Publicado el 2017-02-26 In Casa Madre de Tuparenda, Obras de la misericordia, Proyectos

«Para nosotros no son ex delincuentes sino adolescente como otros»: Una nueva vida para 19 jóvenes en la Casa Madre de Tupãrendá

  PARAGUAY, Ani Souberlich y Maria Fischer •

El 12 de febrero se cumplió un año de la bendición de la piedra fundamental para comenzar a construir Casa Madre de Tupãrendá (CMT), en Paraguay. Se trata de un centro para la reinserción social de adolescentes que han tenido conflicto con la ley. En sólo seis meses se construyó la casa e inmediatamente se abrieron las puertas para recibir a los participantes que hoy ya son 19. Han pasado 6 meses en que día a día podemos ser testigos de “pequeños grandes milagros” en la vida de cada uno de ellos, seis meses de importantes adelantos y de mucha fuerza de voluntad para mantenerse de pie.

Son milagros y son reales

Unos pequeños mensajes que enviaron las madres agradeciendo la oportunidad que reciben sus hijos, hablan de los milagros que se obran en la Casa Madre de Tupãrendá, no sólo en la vida de los jóvenes, sino en la de sus familias:

«Recién llegó mi hijo y me contó todo lo que hizo hoy. Todos estamos muy contentos porque le gusta ir allí, hoy lo veo cambiado y eso me hace muy feliz. Gracias, mil gracias por lo que hacen por mi hijo».

«Gracias por ayudarme a lograr esa sonrisa en mi hijo” (y envía la foto sonriente de su hijo).

Tanta esperanza acumulada, tantas vidas cambiadas…

Nos inspiran las palabras del Papa Francisco al personal que trabaja con jóvenes infractores de la ley: «La tarea de ustedes es levantar y no rebajar; dignificar y no humillar; animar y no afligir” y esa es la única manera como se puede conquistar la confianza de ellos.

Es un regalo compartir con ellos cada día y ver la transformación que van adquiriendo desde su aspecto exterior, su manera de hablar y de comportarse. Es hermoso verlos recuperar la capacidad de «soñar» con algo mejor, con que pueden llegar a ser alguien en la vida, lo cual los lleva a querer retomar sus estudios. Por eso, es grande la alegría cuando llega «XX» trayendo el comprobante de que ya abonó la matrícula y la 1ra cuota para empezar el curso de electricidad de autos, o «RR» que retomó sus prácticas de futbol y le está yendo muy bien. Otros se están inscribiendo en cursos acelerados para poder hacer 2 ciclos en un año… Son testimonios que nos permiten corroborar que, en el fondo, les han faltado oportunidades: no han tenido un papá o una mamá que los guíe, en su mayoría no tienen familia, han ido por la vida tratando de sobrevivir como pueden y las calles los han empujado a consumir para olvidar el dolor y la soledad.

Más allá de querer corregirlos o educarlos, lo primero que necesitan es ser recibidos, aceptados, tratados con cariño y una vez que «comprueban» que son aceptados como son y que para nosotros no son «ex delincuentes» sino adolescente como otros… es allí en realidad donde cada uno de ellos comienza a levantar vuelo.

Van demostrando que se les puede dar una tarea, que se los puede dejar solos con la certeza de que harán bien lo encomendado. Que cambian la agresión por la solidaridad, los gritos por el hablar moderado… entonces es cuando ves el obrar de Dios en sus almas.

Quisiera poder compartir con ustedes este profundo gozo que se siente cada vez que se ven los cambios que se van logrando. Es un gozo que te oprime el corazón al poder casi tocar el milagro de amor de Dios en cada uno de ellos. Sólo el milagro de amor misericordioso del Padre y el amor maternal de la Sma. Virgen pueden soplar sobre la herida y permitir que sane tanto dolor. Sólo Ellos pueden moldear la arcilla de sus vidas.

Esta es una experiencia que sólo puede darse cuando decidimos salir al encuentro del otro para compartir “esa oportunidad que a mí no me faltó”. Compartir con los chicos el amor que Dios me regala cada día, a través del “tú humano”, el “lazo” para que el amor de Dios baje a la tierra y encienda la luz de la esperanza en sus corazones. Cuando puedes ser testigo de que el amor es la fuerza más grande del cambio, entonces puedes hacer una reverencia y permanecer en silencio, pues Dios mismo está cincelando su obra.

Casa Madre de Tupãrendá es para muchos ese hogar que nunca tuvieron, esa familia que siempre estuvo ausente en sus vidas.

Podemos cambiar el Paraguay

Uno de los jóvenes, que ya salió de la Casa Madre de Tupãrendá con su certificado y puede seguir estudiando, escribió al Padre Pedro Kühlcke, vía Whatsapp: «Yo puedo conseguir muchos chicos más para ahí (CMT) ¡Podemos cambiar el Paraguay!».

Emocionado, el P. Pedro comenta: «Primera vez que un beneficiario me plantea algo así!».

El camino de recuperación y reinserción social para muchos coincide con el camino de la fe. Éste también da sus frutos. Ya ha sido invitado Mons. Joaquín Robledo, obispo de la diócesis de San Lorenzo, a la cual pertenece Tupãrendá, para el martes 21 de marzo. El obispo compartirá con los chicos y los organizadores en un almuerzo y presidirá la Misa donde 6 de los beneficiarios recibirán su Primera Comunión y uno la Confirmación. Los adolescentes se están preparando con mucha seriedad y alegría; los acompaña Cristina, su catequista.

Hace un tiempo, María Fischer, de schoenstatt.org, recibió la llamada de una señora alemana con una pregunta nunca antes formulada: «¿Me puede aconsejar sobre un proyecto al cual hacer una donación significante?». Antes el silencio sorprendido de ella, la señora explica: «Estoy cada día en schoenstatt.org y me enamoré del Schoenstatt al servicio de los necesitados que allí encuentro. Ya ‘tengo’ unas casas solidarias. Pero ahora no puedo decidirme… ¿Cuál es su proyecto predilecto?» Maria Fischer respondió: «Son todos tan impactantes e importantes… Pero la verdad, en lo personal, es que la Casa Madre de Tupãrendá…». No puede terminar la frase, pues la señora la interrumpe:-«Se nota. Fue también mi opción. Aquí se decide el futuro de jóvenes y de todo un país. Para esto vale lo que yo ahorré».

Preparación a la primera comunión

La Casa Madre de Tupãrendá necesita de todos nosotros. Desde schoenstatt.org no nos conformarnos con las historias reales de los milagros de transformación.

Después del relato – ¿qué? La invitación a hacerse padrinos en oración y capital de gracias de uno de estos jóvenes. Una alianza solidaria.

Después del relato – ¿qué? La invitación a mostrar con hechos que realmente nos solidarizamos con los jóvenes y con las personas que dedican su tiempo y capacidades a ellos. Y nos esforzamos mucho, junto a otros aliados solidarios, a ofrecer a todos nuestros lectores la posibilidad de hacerlo ya, con un solo click en el botón. Gracias en nombre de 19 jóvenes que pueden y quieren cambiar el Paraguay y el mundo.

 

Donación con tarjeta de crédito pronto.

o “offline”

Cuenta en Paraguay:

Fundaprova

Cuenta: 102792992

Sudameris Bank SAECA, BIC  BSUDPYPXXXX

RUC80079669-1

Cuenta en Europa (transferencias desde SEPA son gratis)

Schönstatt-Patres International e. V.
IBAN DE91 4006 0265 0003 1616 26
BIC/SWIFT GENODEM1DKM
Uso previsto: P. Pedro Kuehlcke, Casa Madre de Tuparenda

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