Cinco años de madrugar a la sombra del santuario

COSTA RICA, Hugo García •

El fin de semana del 17 al 19 de marzo tuvo lugar la celebración del quinto aniversario de la bendición del santuario de Schoenstatt Familia de Esperanza en Costa Rica. Dentro de los actos de celebración, los Madrugadores del santuario una vez más nos hicimos presentes y nos unimos a toda la familia. Con gran alegría y gozo en nuestros corazones madrugamos para demostrarle con hechos a nuestra Mater que somos humildes instrumentos en sus manos y que queremos que Ella nos eduque, nos cobije y nos transforme. —

Son cinco años de madrugar a la sombra del santuario. Un lugar de Gracias donde hemos vivido cómo bajo la protección de María, los corazones de los Madrugadores se convierten en corazones dóciles, en fieles instrumentos de evangelización para traer nuevamente al hombre, a ese gran ausente, de vuelta a la Iglesia. Con nuestro testimonio de fe, vida y de lucha por perseverar en cada madrugada, vamos haciendo realidad nuestro anhelo de ser mejores padres, mejores esposos, mejores hijos y mejores hermanos.

Ser agentes del cambio en la sociedad

Sin lugar a duda, hemos recibido del buen Dios Padre un inmenso regalo, un tesoro sin igual el cual debemos custodiar y cuidar celosamente. Nuestra misión es clara: debemos ser agentes de cambio en una sociedad donde el rol del hombre ha sido atacado, cuestionado, desdibujado… Por medio de nuestra impronta mariana, estamos llamados a vivir ardientemente nuestra Alianza de Amor con nuestra Madre y Reina Tres Veces Admirable de Schoenstatt, para que por su intercesión llevemos a muchos hombres a los pies de nuestro Señor.

Con gran ilusión hicimos extensiva la invitación a las demás comunidades de Madrugadores del país y de la región. Ellos aceptaron nuestra invitación de forma decidida y en una maravillosa madrugada, tuvimos la gran bendición de poder celebrar la santa misa con el P. José Lizardo. Nos acompañaron hermanos de las comunidades de San Rafael de Alajuela, San Rafael de Escazú, San Miguel de Escazú, San Antonio de Escazú, Loreto, Coronado, Tepeyac, Curridabat, Desamparados, Santa Lucía de Heredia, y del extranjero, a la comunidad de Nicaragua.

Volver a madrugar

Hemos vivido una madrugada intensa, plena de oración y agradecimiento a nuestra Madre y al Señor, por tantas bendiciones recibidas durante estos cinco fecundos años. Durante este tiempo hemos vivido también momentos difíciles por la pandemia, en el que hemos seguido perseverando durante meses de forma virtual. Nuevamente hemos tenido la posibilidad de venir a estar junto a nuestro Señor en el santuario, a “cargar las baterías” y entregarle en cada madrugada a Jesús nuestras angustias, nuestras pequeñeces, así como nuestros anhelos y nuestras alegrías.

Hemos vivido de nuevo nuestras tres dimensiones: misa, mesa y misión…el momento de oración y de estar frente a frente con Él, el momento de compartir con nuestros hermanos en el desayuno y finalmente salir al mundo y procurar ser congruentes con nuestro apostolado durante los siguientes quince días ¡Hasta la próxima madrugada!