CHILE, Luis Giacamán •
El año 2022 se despedía en la comuna de Santa Juana, Concepción, con una tragedia que, entre otras consecuencias dolorosas, significó el incendio de la primera capilla de nuestra parroquia, la capilla Santa Rita de Casia, en el sector La Huerta, al nororiente de la comuna, que fue el preludio del infierno que se desataría 30 días después. En esta capilla había una imagen de la Virgen Peregrina que también fue consumida por las llamas. —
A casi 60 días después del primer incendio, habiendo recorrido muchos sectores y acompañando espiritualmente a muchas familias y comunidades rurales, el sentimiento de impotencia, dolor y angustia se ha traducido en un mensaje de esperanza, de amor, porque tenemos la certeza de que Dios no abandona a quienes sufrieron –como víctimas inocentes– las consecuencias de estos incendios, que consumieron más del 75% de la superficie de la comuna, sobre los 700 kilómetros cuadrados.
Aparte de la capilla antes mencionada, la parroquia de Santa Juana perdió otras cuatro capillas y en casi todas ellas había una imagen de la Virgen Peregrina, justo cuando había empezado la tarea de reactivar la Campaña de nuestra MTA de la mano del siervo de Dios diácono Joao Luiz Pozzobon.
A este dolor espiritual se suma el de tantas familias. Se calcula que, sobre mil hogares afectados, en algunos casos, perdieron todo, en otros salvaron su casa, pero perdieron sembradíos, huertas, estanques de agua, animales, etc., la tarea en el intento por volver a ponerse de pie y reconstruir será ardua y prolongada.
Nuestra juventud maravillosa
En medio de todo este escenario, brilla la luz de esperanza por la presencia de muchos jóvenes provenientes de parroquias, movimientos, agrupaciones como Desafío Levantemos Chile, Misión País, Vicaría de la Juventud, etc., que prácticamente y a partir del primer día, estuvieron allí, en medio de tanto dolor repartiendo agua, alimentos, forraje para los animales, limpiando sitios… Mención especial para un joven discapacitado que se bajó de su silla de ruedas y sentado en el piso del salón parroquial, ordenaba rápidamente la ayuda que llegaba, clasificándola según su especie y destino… Este es el Chile que queremos construir, donde todos, sin importar la edad ni condición económica, nos unimos para ayudar a levantarse a aquellos que nunca debieron caer, para entregar esperanza a quienes en su desamparo clamaban al cielo…
Madrugamos en esta tierra herida
Uno de los momentos de mayor dolor e impotencia lo vivimos en el sitio de un hermano madrugador. El fuego arrasó con todo lo que tenían, quedando sólo los cimientos de la casa que había construido con sus hijos. Aquí fue donde el padecer con las víctimas tomó nombre y rostro, la desolación e indignación casi hicieron brotar lágrimas.
Pero la “vida buena y nueva surge de las cenizas de la muerte” y de esta manera, haciendo nuestro su dolor, nos pusimos en campaña para ayudarle a reconstruir. El sábado 18 de febrero, día de Alianza, madrugamos en esa tierra herida por el fuego y el dolor y, de la mano de María, nuestra Madre y Reina, seguros de la victoria, nos unimos en oración con todos los afectados por los incendios, para agradecer a Dios todos los dones y reafirmar que solos no podemos, pero juntos lo lograremos unidos a Jesús y a María.
Fuente: Vínculo, marzo de 2023. Con permiso
