos del comunismo, los más de 900 judíos que abandonaron Alemania en 1939 a bordo de un crucero de lujo, el SS St Louis y que esperaban llegar a Cuba y de ahí viajar a Estados Unidos. En La Habana los mandaron de vuelta a Europa, donde más de 250 de ellos acabarían muertos por los nazis. Los cubanos habían decidido rechazar la mayor parte de las visas, probablemente por miedo a ser inundados por más inmigrantes huyendo de Europa. El capitán entonces dirigió el barco hacia Florida, pero las autoridades estadounidenses tampoco le permitieron atracar, a pesar de las peticiones personales al propio presidente, Franklin Roosevelt. Parece también le preocupaba la llegada masiva de inmigrantes…

“En este sexto aniversario de mi visita a Lampedusa, pienso en los “últimos” que todos los días claman al Señor, pidiendo ser liberados de los males que los afligen. Son los últimos engañados y abandonados para morir en el desierto; son los últimos torturados, maltratados y violados en los campos de detención; son los últimos que desafían las olas de un mar despiadado; son los últimos dejados en campos de una acogida que es demasiado larga para ser llamada temporal. Son sólo algunos de los últimos que Jesús nos pide que amemos y ayudemos a levantarse. Desafortunadamente, las periferias existenciales de nuestras ciudades están densamente pobladas por personas descartadas, marginadas, oprimidas, discriminadas, abusadas, explotadas, abandonadas, pobres y sufrientes. En el espíritu de las Bienaventuranzas, estamos llamados a consolarlas en sus aflicciones y a ofrecerles misericordia; a saciar su hambre y sed de justicia; a que sientan la paternidad premurosa de Dios; a mostrarles el camino al Reino de los Cielos. ¡Son personas, no se trata sólo de cuestiones sociales o migratorias! “No se trata sólo de migrantes”, en el doble sentido de que los migrantes son antes que nada seres humanos, y que hoy son el símbolo de todos los descartados de la sociedad globalizada”, dice el Papa Francisco, que parece gritar contra oídos sordos en un Europa que se pone en estado de pánico por una llegada masiva de inmigrantes.

Pero el tema de los migrantes que salen para buscar una vida fuera de pobreza extrema, persecución, guerra y hambre, no es sólo un tema de Europa. La mayoría de los refugiados vive en países como Uganda, Jordania, Ruanda… Hay quienes se dirigen a Estados Unidos, saliendo desde los países pobres e políticamente inestables de Centro América, hay quienes huyen de Venezuela y quedan varados en las fronteras de países de Sudamérica. “¡Son personas, no se trata sólo de cuestiones sociales o migratorias! “No se trata sólo de migrantes”…

No se trata sólo de migrantes

No se trata sólo de migrantes. En el campo más grande de refugiados en Uganda, un refugiado burundés ha fundado Schoenstatt. Ya son más de cien personas las que han sellado su alianza de amor con la MTA.

No se trata sólo de migrantes. Hasta la fecha son 2.800 los refugiados que la Comunidad de San Egidio ha logrado salvar y que les ha ayudado a encontrar la posibilidad de insertarse en Europa. Estos 2.800 refugiados han encontrado con la Comunidad de San Egidio una vía alternativa legal, saliendo en aviones directamente de los campos de refugiados para llegar a Italia, ya con sus visas y evitar el viaje de la muerte: cruzar el Mediterráneo en balsas, y evitar pagar a los traficantes de seres humanos que les «ayudan a cruzar el Mar». Desde el 2015, han llegado gracias a la acción de los corredores humanitarios de la Comunidad de San Egidio, más de 1.650 refugiados, la mayoría son sirios, que perdieron todo en Damasco y en Jons. Son musulmanes y cristianos. Para escoger estas familias, la Comunidad escogió las que tenían alguna fragilidad social sin importar su religión. Desde Etiopía llegaron 498 refugiados, la mayor parte de Eritrea que huyeron del país, buscando asilo político en el país vecino. Después de Italia, otros países europeos como Francia, Bélgica y Andorra, se unieron a esta propuesta de los corredores humanitarios siempre con la Comunidad de San Egidio.

“Aparece como algo natural el retomar la imagen de la escalera de Jacob. En Jesucristo, la conexión entre la tierra y el cielo es segura y accesible para todos. Pero subir los escalones de esta escalera requiere compromiso, esfuerzo y gracia. Hay que ayudar a los más débiles y vulnerables. Me gusta pensar, entonces, que podríamos ser nosotros aquellos ángeles que suben y bajan, tomando bajo el brazo a los pequeños, los cojos, los enfermos, los excluidos: los últimos, que de otra manera se quedarían atrás y verían sólo las miserias de la Tierra, sin descubrir ya desde este momento algún resplandor del Cielo”, dijo el Papa Francisco.

“Esta, hermanos y hermanas, es una gran responsabilidad, de la que nadie puede estar exento si queremos llevar a cabo la misión de salvación y liberación a la que el mismo Señor nos ha llamado a colaborar. Sé que muchos de vosotros, que habéis llegado hace tan sólo unos meses, ya estáis ayudando a los hermanos y hermanas que han venido recientemente. Quiero agradeceros este hermoso signo de humanidad, gratitud y solidaridad.”

Texto completo de la homilia del Papa Francisco, 08.07.2019

 

 

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1 Responses

  1. marta suarez dice:

    Que hermoso todo lo que puede hacer Schoensttat en el mundo por amor a Jesus y a la Mater siempre atenta a las necesidades de sus hijos

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