bebés en riesgo de vida

Publicado el 2022-12-02 In Campaña, Schoenstatt en salida

«La campañita», una misión por bebés en riesgo de vida

ARGENTINA, Mónica Pared •

Un grupo de personas emprendió la noble tarea de misionar con la Virgen de Schoenstatt para encomendar a los bebés prematuros para una pronta recuperación. —

El 17 de noviembre fue el Día Mundial del Niño Prematuro, una fecha que desea poner de manifiesto el alto riesgo de mortalidad que tiene el traer bebés prematuros al mundo. Cada año nacen 15 millones de bebés antes de tiempo en todo el planeta: los más vulnerables son aquellos que nacen antes de la semana 28 y son considerados prematuros extremos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prematuridad es la principal causa de defunción en los niños menores de cinco años, y provocó en 2013 cerca de un millón de muertes. Se trata de prevenir pero también de ayudar a los niños y a sus familias para que puedan superar con éxito esta circunstancia. En este contexto, atravesar este proceso implica un tiempo de angustia e incertidumbre en las mamás y las familias de ese bebé que lucha por vivir y allí surge el plano espiritual, la fe, la oración y esa súplica para hallar el milagro de la vida.

bebés en riesgo de vida

La Campañita

CorrientesEs así que, en Corrientes, un grupo de misioneros llevan adelante la «Campaña de bebés y niños en riesgo de vida«, mejor conocida como «La Campañita», que es una misión de oración y acompañamiento a esas familias con la imagen de la Virgen de Schoenstatt, patrona de los prematuros, que los visita y permanece con ellos como contención espiritual.

Débora Gago Pérez es la coordinadora de esta modalidad y habló con el diario “Época” para contar de qué se trata. «Tengo 47 años, estoy casada y soy mamá de cuatro hijos. Junto a mi esposo tenemos un negocio en el que trabajamos juntos», narró sobre su vida. «Pertenecemos a la Obra de Familias del Movimiento Apostólico de Schoenstatt y uno de nuestros apostolados es la misión en la ‘Campaña de bebés y niños en riesgo de vida’, modalidad perteneciente a la ‘Campaña del Santo Rosario’», sostuvo.

Débora comentó: «El fundador del Movimiento de Schoenstatt, padre José Kentenich, nació en Gymnich, Alemania, el 16 noviembre de 1885; hijo de Katharina Kentenich, pertenecían a un hogar de trabajadores muy humildes. Su madre soltera, en la necesidad de trabajar, se vio obligada a dejar al pequeño José de 8 años en un orfanato. Ese día Katharina se presentó frente a una imagen de la Virgen María del hogar de niños y consagró a su hijo José al Corazón Inmaculado de María, le pidió que lo cuide y proteja, que fuera ella su madre; y ofrendó su única posesión de valor, una medallita, recuerdo de su primera comunión».

Sobre el origen del apostolado que coordina, Débora expresó: «La Campañita nace en Corrientes y su fundadora es la señora Martha Liotti, misionera de la campaña del Santo Rosario y miembro de la Liga Apostólica de Madres. En septiembre de 1996 nació su primer nieto, Patricio Andrés, con 32 semanas de gestación, con muy pocas probabilidades de sobrevivir. Viendo la angustia y el dolor de su nuera y su hijo, Martha inspirada por la historia del padre José Kentenich, replica la entrega de Katharina ante la Virgen y consagra a Patricio Andrés a su Corazón Inmaculado en la Misa del 18 de septiembre en el Santuario del Centro, en la ciudad de Buenos Aires, para que sea María quien cuide e interceda ante su hijo Jesucristo por su nieto».

Según relató Débora: «Desde ese día y a medida que Patricio evolucionaba bien, fue gestándose la idea de acercar a la Virgen a otros niños nacidos en circunstancias difíciles y comunicar a los padres esta experiencia. Hoy, después de 27 años, Patricio es un joven lleno de vida y La Campañita es una misión mundial. Esta modalidad fue oficializada el 18 de octubre de 1998 y actualmente se encuentra en casi todos los continentes», resaltó.

Una red de oración y solidaridad

Patricio

Patricio Liotti, en 1996

«El objetivo principal es acompañar a los papás en esos momentos difíciles que viven, asegurándoles que no están solos. Es María la que los acompaña, Ella también es la Señora de la Expectación, sabe de los sufrimientos por los que puede atravesar un hijo, una familia y no quiere abandonarlos, tal como lo hizo con Jesús durante su pasión, muerte en la Cruz y su resurrección», expresó Débora.

A la vez explicó sobre la modalidad, «como originalidad, la imagen de María de Schoenstatt peregrina en una canastita blanca como el moisés que usan los bebés, y está coronada por un decenario (rosario de diez cuentas); también entregamos un cuaderno donde los papás dejan sus testimonios, fotos, nombre, dirección y teléfonos para poder convocarlos, si el Señor así lo dispone, para celebrar la vida», compartió.

Por otra parte, la coordinadora de «La Campañita» dijo: «Se les pide a los papás que consagren al bebé al Corazón inmaculado de María con la oración de consagración que se les entrega junto con la imagen. La presencia entre los padres de la Mater, como la llamamos a la Virgen de Schoenstatt, estimula la sensación de cobijamiento y esperanza». Allí comienza una cadena de oración donde se informa a todos los misioneros del nombre del bebé y sus papás «para que incluyan en sus oraciones y esto también alcanza a otras familias que ya han sido misionadas y que han manifestado su interés de colaborar. El misionero lleva adelante un seguimiento casi diario, interesándose por el estado del niño y su evolución, acompañando a los padres durante todo el proceso. Cuando éste se recupera y es dado de alta, la imagen retorna a la misionera. En caso de patologías crónicas se le ofrece cambiar la imagen misionera por una imagen de la Mater de la modalidad para la familia», indicó.

El rol de la fe

bebés en riesgo de vidaSin dudas, afrontar el desafío donde está en juego la vida de un ser querido, en este caso un ser indefenso y frágil por su condición de salud, implica aferrarse a la fe. «Creemos firmemente que Dios nos acompaña permanentemente y, sobre todo, nos sostiene en los momentos difíciles de la vida, nos fortalece y nos cuida. Estamos llamados a ser instrumentos de Dios y su Madre, de esta manera llevamos su cobijo y cercanía», sostuvo Débora. «Respetamos mucho la santa voluntad de Dios, es por esto que el misionero es muy cuidadoso de no adelantar pronósticos, sólo Dios en su infinito amor los conoce. ‘A veces, ciertas bendiciones de Dios, entran astillando todos los vitrales’, dice una frase de Paulo Coelho», citó la mujer.

«La familia misionada, superada a causa del profundo dolor de un hijo en riesgo de vida, no puede ver los ‘pequeños milagros’ que van sucediendo a su alrededor. Médicos, enfermeros, personal sanitario, amigos y parientes ocupados y preocupados por esa vida, conforman una comunidad de corazones estrechados en una solidaridad de destinos. Uno con el otro, por el otro y en el otro», destacó.

Experiencia personal

bebés en riesgo de vida

A Débora le tocó afrontar un difícil momento cuando su hija Martina se debatió entre la vida y la muerte. «Nosotros, como familia, fuimos cobijados y cuidados por la Mater. Nuestra pequeña hija menor, Martina, nació el 20 de mayo de 2003 con una cardiopatía congénita (no se formó la pared que separa los ventrículos). Esto la llevó al borde de la muerte y con muy pocas probabilidades de vida. Cuando se descompensó, tenía 15 días y desde ese momento la Mater nos ha dado señales de estar a nuestro lado», comenzó su relato.

«En el momento en que nos dirigíamos hacia la clínica nos cruzamos con la imagen Peregrina Auxiliar de la Virgen de Schoenstatt, y estando en Terapia Intensiva, su cuna estaba frente al cuadro de la Mater que había sido entronizado hacía una semana. Ese mismo día, a las tres de la tarde, mientras la angustia y la desesperación de la posibilidad de perderla nos atormentaban, llegaba Ella (Peregrina Auxiliar) a la clínica a rezar el rosario».

«Sentimos que nos estaba acompañando, no sabíamos lo que Dios nos tenía preparado, pero sentíamos su presencia. Así conocimos la Campaña para bebés y niños en riesgo de vida. La labor de los misioneros de los bebés es tan grande, que queremos compartir con ustedes. La señora Marta Liotti fue nuestra misionera, ella no sólo nos llevó la Imagen de la Peregrina en su moisés, sino que también nos acompañó; mucha gente rezó por Martina y a través de ellos, entendimos que Dios se valía de las personas de buena voluntad para llegar a los que la necesitan. Martina hoy tiene dos años y, luego de dos cirugías y muchos sufrimientos, es una niña llena de vida», dijo con emoción. «Nosotros conocíamos a la Mater, pero luego de estos hechos, toda la familia se ha acercado a María y Jesús y hemos bendecido nuestro santuario hogar. Por eso, creemos firmemente que el verdadero milagro no sólo fue salvar a Martina, sino a toda la familia», indicó.

Oración de los misioneros de la Campañita
Querida Madre Tres Veces Admirable de Schoenstatt: hoy quieres partir a visitar a tus hijos, como lo hiciste con tu prima Isabel. Quieres llegar a todos los lugares donde hay bebés y niños en riesgo de vida, usándome como instrumento tuyo, para consagrarlos a tu Corazón Inmaculado, depositando en él, confiadamente, sus vidas.

Quiero llevarte desde el Santuario a los papás que tanto necesitan de tu cobijamiento; quiero darles contención y apoyo, acompañándolos cálidamente en los momentos de incertidumbre que Dios permitió para ellos; quiero comprometerme genuina y filialmente, abandonándome con confianza en ti y en tu divino Hijo Jesús, pidiendo la salud para los pequeños y la paz y fortaleza para los padres aún si Dios previó otro camino para ellos.

Con tu imagen, María, tu Alianza, tu Rosario y la fe puesta en el poder redentor de la Cruz y de la Eucaristía, ayudaré con mi oración y mi vida, en tu misión de transformar las familias y las personas que hoy me confías. Amén

Siete Misioneros para bebés en riesgo de vida

Actualmente son siete personas las que misionan, «y nos ayudan muchas mujeres de la rama de madres en la maternidad del hospital Vidal, donde recuperaron la capilla que está en la maternidad. Preparan ajuares para los bebés, todos consiguieron un sacerdote que celebre misa los miércoles y están pendientes de las necesidades de las mamás que tienen a sus bebés internados», sostuvo Débora.

“Tuve la imagen 84 días en mi casa”

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Luján con su hija

Luján Sena tiene 33 años, es de Corrientes Capital y se desempeña como periodista. El tesoro más grande de su vida «se adelantó» y su pequeña Ainhoa nació a las 25 semanas de gestación. «En el sector Neonatal, el padre Esteban Gamarra, párroco de la Capilla Divino Niño, le puso el ‘agua del socorro’ (NR: el sacramento del Bautismo en caso de riesgo de vida) a mi hija y él me comunicó que la Virgencita de Schoenstatt, que estaba en el oratorio del lugar, es Patrona de los prematuros y que me encomendara a Ella. Fui al oratorio y le pedí a la Virgen por mi hija. Luego me hicieron conocer la imagen de la modalidad de La Campañita, que acompaña a las familias en estos momentos difíciles desde lo espiritual en nuestras casas. Una señora llamada Rita me llevó La Campañita al hospital Vidal y luego la trajimos a mi casa».

La joven destacó que «desde el momento en que la Virgen de Schoenstatt pisó mi casa, es como dicen, todo es sentir y una continua entrega. Era rezar todas las noches después de venir el hospital y por supuesto ver la mejoría de mi hija en la Terapia Intensiva. Era algo increíble, que solamente las personas que tenemos fe y que realmente nos encomendamos a Dios y a Mamá María sabemos lo que eso significa». «Tuve la imagen 84 días en mi casa, le rezaba todos los días, todas las noches, aunque llegara cansada, porque yo iba al hospital desde las 6 de la mañana a las 22 horas de corrido», expresó.

«El impacto que tuvo en nosotros fue el de hacer crecer la fe, rezar con todas nuestras fuerzas e ir al otro día al hospital, ver y sentir, por sobre todas las cosas, de que todo estaba yendo bien. No se puede describir con palabras lo que uno vio y sintió «, afirmó Luján sobre su experiencia.

«El proceso de dar a luz un bebé prematuro fue difícil. Yo ya sabía que iba a tener un embarazo de bebé prematuro porque los médicos me advirtieron. Tuve un período de embarazo en reposo para que mi bebé no naciera antes de tiempo y evitar de todas las maneras posibles eso, pero Ainhoa quiso nacer a las 25 semanas de gestación, con 750 gramos. Empecé con contracciones, nació por parto natural un 29 de octubre y allí comenzó la gran lucha», recordó. «Tras su nacimiento todo era raro, fue como un zumbido, todo pasó muy rápido y quedas en un estado de shock. Como toda madre, una hace planes y esta experiencia de dar a luz antes de tiempo, te cambia todo y te ayuda a aprender», detalló.

“Viví días de mucha angustia al verla tan chiquita y con muchos aparatos”

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Abigail

Perla Acosta tiene 31 años, es de Corrientes capital, «a La Campañita la conocí cuando mi beba, Abigail, estuvo internada en NEO. La información me llego a través de una mamá que tenía a su bebé internada en mismo lugar», comentó a Época. «El proceso de dar a luz a una beba prematura fue muy difícil, algo totalmente nuevo y que ya me lo venía mentalizando ya que tuve preeclampsia grave desde los tres meses de embarazo y estuve mucho tiempo internada», explicó.

«Mi mayor miedo era saber si iba a estar bien cuando decidieron sacarla a los seis meses. Ella nació con 850g y desde ese día transitamos un largo camino. Gracias a Dios, con la fuerza de la familia y amigos que siempre pedían por la salud de mi bebita pudo salir adelante. No me quedan palabras de agradecimiento para todo el equipo de Neonatología del Hospital Eloísa Torrent de Vidal, para los médicos y las enfermeras que estuvieron siempre en el mínimo detalle», resaltó.

María, de 34 años también conoció la imagen de la Virgen cuando tenía a su beba internada en Neonatología, «nos dijeron que era la Virgen de los prematuros», dijo. «Por medio de otra mamá, me llegó la imagen de la Virgen. Me comentaron sobre el santuario aquí en la Ciudad de Corrientes pero aún no tengo la dicha de haberlo visitado. También hubo oradores que iban al hospital y nos informaron sobre esta misión de fe».

«Viví días de mucha angustia al verla tan chiquita y con muchos aparatos conectados. Emociones encontradas al vivir el día a día con tu bebé con pocas probabilidades de vida. Había días que avanzaba y otros que iba para atrás. Yo pasaba todo el día en el hospital y era difícil volver a mi casa porque mi bebé quedaba. El miedo era volver y encontrarme con malas noticias, pero a la vez la esperanza de en cualquier momento irnos a casa. Fueron tres meses de lucha, y la familia siempre apoyando que es fundamental para esta situación, pero gracias a Dios ya estamos en casa disfrutando de las travesuras de nuestra beba», compartió María sobre su hija Luz María.


Fuente: Diario Época, Corrientes, Argentina, 20.11.2022. Con permiso de la autora.

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1 Responses

  1. Indiana Roverano dice:

    Hola!! Soy Indiana de Santo Tomé, Santa Fe. En nuestra localidad tenemos dos moisés que acompañan a mamás con embarazos de riesgo o bebes nacidos prematuros. La Mater siempre acompaña y hace el milagro.

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