ARGENTINA, P. José María Iturrería •
Nuevamente y ya son 21 años desde 2001, volvimos a celebrar la Navidad solidaria y a la 1:30 de la madrugada nos congregamos en el santuario de La Plata con un grupo de 130 jóvenes de la arquidiócesis y del Movimiento. Inspirados bajo el lema «Sé luz en camino», salimos a compartir la Navidad con quienes no pueden celebrarla con nadie ya que están en situación de calle, o trabajan en la noche. —
Divididos por grupos de 6 a 8 personas recorrimos la ciudad para compartir la alegría de la Navidad, llevando algo rico para comer: una bolsa con Pan dulce, budín, turrón…junto a un pequeño regalo navideño, una estampa y un calendario.
Tras un mes de organización pudimos recibir abundantes donaciones y con un equipo de jóvenes preparamos todo lo necesario para la Navidad. Incluso la misma noche del 24 algunos se quedaron cenando en la Casa de la Familia platense para tener todo dispuesto para el momento en que llegase el grueso de los misioneros, en la madrugada. Todo un signo del compromiso de los Jóvenes con la Navidad Solidaria.
La noche transcurrió en las visitas a hospitales, comisarías, negocios, guardias, plazas, calles, incluso «la zona roja» de los trabajadores sexuales…Cristo llega a ser «luz» para todos.
Una joven en la calle
En lo personal comparto una vivencia particular. Al ir a una plaza nos encontramos a una joven de 21 años, llamada Marilyn, que estaba durmiendo en la calle. Nos avisó por el guardia de la plaza que unos minutos antes le habían robado sus pocas pertenencias, incluso su celular. Salimos a su encuentro y tras dialogar un rato notamos también el frío que estaba pasando y que no iba a poder dormir…así que la invitamos a venir a la Casa de la Familia, a tomar algo caliente, comer y abrigarse. Accedió a subirse con nosotros al auto. Allí nos contó lo que le había pasado y que hace unos meses había perdido a su bebé de 9 meses debido a una enfermedad pulmonar por lo que estaba muy dolida.
Se quedó con nosotros hasta la mañana siguiente, comió de lo que pudimos darle y participó junto a todos los misioneros de la Misa del Alba a las 6 de la mañana en el santuario. Como teníamos un celular que no estábamos usando en la casa, se lo regalamos. Lo mismo que una bolsa de dormir y un poco se ropa de abrigo. Estaba profundamente agradecida. Se fue con eso y con una bendición especial de Navidad en la misa del Alba. No sé qué habrá sido de su vida pero sí sé que vivió una Navidad donde experimentó algo de la bondad de Dios, que salió a su encuentro a través de nosotros para dale luz.
La Navidad concluyó con un momento de adoración eucarística y con la misa del alba en el santuario, presidida por Mons. Jorge González, obispo auxiliar de La Plata, miembro de la Federación de Sacerdotes de Schoenstatt.
Compartir la mesa entre el equipo y con quien menos tiene
“Desde hace varios años, varios integrantes de Navidad Solidaria solemos pasar Nochebuena juntos en la Casa de Familia de Schoenstatt. Por una parte, queremos estar temprano allí para recibir a los participantes a la 1.30 de la madrugada, y por otro lado buscamos pasar juntos esa Nochebuena compartiéndola con algunas personas en situación de calle. Me parece fundamental compartir la mesa entre el equipo y con quien menos tiene. Siempre consideré que al necesitado no hay que verlo como un simple receptor de caridades, sino como un hermano que necesita permanecer en una comunidad, que necesita ser comunidad con los demás.
En esa Nochebuena no faltó la alegría y la buena comida, sobre todo, no faltaron regalitos empaquetados para cada uno de nosotros. Eso me recuerda cada Nochebuena compartiendo la mesa con quien menos tiene: Navidad es ver al necesitado como un verdadero hermano”, cuenta Seba Iaconis, joven organizador de la Navidad Solidaria.
Micaela, joven misionera y organizadora de la Navidad, agrega: “Quería agradecer a todos por el hermoso trabajo que hicimos, el tiempo dedicado y todo lo que entregamos para que saliese todo de 10. Me encantó trabajar con ustedes y ser esa luz en la vida de otras personas. El año que viene con todo”.
¡Gracias a todos por mantener encendida la llama!
Hoy una llama, ayer una chispa que encendió hace más de dos décadas un pequeño grupo de jóvenes soñando en un país distinto, mostrando que la juventud todavía creía en los valores que hicieron grande nuestro hermoso país. Pasaron más de 20 años y esos jóvenes de ayer se sienten inmensamente felices al verlos, esos jóvenes eran iguales a ustedes, tenían sus mismos sueños e ilusiones, creían que amando todo era posible… y esa chispa se fue trasformando en una pequeña luz, una luz que cada 24 año tras año se enciende en el santuario y recorre las calles llevando un mensaje. El mensaje, «hoy nos ha nacido un salvador»…
Gracias a los que recorrieron, a los que apoyaron desde casa. Gracias a los que donaron, a los que no pudieron estar. Gracias a los que rezaron, a los que se quedaron adorando en el santuario. Gracias a los que remaron durante semanas, a los que estuvieron pendientes cada hora toda la noche. Gracias a los que la hicieron posible una vez más, si a vos porque sin vos no hubiera sido lo mismo y por supuesto un Gracias enorme al Cielo, a ese Jesús que nos llama y nos Ama y a Nuestra Querida Madre que desde el santuario nos cobija, nos trasforma y nos envía. Ustedes la hicieron posible y Ella no los abandonó. Es parte de la esencia grabada a fuego en Schoenstatt «Nada sin Ti, nada sin nosotros».
Esteban Cabrera, ex JM y participante desde los inicios de la Navidad Solidaria
