Tu futuro puede cambiar

PARAGUAY, Casa Madre de Tupãrenda, Ani Souberlich •

“Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este, tu hermano, estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado” (Lucas 15:32). Cada graduación es una fiesta y este 29 de octubre Casa Madre de Tupãrenda (CMT) volvió a lucir sus mejores galas para celebrar la graduación de Edgar, Ángel y Alejandro, que pasaban a dejar atrás los errores cometidos. —

“Si tuviste un pasado erróneo,
no por eso tu futuro tiene que ser erróneo
tu futuro puede cambiar”

Edgar con su pareja, su hija, su mamá, su hermana y sobrinos

Con estas palabras, Edgar alentó a los participantes del programa a tener siempre una actitud positiva y a tener la convicción de que también pueden llegar a la meta y estar allí vestidos de traje; solo deben quererlo.

A las 10:30 h, puntualmente, dábamos inicio al acto de graduación con la presencia de los familiares de los egresados, así como de la Dra. Carla Basigalupo, ministra del trabajo, empleo y seguridad social, del economista Alfredo Mongelos, director técnico del Sinafocal, del Dr. Rodrigo Nicora, director de política criminal y penitenciaria, del padre Pedro Kühlcke y de directivos de Funda Prova, la asociación legalmente a cargo de Casa Madre de Tupãrenda y sus programas.

Angel con su mamá, sus hermanas, su sobrino, su tía y su primo

Una, dos, tres veces… Dios nunca se da por vencido

Recogimos unos testimonios de los familiares de nuestros egresados, un “trio” especial, ya que para Edgar fue la tercera, para Ángel la segunda y para Alejandro la primera vez en Casa Madre de Tupãrenda. O sea, dos de los tres graduados habían abandonado el programa y volvieron. Al volver, se les ofreció otra oportunidad, y otra, pues este gran Dios, que es bueno y misericordioso, también es celoso y no se da por vencido frente a la droga, frente a la debilidad de un ser humano debilitado por falta de amor, de niñez, de familia… Y, siguiendo su ejemplo, los responsables de Casa Madre de Tupãrenda tampoco se rinden.

La mamá de Edgar: Segunda vez en CMT

“Gracias a ustedes por todo lo que hicieron por los chicos, no solamente por mi hijo, sino por todo lo que están haciendo por los chicos, estoy muy orgullosa y agradecida y todo lo que es mi hijo hoy día es gracias a ustedes”.

 La mamá de Ángel: Tercera vez en CMT

“Gracias por todo lo que hicieron por mi hijo. El cambio que ha dado es gracias a la paciencia que le tuvo cada uno de sus profesores. Ya era la tercera vez aquí. Era realmente “ahora o nunca”. Solo tengo palabras de agradecimiento para todos ustedes”.

El abuelo de Alejandro: Primera vez en CMTA

“Este era mi sueño: ver a mi nieto teniendo también la oportunidad de seguir formándose para salir adelante”.

Alejandro con su pareja, su mamá, sus hermanos, su abuela y abuelo

Gracias al apoyo constante de tantas personas de cerca y de lejos, personas que viven del otro lado del mar y que solo nos conocen por los artículos de Schoenstatt.org y Betterplace y pese a ello creen en CMT como lugar de “transformación” para nuestros jóvenes.

Gracias, porque con su ayuda están transformando vidas, dando oportunidades para salir adelante con un trabajo que dignifica sus vidas y las de sus seres queridos.

Dios, que ve en lo secreto, se los recompensará…

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