bolsas de caridad Quito

Publicado el 2021-12-26 In Obras de la misericordia

Misión cumplida: 390 bolsas de caridad en la Navidad

ECUADOR, P. Rafael Amaya / Maria Fischer •

Comenzó en la Navidad de 2020, esa primera Navidad marcada por la pandemia. En el Santuario de Ciudad de Quito comenzaron a regalar “bolsas de caridad” a familias gravemente afectadas por las consecuencias del confinamiento: familias que perdieron su trabajo, que se quedaron literalmente con nada para comprar alimentos y ropa, ni pensar en regalos para sus niños. Esta Navidad de 2021, fueron 390 familias que recibieron una bolsa. —

En la Navidad de 2020 entregaron 340 bolsas de caridad. Adviento y Navidad en todo el mundo es un tiempo de más sensibilidad con los pobres. “En esta Navidad también queremos llegar a este número”, me comentaba el P. Rafael Amaya en noviembre, buscando el apoyo de la familia de Schoenstatt de Quito. La misma familia en cuyo seno surgió hace mucho otra acción social más grande: “Niños de María”, un proyecto educacional que hoy en día incluye a más de 300 niños del barrio más necesitado de la ciudad. La confianza puesta en la solidaridad de la familia de Schoenstatt no fue en vano. Con 390 bolsas, se superó el numero anhelado.

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Una navidad schoenstattiana

“Acoger la pequeñez también significa abrazar a Jesús en los pequeños de hoy; es decir, amarlo en los últimos, servirlo en los pobres. Ellos son los que más se parecen a Jesús, que nació pobre. Es en ellos que Él quiere ser honrado. Que en esta noche de amor nos invada un único temor: herir el amor de Dios, herirlo despreciando a los pobres con nuestra indiferencia. Son los predilectos de Jesús, que nos recibirán un día en el cielo”, dijo el Santo Padre en esta Nochebuena.

“Una verdadera Navidad franciscana”, le dije al P. Rafael Amaya, autor y motor de esta acción solidaria que se había mantenido durante todo el año. “Yo quisiera que se llamara ‘Navidad schoenstattiana’”, es su respuesta.

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Una imagen de la Mater para cada hogar

Muchos voluntarios colaboraron al armar las bolsas. El agradecimiento de las familias es grande y sincero.

La obra debe continuar. “Lo pensamos para un año”, dice el P. Rafael. “Pero aun está la pandemia, aún están las familias sin trabajo…”.

Como regalo de Navidad, cada familia recibió una imagen de la Mater. “Les decíamos que la pongan en su casa”, dice el P. Rafael. Para él, esta obra de caridad debe continuar, y debe crecer, además, la conciencia de la importancia de los pobres para la iglesia, para Schoenstatt.

“Acá como rector trato de acoger a todos, ricos y pobres, y crear la solidaridad”, dice. “Hay que llevar las personas a Jesús”.

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