Publicado el 2016-01-30 In Campaña, Obras de la misericordia

«Pido que te quedes conmigo»: con la Virgen Peregrina para no videntes en las periferias de la enfermedad y la pobreza

PARAGUAY, por Rafael Vera, Mima Cardona y María Fischer •

Sucedió en una visita de un grupo de jóvenes en un barrio periférico de Capiatá, el 16 de enero de 2015. Rafael Vera, de la Pastoral Juvenil de la Campaña de la Virgen Peregrina, consulta: «¿existe ya en Paraguay la imagen peregrina para ciegos?», preguntó al grupo de whatsapp de los misioneros de la Campaña del interior de Paraguay. Habían encontrado a Marciana Rodas, que vive en el Km. 21 del barrio San José de Capiatá: «Vive sola, sin asistencia. Los vecinos la suelen bañar. No tiene dedos y está ciega…» Necesita ropa de cama, necesita alimentos. Vive de la caridad de sus vecinos. Sufre la soledad, pues su hijo tuvo que irse para trabajar. Cuando un misionero de la Virgen Peregrina encuentra a una persona que sufre, no puede no reaccionar. No puede olvidar el compromiso con los pobres que Don João impregnó en la Campaña. No se puede quedar con palabras piadosas. Tampoco solo con alimentos y ropa (y menos sin ellos). Sabe que la respuesta a esta necesidad no seria completa sin ofrecer la visita de la Madre de la Misericordia, de la Virgen Peregrina. Por eso, tan preciso como sencillo el comentario de Rafael Vera: » La Pastoral Juvenil de Capiatá quiere visitarla y necesitamos una peregrina para ciegos.»

En plena época de verano se lanzó una búsqueda: la iniciadora de la modalidad de la Virgen Peregrina para ciegos, Rosita Ciola, de Villa Ballester, Argentina, recibió un correo electrónico… pero estaba de vacaciones. Mima Cardona sabía que hay una peregrina para ciegos en Encarnación y otra más… ¿pero con quien? Fueron unos pocos días de búsqueda y finalmente el 25 de enero Rafael Vera con jóvenes del Grupo Juventud Obrera Cristiana de la Comunidad San José Obrero, y la Peregrina para no videntes, una imagen en relieve de la Mater, tallada en madera, que permite a los no videntes «verla» con las manos, se fueron a visitar a Doña Marciana.

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Cuenta Rafael:

Ella nos llama adonde sus hijos necesitan.

indexwPuedo decir con certeza que ¡Ella es la gran misionera! La Madre viajera, la que conquista, como cuando visitó a su prima Santa Isabel. Hoy visita a sus hijos sin poner barreras ni distancias.

En esta ocasión visitó a la Sra. Marciana Rojas, no vidente, oriunda del Barrio San José, Compañía 9, Rojas Cañada, de Capiatá. La Peregrina y misionera, movilizó a varios de sus hijos misioneros de Paraguay para llegar a tan recóndito lugar. Viajó kilómetros para visitar a su hija amada valiéndose de fieles instrumentos, para acompañar a su hija que atraviesa esta difícil situación en medio de la soledad y el abandono de su familia. Ella, muy feliz, recibió a nuestra Madre misionera en sus brazos. Esta visita le hizo experimentar la gracia del cobijamiento. «Madre sáname de esta enfermedad, te pido que te quedes conmigo» fueron sus palabras.

Con alegría puedo decir que el regocijo que sintió Ña Marciana reafirmó nuestra tarea: somos un burrito al servicio de la Madre. Ella sabe adonde quiere ir y adonde quiere estar. Me tocó muy profundamente vivir esta situación y realidad de Ña Marciana que, privada de la vista, palpó el delicado tallado de nuestra Madre Tres Veces Admirable.

¿Pensaste alguna vez estar atravesando esta enfermedad y esperando esa visita? Ponte en el lugar de ellos y piensa en la oscuridad y abandono en el que viven, acude al servicio como burrito de la Madre: Ella es la luz que consuela en las aflicciones. ¡Piensa y acude a algún hermano no vidente que con ansias espera palpar la belleza que cobija a través del tacto! Belleza y medicina que reciben a través del tacto…

En cada ciudad hay ciegos

Tras esta visita, me comuniqué con dos personas más con esa dificultad, comenta Rafael. En cada ciudad hay ciegos. «Que buena inspiración divina tuvo Rosita Ciola. Les invito a que lo experimenten. Yo iba guiando a la abuelita mientras palpaba…»

El mismo día los misioneros de la Pastoral Juvenil de Pedro Juan Caballero visitaron a enfermos y trabajaron para combatir el dengue.

“Es siempre un milagro el que la misericordia divina se irradie en la vida de cada uno de nosotros, impulsándonos a amar al prójimo y animándonos a vivir lo que la tradición de la Iglesia llama las obras de misericordia corporales y espirituales», escribe el Papa Francisco en su mensaje para la Cuaresma 2016. «Ellas nos recuerdan que nuestra fe se traduce en gestos concretos y cotidianos, destinados a ayudar a nuestro prójimo en el cuerpo y en el espíritu, y sobre los que seremos juzgados: nutrirlo, visitarlo, consolarlo y educarlo. Por eso, expresé mi deseo de que »el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina”. En el pobre, en efecto, la carne de Cristo »se hace de nuevo visible como cuerpo martirizado, llagado, flagelado, desnutrido, en fuga… para que nosotros lo reconozcamos, lo toquemos y lo asistamos con cuidado».

Gracias, Pastoral Juvenil de Paraguay, por mostrarnos que se puede.

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