Publicado el 2015-10-06 In Misiones

Cuba para nosotras es un antes y un después

CUBA/ESPAÑA, Berta González Nogueira, Adela Nogueira , Rocío González Nogueira, de la Juventud Femenia de España •

La Juventud Femenina Universitaria de España ha llevado a cabo este verano una experiencia misionera, “Misión Cuba”. Estuvieron en la Santa Cruz del Sur, en la parroquia del P. Bladimir, miembro de la Federación de Sacerdotes de Schoenstatt, donde también están los jovenes de la Misión Cuba de Chile.

Cuba… Cuba para nosotras es un antes y un después. Todas las que han estado estarán de acuerdo con ello. Cuba ha encendido pequeñas llamas en el corazón de cada una de nosotras, llamas que no creo que se apaguen nunca.

Es difícil ver el mundo igual cuando te has enfrentado a la pobreza cara a cara. Cuando has visto que aún en la miseria, en las malas condiciones, sin recursos, sin comida, aquellos que tienen fe son felices, son felices porque llevan a Dios, su fe es su alimento diario. ¿Cómo es posible? ¿Cómo es posible que en nuestra sociedad no encontremos la felicidad teniéndolo todo, que busquemos siempre en lo material? Eso será algo que nunca lograremos entender, teniendo siempre la respuesta ante nuestros ojos y sin saber verla.

Los jovenes schoenstattianos durante la novena de La virgen de la Caridad han estado ofreciendo oraciones todas las noches por la misión Cuba –España y la misión Cuba –Chile

Los verdaderos misioneros han sido ellos

Que diferentes son las misiones a un voluntariado. Es tan distinto ayudar mostrando a Dios al mundo. Misionar es una de las cosas más hermosas que hemos hecho y en Cuba ha sido de lo más gratificante. Hay tanta gente que lo ha perdido todo con el comunismo por no renegar de su fe, no os hacéis una idea de cuanta, ni de todo lo que les han quitado y sufrido. Gente con carrera y estudios que por no renegar de su fe ha perdido el poder llevar a sus hijos al colegio, su puesto de trabajo y el poder trabajar, su hogar, lo han apedreado, gente cuya vida ha sido un infierno y que cuando le preguntas, ¿Volverías a hacerlo? Te responden, «sí», sin ni siquiera dudarlo. ¿Cómo no va a marcarte oír estos testimonios? ¿Cómo va a dejarte quieta sin hacer nada?

Estamos orgullosas de la misión, hemos sido verdaderas misioneras de la misericordia. Hemos logrado llevar a Dios al pueblo y para algunos hemos sido ejemplo y familia. Aunque los verdaderos misioneros han sido ellos. Pues nos han transformado con su fe sencilla, su ansia y necesidad de Dios, su entrega servicial y total; son ejemplo de primeros cristianos.

Realmente Schoenstatt y la Mater son la respuesta para la sociedad cubana que despierta

También han sido misioneros para nosotros aquellos que no creen, en los que hemos visto la ruptura total entre cielo y tierra, como el mecanicismo destruye el espíritu y el alma del hombre. En esta sociedad cubana ello es producto del comunismo que durante 60 años ha olvidado y prohibido el ser de creatura y la originalidad de cada hombre en el amor de Dios. Hemos visto hecho real aquel mundo del que nuestro padre advertía en 1914.

Realmente Schoenstatt y la Mater son la respuesta para la sociedad cubana que despierta, una madre que ama a cada uno en su propia originalidad, que los respeta y los educa en sus dones y debilidades, que los quiere y cuida como familia. Un lugar, nuestro Santuario, allí su Ermita, en el que encuentran hogar, donde se sienten cobijados y se unen como hermanos. Una ideología, una oración hecha vida, que sale del vivir y amar de nuestro padre Kentenich y que sana los corazones.

Nuestra Mater siempre ha estado protegiendo a Cuba, La Virgen de la Caridad del Cobre ha sido siempre luz y fuerza para este pueblo herido, nuestra madre y reina es la mujer llena de sol que pisa la cabeza de la serpiente.

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