PARAGUAY, Ricardo Acosta •
«CMT, solo para valientes». El eslogan que resonaba en los últimos días en Casa Madre de Tupãrenda (CMT), describe lo que se vivió el pasado 5 de junio con dos nuevos graduados del programa. Los dos valientes que no bajaron la guardia, lograron conquistar todas las vicisitudes en distintos frentes hasta completar los 9 meses previstos; y actualmente están insertados laboralmente, uno en un supermercado y el otro en una fábrica de hormigón armado.—
Ricardo Acosta
En reiteradas ocasiones, el padre Pedro nos repetía, CMT es un programa para los que deciden realmente optar por el cambio en sus vidas y por medio de ellos también llega el cambio a la familia. Existe un estribillo de una oración del “Hacia el Padre” que resume esta situación: “En ellos repercuten tu ser y tu vida, deciden su aflicción o acrecienta su dicha” (N° 471 – H.P.). Las transformaciones positivas que genera un participante o un egresado en su vida, siempre sienten sus entornos inmediatos: la mamá, el papá, los hermanos, la novia, con quienes conviven diariamente. Pero tampoco se les puede obligar al cambio. Muchas veces tienen que salir del programa, tocar fondo y “volver a casa como el hijo prodigo”, al encontrarse solos y sin que nadie les tienda la mano, les ofrezca un plato de comida, ropa limpia para vestirse y les pregunte como se siente… CMT responde a esa gran carencia que sufre esta población.
P. Pedro Kühlcke, Ani Souberlich
Es la gracia de transformación, lo más concreta y palpable
En ese sentido, cuando uno o dos logran completar los 9 meses, nos llena de regocijo, porque detrás de ese logro, que parece pequeño para algunos, para los que fuimos testigos del paso dado, significó muchísimos cambios en la persona del adolescente, como adquirir nuevos hábitos, ejercicio de habilidades sociales, cumplimiento de acuerdos, etc. Es decir, las transformaciones se plantean en actos concretos y posibles para cada uno, de acuerdo con sus capacidades y habilidades; “lo imposible para los hombres, es posible para Dios” (Lc.18:27). La Reina de la Casa Madre, la Santísima Virgen, siempre actúa cuando parece a nuestros ojos y por nuestras manos, algo imposible. Ella regala las gracias de su santuario y lo imposible se vuelve eficaz y transforma el corazón. Por tal motivo, sus instrumentos debemos estar conectados a la fuente de gracia, el santuario.
Ya son 27 valientes
Los familiares y amigos de los graduados estuvieron presentes, dieron testimonios del gran cambio que vieron en los dos y la alegría enorme que sienten al verlos con tanta elegancia y disfrutando de sus esfuerzos, pues ambos ya se encuentran en sus respectivos trabajos y les ayudan también en las necesidades del hogar.
Suman 27 los que decidieron ser valientes y optaron por una vida nueva, vida que seguiremos acompañando de muy cerca y por mucho tiempo más, para que sean ejemplos fidedignos de que el cambio de vida es posible, si uno se lo propone.
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Uso previsto: P. Pedro Kühlcke, Casa Madre de Tupãrenda
SOS Casa Madre de Tupãrenda – ¡salvemos la primera oportunidad de 22 jóvenes, ya!
