Publicado el 2017-05-13 In Iglesia - Francisco - Movimientos

Laudato Si – un tema de nuestro mundo real

PARAGUAY, Maria Fischer •

“¿Y ahora qué?” Mons. Francisco Pistilli, obispo de Encarnación, Paraguay, plantea esta pregunta, en la  Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción Campus Itapúa, en su  Conferencia sobre LAUDATO SÍ, en el marco del Primer Aniversario de conformación de la Red de Educación Ambiental de Encarnación. Esta conferencia se realizó a casi dos años de la publicación de Laudato Si, la  segunda encíclica del Papa Francisco, firmada el 24 de mayo, Solemnidad de Pentecostés, del año 2015, que fue presentada el 18 de junio de 2015A la actividad, asistieron a la misma autoridades, docentes, alumnos y representantes de entes que trabajan a favor de la preservación del medio ambiente.

No se trata de una discusión teológica, destacó, sino de un tema de nuestro mundo real, y exige una respuesta no meramente teológica, sino real. Mons. Las propuestas concretas del obispo dejan a muchos de sus jóvenes oyentes boca abiertos: cerrar la canilla del agua mientras nos lavamos los dientes, que dejemos los baños públicos como queremos encontrarlos. Si en cada parroquia encontramos un recipiente donde dejar las pilas usadas, en vez de tirarlas a la basura común, ya estaríamos en lo que el Papa Francisco nos propone con tanta urgencia: construir una cultura ecológica. Para esto, dice, no vale esperar hasta que «alguien» promulgue «alguna» ley. Hace falta responsabilidad, decisión propia y personal, cambiar algo, hacer algo, salir de lo cómodo. Ya no más repetir «ya hacemos mucho» y «ya tenemos tanto» y empezar a usar el arriesgado «se puede hacer y tener algo más y el  protagonista del cambio soy yo».

Unir en vez de polarizar

Hay un temporal en el aire en esta noche húmeda y calurosa en Encarnación y los ventiladores de la Aula Magna de la Universidad no pueden con las condiciones a dos horas de una tormenta fuerte. Pero Mons. Francisco Pistilli capta la atención de todos cuando comienza a mostrarles la encíclica Laudato Si. Él habla de la ecología, el cuidar de la casa común. Habla de nuestra tierra, como un tema del mundo real; del trato del ser humano con su entorno, como un tema y desafío que tiene el potencial de unir a todos los hombres, a todos los sectores de la sociedad. Francisco parte del actuar humano y sus consecuencias y no de un dogma teológico. O sea, de algo que todos pueden compartir y comparten. Talvez solo alguien que ha sido formado en el pensar orgánico, como hijo espiritual de José Kentenich, puede captar tan fácilmente el gran potencial de esta encíclica.

Volviendo a la espiritualidad ecológica de San Francisco, explicó Mons. Pistilli, Laudato Si tiene la capacidad de unir la ciencia con la fe, y propone unir a todo el mundo en una misión común: la de sanar nuestra manera de vivir, de producir, de pensar, para proteger, cuidar y guardar nuestra casa común. El Papa Francisco dirige esta encíclica no solo a la Iglesia, sino a todo el mundo, tocando nervios sensibles respecto a la economía y a las tensiones sociales.

Lo mas importante y novedoso es, según Mons. Pistilli, que con el mensaje de esta encíclica no quiere polarizar, sino invitar a todos, realmente a todos, a mirar juntos a lo concreto, no a alguna ideología, sino a lo real, aquello que compromete e involucra.

Vivimos tiempos de polarización, dice, y el paso para salir adelante es no dividirnos en una mirada polémica, sino unirnos en las tareas concretas que debemos hacer.

«Es un tema que me inquieta hace un tiempo», comentó Mons. Pistilli un rato después, cuando gracias al temporal queda mucho tiempo para charlar con unos schoenstattianos en un pequeño restaurante en la Costanera.

Partiendo de la acción humana

El Papa Francisco en su Laudato Si parte de la acción humana, destacó Mons. Pistilli, y por eso vale preguntarse: pensando en el cuidado de la Casa Común, ¿quienes somos, que hacemos, hacia donde vamos nosotros, los Encarnacenos? Habla de temas concretos de esta ciudad y de esta diócesis, como de los oleros del barrio San Pedro de Encarnación, departamento de Itapúa. Ellos atraviesan por una difícil situación, porque como «daño colateral» de una hidroeléctrica, encuentran solo materia prima de mala calidad y esto perjudica a la producción final de ladrillos y sus ganancias. Es por esto que han debido migrar a otro lugar. «Cuando ellos sufren, todos nosotros sufrimos», dijo Mons. Pistilli. «No se trata de un grupo que reclama y otro que responde, sino que juntos miremos a lo concreto.»

En la encíclica, el Papa nombra unos puntos clave: los modelos de producción, tecnología y urbanización entre otros aspectos. El Papa hace un llamado a involucrarse, al cambio de actitud, a la solidaridad entre los que más tienen y los que no. «Se trata de temas que involucran y comprometen a todos: la cultura del descarte, el agua, la basura que contamina los ríos de los cuales sacamos lo que comemos…», comentó Mons. Pistilli. Con buen humor, también agregó que lo concreto en verdad puede ser diferente, ya que lo que en Encarnación despectivamente llamaríamos tierra asilvestrada. En Alemania propagan como «pradera en estado natural».

Laudato Si, concluyó el Monseñor, es un llamado a la creatividad, al actuar juntos, y finalmente, a ayudar a la humanidad a dignificarse cuidando a la casa común, la casa de todos nosotros.

 


Texto completo de Laudato Si

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