Publicado el 2018-01-27 In Campaña

“No llores, mamá… Estoy Vivo”

PARAGUAY, Julia Troche y Daniel Ávila •

El 20 de agosto del 2016 empieza esta historia que es, hasta hoy, la más significativa de mi vida, de nuestras vidas porque quiero incluir a toda mi familia.

Sábado de invierno, 6 de la mañana, me llevan al quirófano después de 30 largos días de internación, a dar a luz a mi tercer hijo, el varón después de dos nenas.

Jamás hubiésemos imaginado que nuestro pequeño nacería con una malformación congénita llamada atresia de esófago, que en pocas palabras, es cuando el esófago deja de crecer y no se une al estómago.

Desconocíamos el diagnóstico hasta que esa noche sonó el teléfono de nuestra habitación y lo llamaron a Dani (mi esposo) para que fuera hasta terapia intensiva. Allí le comunicaron el caso y le dijeron que mi pequeño de 2,500 kilos debía someterse a una cirugía de la cual no sabíamos si saldría vivo.

Mis ojos quedaron fijos en una frase

Mi corazón necesitaba un abrazo gigantesco que solo Ella podía darme. Abracé a la Mater de una forma terrible y me largué a llorar. Al mismo tiempo, abrí el librito de la Campaña de Bebés en Riesgo buscando algunas palabras de consuelo, lo que fuera, necesitaba leer algo y mis ojos quedaron fijos en una frase en la que el bebé dice: “No llores mamá… Estoy Vivo”. Con esa frase Ella me daba fuerzas para todo lo que se vendría.

La operación fue todo un éxito, pero necesitaría una segunda cirugía para completar el trabajo de unir los órganos.

Tu verdadera Madre te cuidará

Así empezamos a transitar los interminables días en terapia intensiva, de la mano de la Mater. Todas las noches cuando debíamos dejarlo allí solito, con el miedo de que algún aparato unido a su cuerpo dejara de funcionar, le decíamos al oído que ahora su verdadera Madre iba a cuidarlo. Nos despedíamos de él agarrándonos de la mano y orando, implorando a nuestro Padre Dios que permitiera que su hijo Jesús y nuestra Madre pudieran permanecer a su lado todas las noches. Mientras, yo hacía mi parte aferrándome al Rosario, ese mismo Rosario que jamás quise rezar, era en ese momento lo que más rezaba y se me hacía tan corto que podía volver a empezar.

Fueron momentos durísimos, en los que vivíamos un día a la vez, acompañados y fortalecidos por las oraciones de tantas personas unidas a nosotros.

Te consagro sus ojos, sus oídos

Un día, el médico nos informó que las secuelas podrían aparecer en la cabeza, en las caderas, en partes del cuerpo que ni sabía que existían. Entonces, cuando se acercaba la segunda cirugía decidimos con Dani consagrarlo a la Mater. Cambiamos la oración de consagración diciendo: Te consagro en este día… sus ojos… sus oídos… su lengua… en una palabra todo su ser… Le pedimos que fueran sus manos las que guiaran al médico y que lo protegiera con su manto.

Hoy, después de dos meses y medio de internación, Totó puede comer, puede caminar, puede jugar y no tiene ninguna secuela. Está en casa, sanito, demostrándonos diariamente el milagro de amor más grande que hemos vivido. ¡Es verdad que los tiempos de Dios son perfectos!

Yo no me la había tomado muy en serio, pero Ella sí

Primero, me regaló unos hermanos que con nuestras igualdades y diferencias estuvieron caminando con nosotros este largo camino. ¿Cómo lo hubiésemos hecho sin ellos?

Segundo, me ayudó a realizar una Alianza con mi Madre, en donde quizás hasta el día en que nació Tomás yo no me la había tomado muy en serio, pero Ella sí. Me enseñó que «nunca perecerá quien permanece firme a su Alianza de Amor».

Y tercero, me regaló un Santuario Hogar, que fue mi refugio, mi paz, mi fortaleza, en donde hubo días que sólo necesitaba estar arrodillada allí… sin decir nada, dejando que por medio de nuestra vela, Ella me demostrase su presencia… su Alianza.

Modalidades: La Campaña para bebes en riesgo de vida

Etiquetas: , , , , , , ,

6 Responses

  1. Juan Enrique Coeymans Avaria dice:

    Emocionante historia, con un final hermoso. El dolor del cual instintivamente huimos. es la mayor parte de las veces fuente de sanación en nuestras almas. Rezaremos por Julia, Daniel y sus hijos para que todo vaya bien. Bendito sea el Señor ahora y siempre y su madre y madre nuestra.

  2. Juan Enrique Coeymans Avaria dice:

    Emocionante historia, con un final hermoso. El dolor del cual instintivamente huimos. es la mayor parte de las veces fuente de sanación en nuestras almas. Rezaremos por Julia, Daniel y sus hijos para que todo vaya bien. Bendito sea el Señor ahora y siempre y su madre y madre nuestra.

  3. Juan Enrique Coeymans Avaria dice:

    Emocionante historia, con un final hermoso. El dolor del cual insitintivamente huimos. es la mayor parte de las veces fuente de sanación en nuestras almas. Rezaremos por Julia, Daniel y sus hijos para que todo vaya bien. Bendito sea el Señor ahora y siempre y su madre y madre nuestra.

  4. Techi Duarte dice:

    Hermoso testimonio!! La Mater escucha a cada uno de sus hijos!!

  5. Tita Ravera de Andras dice:

    Queridos Julia y Dani, muchas gracias por compartir esta preciosa experiencia: el milagro de la vida, la fidelidad de la Mater, la fuerza de la oración, la realidad que significa el santuario hogar…junto a ustedes doy también gracias al buen Dios por haber ayudado al pequeño Totó a salir adelante y tener una vida sana. Para Dios no hay nada imposible y con este testimonio de ustedes lo podemos comprobar.
    Un cariñoso saludo desde mi santuario hogar en Viena, Austria
    Tita Ravera de Andras

  6. Juan dice:

    Una preciosa historia

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *