En Bellavista, María Ayuda surgió y ahí encuentra hoy su terruño

CHILE, P. Francisco Pereira, Director Pastoral de María Ayuda •

Hace casi 40 años, en el corazón del padre Hernán Alessandri, en la tierra santa de Bellavista, a pocos metros de donde hoy se encuentra su tumba, nació María Ayuda. En esta misma tierra, a la sombra del Santuario, en la que fuese hasta hace poco parte de la casa del Instituto de familias de Schoenstatt, este viernes 26 de noviembre se bendijo la primera piedra para iniciar la construcción del proyecto llamado “Casa Alma de María Ayuda”, proyecto icono de los próximos tiempos de la corporación en su nuevo plan estratégico. —

Dentro de los nuevos proyectos de María Ayuda, con proyección al 2028, está transformar todas sus residencias en “Casa Alma”, un lugar de acogimiento y transformación, que se emplaza en un escenario actual, en donde se están modificando las leyes y las políticas de Estado respecto al cuidado alternativo, con cambios muy significativos en los niños y las niñas. “La idea es ‘certificar’ para el 2028, como Casa Alma, cada uno de los programas que estén operando en María Ayuda”, comenta Ximena Calcagni, directora de Casa Alma, a cargo de este proyecto.

La futura casa en Bellavista será una moderna residencia para acoger en un lugar especialmente construido para ello, con los mejores estándares de arquitectura, pero más importante aún, los mejores estándares de calidad en la atención de las niñas.

Una casa para niños y jóvenes vulnerables a la sombra del santuario

Lo hermoso de este peregrinar hasta aquí y comenzar a construir esta Casa Alma es que, desde aquí, desde este mismo lugar, salió el padre Hernán al encuentro de las primeras niñitas en situación de extrema vulnerabilidad en las calles de Santiago. Por décadas, cientos de niñas, pudieron ser acogidas en distintos lugares, lejanos y apartados, pero ahora ellas tendrán en este nuevo lugar desde donde la Mater extendió sus brazos de madre, su terruño definitivo.

Es motivo de gran alegría que un grupo predilecto de niñas podrá hacer aquí su morada transitoria, mientras se sanan sus vínculos familiares, y sus heridas más profundas, ahora cuidadas por María desde muy cerquita, a través de sus instrumentos escogidos.

Esperamos que esta buena noticia sea motivo de alegría para toda la familia de Schoenstatt en Chile, porque podrán así surgir, con la generosidad de muchos, muchas Casas Alma en los santuarios de este país.