Publicado el 2015-11-03 In Misiones

¿Cómo no querer compartir con la gente del pueblo nuestra alegría en Cristo Resucitado?

PARAGUAY, Testimonios de las Misiones Familiares 2015, en Mbocayaty •

Para mí, hablar de las misiones es hablar de dejarse sorprender por la Providencia de Dios, es pensar cada vez en su inmensa generosidad, esa generosidad que se regala a las personas del pueblo, a los misioneros, a las familias de vida y de misión, a los niños, a los sacerdotes y consagradas que nos acompañan, a los que vienen de lejos, pero sobre todo a esos valientes que se animan a dar su sí a abandonarse a ellos mismos y a su comodidad para ir a un lugar que no conocen, a dormir en el suelo, a bañarse como se pueda, a comer comida que no es de su casa, a dormir muy tarde y levantarse temprano y a veces hasta pasar frío. Entonces, pensando en esa generosidad de Dios con esos locos que se abandonan tal como Jesús nos pide en el Evangelio, esa generosidad que enciende corazones, que cambia el cansancio por alegría, con toda esa generosidad palpable, ¿cómo no querer salir a anunciar su Palabra? ¿Cómo no querer compartir con la gente del pueblo nuestra alegría en Cristo Resucitado? ¿Cómo no querer gritar a todos que la MTA es la mejor aliada que nos lleva con Jesús al Padre Dios? Él es el que nos permite regalarnos, regalar paz, regalar alegría, regalar el fuego del amor a la Eucaristía mediante el Espíritu Santo.

Las misiones son para valientes

11063740_1163390450343431_3625059488003478255_nMe pasó a mí y estoy segura de que sigue pasándole a muchos que van por primera vez a la misión, de que no tienen idea de qué es lo que van a ir a hacer, con qué o con quiénes van a encontrarse, si les va a gustar o no, si se van a llevar bien con los demás, entre otras cosas, eso después pasa; pero al volver de las misiones hay algo que a mí me quedó muy claro: las misiones no son para todo el mundo, las misiones son para VALIENTES.

Este año se notó que las misiones fueron unas misiones que requerían eso, porque fueron muy cercanas a la venida del Papa y teníamos el corazón encendido, pero el cuerpo cansado y aun así nada nos detuvo, pudimos ir a nuestro querido Mbocayaty a compartir las hermosas palabras, el increíble aprendizaje y la inolvidable experiencia que nos regaló el Papa Francisco, fuimos sin miedo a servir como él siempre nos anima. Además de todo eso, pudimos vivir de la mejor manera el 18 de julio, renovando nuestra alianza de amor con nuestra querida Reina, tomando un verdadero compromiso como hijos, hermanos, amigos, discípulos y misioneros. Desde ese día, con todo lo vivido en compañía del pueblo y en el colegio donde nos quedamos, en el encuentro con jóvenes, en el catecismo, el cumpleaños gigante y los momentos de espiritualidad, podemos decir que fuimos enviados para misionar no solo en el pueblo de Mbocayaty, sino también en nuestro día a día. Desde ese momento COMPRENDIMOS LA MISIÓN y fuimos enviados por el Espíritu con María Santísima a ser misioneros todos los días del año.

Misioneros todos los días del año

12043220_1163390463676763_8085253463852172278_nQuiero dar gracias a todos los valientes misioneros de los 10 pueblos que aceptaron el desafío de abandonarse para ir al encuentro de los demás, a todos los tíos que son un ejemplo para nosotros y a todos los sacerdotes que nos acompañaron por dar todo de ellos para que esta misión también pueda cimentarse en Cristo regalado en la Eucaristía diaria.

Y hoy los desafío a todos los que participaron en las misiones a que podamos ponernos la camiseta y tomar el compromiso de que todo lo vivido en esos días increíbles de misión se pueda hacer presente siempre, demostrándolo con nuestras actitudes y decir con orgullo que somos misioneros todos los días del año. Seamos entrega, seamos fuego, seamos ganas, seamos esperanza, seamos luz, seamos REFLEJOS DE CRISTO.

 

 

 

Fuente: Revista Tuparenda, Paraguay

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