Publicado el 2016-04-16 In Obras de la misericordia

Sin ropas y me vistieron…

PARAGUAY, por Ani Souberlich y Maria Fischer •

Una tarde en la vida que quien vive en alianza solidaria con los más pobres: «Ahora llegué a casa desde el trabajo. Me pegué una ducha y manos a la obra: planchar las ropas que ayer lavé, para hacer paquetitos para las familias de nuestras ‘100 casas’ y las que encuentro en el camino…».

Cuando Ani Souberlich se reúne con sus ex compañeros del colegio, con amigos o con schoenstattianos, ellos ya saben lo que pasa: les pide ropa que no usan más, juguetes y todo lo que sus hijos usaron el año pasado en el colegio. También acepta ollas, útiles de cocina… simplemente, todo lo que alguien que no tiene nada puede necesitar y usar.

Todo lo que llega a su casa, se clasifica: la ropa se lava y se plancha; a veces, hay que arreglar una bicicleta que han donado u otra herramienta. Todo va a bolsas y paquetes para ser llevados a las familias en el momento en que para la lluvia y los caminos vuelven a estar transitables.

«Ojalá tuviera los medios y el tiempo para ayudar a todos por igual… pero no se puede todo. Creo que el Buen Dios se alegra con nuestra constancia y esmero!», comenta Ani.

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Corre la voz y vienen más para ver su ropa

El domingo 3 de abril es un día soleado y muy caluroso. «Estoy repartiendo juguetitos, comenta Ani, y la cara de los niños te paga todo. Tan poca cosa y se les iluminan los ojos».

Las madres y algunos padres se acercan a ver la ropa, se la prueban para ver si les queda bien… Corre la voz y vienen más para ver su ropa…».

Es tan poco y es tan mucho. Las ropas, los juguetes… ¿no son acaso los cinco panes y los dos peces? «Entonces, intervino otro de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, diciendo: Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes y dos peces; pero ¿qué es esto para tanta gente?» (Jn 6, 8-9). Unas 30, 40, 50 bolsas con ropa y juguetes, unas 160 casas solidarias, ¿qué es esto para tanta gente? Pero…, ¿qué es esto en manos de Jesús?

Ante el pedido de que contara su vida como víctima de la dictadura comunista, el Cardenal François Xavier Nguyen Van Thuan, de Vietnam, ahora camino a los altares, contestaba: «Yo hago como dice el pasaje del Evangelio en que Jesús da cinco panes y dos peces: eso es nada ante una multitud de miles de personas, pero es todo suyo y Jesús lo hace todo, es don y misterio. Como el muchacho del Evangelio, resumo mi experiencia en siete puntos: cinco panes y dos peces. Es nada, pero es todo lo que tengo. Jesús hará el resto…

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