Cocinar me acercó a la Mater

PARAGUAY, Adriana Cardozo •

En el Santuario Nacional de Tupãrenda se desarrolla el programa denominado “promociones profesionales”, un espacio donde mujeres y hombres se capacitan en diferentes rubros, entre ellos técnicas culinarias, que puedan ser útiles a los participantes para emprender su propio negocio. —

Miguela González, de 55 años, es una de las alumnas, y lleva ya tres años aprendiendo a cocinar diferentes platos dulces y salados.

Doña Miguela recuerda sus inicios y comenta que pasaba por momentos muy difíciles en lo personal: “Estaba pasando por una depresión, acababa de fallecer mi padre y una amiga me recomendó asistir, insistió en que me haría mucho bien”. Fue así como decidió unirse a las clases hace tres años.

“La primera ayuda que sentí al entrar fue anímica y espiritual”, menciona. “En ese momento me ayudó muchísimo espiritualmente. Entendí y comprendí el llamado de Dios para mi papá”, expresó.

Comenta que su fuerte son los dulces y que está emprendiendo y empezando a recibir pedidos. “Profesionalmente me ayudó mucho, porque ahora me dedico a la confitería, puedo ayudar a mi familia y, lo más importante para mí, preparo comida riquísima, que anteriormente debíamos comprar”.

No me cansaré de agradecer a la Mater

“Para mí ya no es un curso de cocina, sino que somos una gran familia, donde rezamos todos juntos.  Si uno de nosotros pasa por dificultades, siempre recibimos y damos contención, estamos muy unidos. Sabemos que este ambiente se creó gracias a la presencia de la Mater y no me canso de darle gracias a ella”, refirió emocionada doña Miguela.

Las clases

Las clases están a cargo de la Prof. Liz Vega. Ella pertenece a uno de los círculos de la Liga del Movimiento de Schoenstatt y como servicio a la Mater entrega sus conocimientos desde hace seis años.

Los encuentros se realizan cada sábado al lado de la Casa Chenú desde las 14:00 horas y sin ningún costo. Solamente la provisión de ingredientes de lo que cada uno cocinará ese día corre por cuenta del alumno.

Fuente: Revista Tuparenda, Paraguay