PARAGUAY, Dra. Diana Toledo, odontóloga •
Hace 9 meses que trabajo en el consultorio de odontología en Tupãrenda atendiendo a los chicos de la CTM (Casa Madre de Tupãrenda), que están acá en un programa de reinserción social de 9 meses porque optaron por emprender un mejor camino. También atiendo a la comuna cercana al santuario, niños y adultos que se acercan cada martes y miércoles para compartir conmigo este lugar maravilloso, está tierra asoleada.—
Un gran regalo recibo con esta comisión de salud pública, ya que en este tiempo de cuarentena confirmé cuánto extraño estar allí, desde que a mediados de marzo tuvieron que cerrar la casa por la pandemia.
Dios me regala un lugar santo para hacer lo que amo, que es mi profesión, pero además cada medio día, el repique de las campanas de la iglesia de la Santísima Trinidad me invita a rezar el ángelus en el santuario, participar de la santa misa los martes con los participantes de la CMT y, más que nada, el conocer a gente maravillosa que realmente me necesita.
Los chicos de CMT son el aliento diario en este lugar
Reconforta el alma escuchar “Gracias, doctora, por estar”, “Gracias, Diana por venir de lejos”, esas son frases que a diario hacen que este lugar me dé la opción de decir: “¡Cada día un poquito más!”
El saberte necesitado, amado, cuidado y mimado son el día a día acá. El equipo laboral que me toca es una gran bendición, ya que es el común denominador. Es un lugar santo y eso se respira plenamente aquí.
Los chicos de CMT son el aliento diario en este lugar, se respira alegría, ganas de progresar laboralmente, deseo de ser mejor y, sobre todo, esa lucha diaria por lograr la paz espiritual que vienen a buscar.
Están en manos santas, eso es algo que corroboro al verlos limpios, con ropa de trabajo impecable, botas lustradas y con el rostro esperanzado de que todo irá bien y que están sobre todo protegidos en manos de un “papá grande”, como lo llaman al P. Pedro (sus misas son un deleite).
Con fe ardiente lograron volver para siempre al sol
Hago mías las palabras de una canción que siempre me ha gustado cantar:
¡Con fe ardiente lograron volver para siempre al sol;
muchos han vuelto, muchos procuraron y no pudieron,
muchos desean volver al sol, pero no tuvieron la oportunidad
que Casa Madre Tupãrenda da para volver a Dios,
para volver al sol, al corazón!
Casa Madre Tupãrenda nos necesita a todos
Casa Madre Tupãrenda nos necesita a todos, necesita de nuestras oraciones por la lucha diaria que deben sobrellevar, que solo estando aquí podemos dimensionar.
¡Casa Madre de Tupãrenda es una morada de Dios y nos pide ayuda para estos jóvenes que encontraron aquí reflejos del amor de Dios que se hace presente en los detalles de cuidados que reciben aquí y que con fuerza gritan por ayuda!
Tengámoslos siempre presentes. El Señor que sale a sembrar a diario a través nuestro nos dará una abundante cosecha, y ella, que nunca se deja ganar en generosidad, nos duplicará su intercesión.
¡Gracias, Madre del cielo, Reina del rosario, por regalarle Casa Madre Tupãrenda a mi vida!
¡Gracias, Reina de la salud, por cuidar de cada uno de nosotros y hacer de este lugar un “con María me transformo”!
¡Los quiero mucho!
La Reina se corona cada día y, sin saber cuál es su plan, decimos ¡sí!
Sin entender, vivimos tiempos de desolación, pero con entrega total y confianza plena sabemos que es para algo más… ¡y así es, doy fe!
Para donar – pues realmente lo necesitan:
Transferencias bancarias desde Paraguay
Banco Familiar
SWIFT FAMIPYPAXXX
Cuenta corriente 50 00408672
A nombre de: FUNDAPROVA
RUC 80079669-1
Para transferencias bancarias desde otros países
Nombre: Schönstatt-Patres International e. V.
IBAN: DE91 4006 0265 0003 1616 26
BIC/SWIFT: GENODEM1DKM
Uso previsto: P. Pedro Kühlcke, Casa Madre de Tupãrenda
