Publicado el 2016-01-06 In Campaña

Con los tres reyes magos llegan “las tres gracias de la Mater”

ITALIA, por Gisela Ciola •

Quería cerrar estas fiestas con el testimonio de mi experiencia como misionera, comenzada en el 2015. Para mí, “con los tres Reyes Magos llegan las tres gracias de la Mater”.

Hace menos de un año que comencé a misionar en Trento con la imagen de la Virgen peregrina. En el norte de Italia no hay Santuarios de Schoenstatt ni misioneros, por lo cual, mi preparación para este trabajo tan importante fue muy especial. Comencé mi tarea cuando recibí la bendición del P. Juan José Riba, en febrero del año pasado. Tengo que confesar que me sentía insegura, tenía un poco de miedo de no hacer las cosas bien o de no ser capaz de trasmitir lo que debía o en el modo justo que tendría que haberlo hecho, pero “Ella” (y nunca casualmente) me dio enseguida el impulso que estaba necesitando, y “eligió” como primera familia para visitar, una de las dos personas por las que yo había rezado (ante la imagen que hoy misiono). Desde entonces no deja de visitar familias.

Poco tiempo después, recordé lo que le dije a la Mater en mi primera visita al Santuario Original, hacía casi dos años: “Madre, sé que te estoy pidiendo mucho, no sé que ofrecerte algo equivalente para el capital de gracias, decídelo Tú, yo me pongo en tus manos, quiero ser un instrumento tuyo”. Textuales palabras: “quiero ser un instrumento tuyo”, y así fue, ¡siete meses después aún soy la única misionera en esta zona!

Con la imagen recibí un cuaderno donde las personas visitadas pueden escribir sus pedidos y/o agradecimientos, creando de esta manera una cadena de oraciones y de gratitud.

Mientras leía las páginas escritas en el transcurso de este año, hablaba con la Mater (en confidencia): Madre, ¿no será demasiado todo esto para mí sola? Pero un par de páginas más adelante recibí la respuesta: al leer y recordar las experiencias de quienes fueron visitados por Ella, ¡me di cuenta de que la Mater me había concedido sus tres gracias! ¿y todavía tengo dudas? Estoy segura de que Ella seguirá marcándome el camino que tengo que seguir y encontrará la manera de que todo esto siga creciendo y pueda llegar a muchas más personas, y por qué no, algún día, ¡realizar mi sueño de tener un Santuario de Schoenstatt también en el norte de Italia!

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Gisela Ciola y su imagen Peregrina entre las montañas del Trentino

Gracias Madre por haber hecho de mí un instrumento tuyo

Quería hacer llegar mi testimonio a la mayor cantidad de personas posible, por lo que copio textualmente las palabras de agradecimiento que escribí en el cuaderno que acompaña a nuestra Peregrina:

“Madre, quería agradecerte por nuestro primer año de peregrinaje juntas, y por haberme concedido todas tus gracias, no solo a mi sino a todas las personas y familias que con tanta alegría te recibieron. Gracias por permitirme ser testigo de tu amor y haber hecho de mí un instrumento tuyo.

Quiero agradecerte en particular por cada persona que bendijiste, escuchando nuestras oraciones, “protegiéndonos bajo tu manto de Madre”:

  • Por Mónica, una mamá que vuelve a su hijo con más fuerzas que nunca;
  • Por Paolo, a quien has ayudado a superar su enfermedad reemprendiendo su trabajo y la vida con su familia;
  • Por Giglia, dándole fuerzas a ella y a sus hijos para combatir un tumor;
  • Por Giorgio, que fue operado sin ninguna complicación;
  • Por otras dos personas (anónimas) que salieron de un coma después de gravísimos accidentes y “volvieron a vivir”;

Gracias por habernos regalado “la transformación interior” a cada uno de nosotros, por “mi transformación” desde que te visité en tu Casa Original, en el Santuario de Schoenstatt en Alemania, hasta hoy.

Y gracias también por “la misión”; “por ayudarme a ser seguidora de Cristo y llevar su amor”. Siento una particular necesidad de dar testimonio de este don recibido. Madre, en tu Santuario me abrazaste, me consolaste, me mimaste y trasformaste mi corazón; me tomaste de la mano y me marcaste el camino a seguir… ¡y acá estoy! Peregrinando juntas, misionando con tu imagen, la única en todo el norte de Italia, aquí, lejos de todos tus Santuarios, pero rodeada de muchas personas que esperan recibirte en su casa, en su familia, unidas en oración por las personas que sufren o que están mal, y a menos de un año aquí estamos, agradeciéndote todas las gracias que nos has dado!

¡Gracias por haberme quitado todas mis dudas y miedos y hacer de mí un instrumento tuyo!

Espero poder llevarte a muchas otras personas y familias, de modo que puedas bendecir también a todas ellas y ayudarnos, en este año santo, a vivir en misericordia.

“Nada sin Ti, nada sin nosotros”

Unidos en Alianza solidaria, con todo mi corazón, ¡mil gracias por este fantástico año de misión!”

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Gisela Ciola y su Marido (Paolo Mairer) agradecen a la Mater las bendiciones recibidas en el 2015 (de fondo Catedral de Trento)

Fotos: Gisela Ciola. Foto arriba: Pesebre Plaza Dante (centro de la ciudad Trento).

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2 Responses

  1. HMA - Argentina dice:

    En 1985, con ocasión del centenario del nacimiento del Padre Kentenich, miles de schoenstattianos peregrinamos desde Schoenstatt a Roma para una audiencia con el Papa, San Juan Pablo II. Los que viajamos en ómnibus (más de cien vehículos) lo hicimos por dos itinerarios: por Suiza o por Austria.
    Felizmente me tocó ir por Austria y pasar una tarde y una noche en Trento. Paisajes bellísimos y un «tocar la historia» en la catedral de Trento, donde los Padres de Schoenstatt que participaban del viaje celebraron la Sta. Misa.
    Pasamos varias horas allí, y sin duda habrá quedado algún «rastro de la Mater» que ahora está resurgiendo con la misión de Gisela… Seguramente habrá sólidas raíces y, con los aportes al Capital de Gracias de todos los que nos encontramos en Schoenstatt.org, no dudo que en un futuro no demasiado lejano la Mater querrá establecerse en Trento. Gracias por tan hermoso testimonio!

  2. Cecilia dice:

    ¡Qué hermoso testimonio Gisela! Me encantó lo de revisar el cuaderno para leer los agradecimientos de las familias. Al leerlos así, todos juntos, provocan una emoción incontenible. Ahí tomamos conciencia de lo que la Mater obra, tomamos conciencia de la fe de las familias que se entregan incondicionalmente a Ella.
    Nuestro miedo es comprensible, pero a la hora de misionar nos damos cuenta de que las palabras no son nuestras, el Ella quien las pone en nuestros labios. Ella nos educa, nos marca el camino.
    «En el norte de Italia no hay Santuarios de Schoenstatt ni misioneros» decís. Entonces comencemos a hacer aportes al capital de gracias por un Santuario para el norte de Italia y para que se agreguen más misioneros como vos a las huestes de la MTA.

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