Sembrando esperanza en la cárcel de jóvenes

PARAGUAY, Minerva Leguizamón y Lic. Alicia Gómez, equipo Casa Madre de Tupãrenda •

El sábado 5 de marzo de 2022, no fue un día normal de visitas para los adolescentes que se encuentran privados de su libertad en el Centro Educativo Itauguá (CEI), algunos esperando que llegue la fecha de salida y otros esperando su audiencia. —

Todo el personal de Casa Madre de Tupãrenda o equipo CMT (llamado rápidamente por las siglas de su nombre), fue partícipe de las visitas realizadas por el padre Pedro Kühlcke y la pastoral carcelaria, los sábados por la tarde para conversar y compartir la merienda. Ese día en particular, los educadores de CMT, llegaron para hacer extensiva la invitación a cada adolescente, de formar parte del programa.

Nada se compara con los rostros alegres prestando atención a cada explicación de lo que CMT, como programa puede aportar a su vida con el objetivo de generar el cambio en su persona, en su entorno, obtener un trabajo digno y así, por fin, dejar las calles.

El equipo de CMT en la carcel de menores

Rostros conocidos y nuevos…

En esta segunda visita, se resalta de sobremanera el incremento de la población de menores de 15 años que, en un mayor porcentaje, no son de primer ingreso, es decir, no es la primera vez que están privados de su libertad. Un adolescente se acercó mencionando:

“Tía, yo quiero ser como mi hermano (José) que estuvo en CMT y ahora ya es todo un gran panadero, ¿será que yo también voy a poder?, porque es la segunda vez que estoy acá en Itauguá”.

La expresión de preocupación por saber si tendría una oportunidad y luego al escuchar que sí, que al salir podría presentarse a la entrevista para postularse a ser participante, hizo que se le relajara el ceño y se le iluminaran los ojos de esperanza.

Así como los rostros nuevos, también encontramos caras conocidas pero al mismo tiempo diferentes. Aquellos chicos que pasaron por CMT durante un corto tiempo, que tenían facciones de niños y que actualmente por las largas horas por las calles deambulando, consumiendo drogas, pasando días de frío, lluvia e intensas olas de calor, generaron en ellos el crecimiento forzado por las adversidades, pasaron de tener rostros de niño a tener rostros de adulto en tan poco tiempo.

La despedida

Llegada la hora de despedirnos, luego de pasar por cada espacio del CEI (Centro Educativo Integral de Itauguá) y CELE (Centro Educativo La Esperanza – semi abierto), hubo sentimientos encontrados al observar los rostros de aquellos adolescentes que manifestaban una invitación: “Vuelvan pronto y gracias por la visita”.

Participantes del programa en Tuparenda

Para seguir con el programa de visitas a la cárcel de jóvenes, el equipo necesita oraciones (muchas), capital de gracias (mucho también) y donaciones (unas pocas no tan pocas):