COSTA RICA, Margarita de Escorriola •
El Papa Francisco, en la Exhortación Apostólica AMORIS LAETITIA, nos hace ver que “los primeros años de matrimonio son un período vital y delicado durante el cual los cónyuges crecen en la conciencia de los desafíos y del significado del matrimonio. De aquí la exigencia de un acompañamiento pastoral que continúe después de la celebración del sacramento”. —
Conscientes de esta necesidad y tarea, el Movimiento de Schoenstatt, en Costa Rica, inició en el mes de abril, cinco grupos de matrimonios jóvenes (con menos de cinco años de casados), que integran la segunda generación, ya que, en el año 2019, se habían formado los primeros cinco grupos de matrimonios jóvenes.
En tiempos difíciles debemos acompañar más a los matrimonios jóvenes
Aunque al comienzo existía incertidumbre por el hecho de iniciar estos grupos en tiempos de confinamiento, nos impulsaron las voces del tiempo y la fe práctica en la divina providencia. Entendíamos que, justamente en “tiempos difíciles”, es cuando debemos acompañar más a los matrimonios jóvenes para que se fortalezcan y sigan creciendo en el amor, aún en la adversidad.
La resultante creadora nos ha confirmado que la fecundidad es posible en la pandemia. Estos grupos se han consolidado con gran participación y entusiasmo de las parejas en sus reuniones y en las actividades que se han organizado pensando en sus intereses y necesidades.
En estos días, 36 matrimonios jóvenes, participaron de la charla “Tecnología en el matrimonio”, impartida por Irving Soto y Milagro Castro, matrimonio perteneciente a la Rama de Familias.
“Las redes sociales pueden ser beneficiosas…”
Las tecnologías, en estos tiempos de distanciamiento social, se vuelven de vital importancia para poder trabajar, para conectarnos con seres queridos, para continuar estudios, pero es necesario tener un sano equilibrio; que sepamos utilizarlas correctamente, de forma que ayuden a vincularnos con el otro y no a separarnos.
Esto nos lo hizo ver el papa Francisco en su discurso a las familias el 25 de agosto de 2018 en Dublin, en donde señaló que “Las redes sociales pueden ser beneficiosas si se usan con moderación y prudencia. (…) que estos medios no se conviertan en una amenaza para la verdadera red de relaciones de carne y hueso…”.
Una “dieta digital”
Los matrimonios agradecieron poder recibir formación en un tema tan actual y necesario. Martín Crivelli y Karla Apestegui expresaron: “Gracias por un tema muy importante para el tiempo que estamos viviendo, donde nuestra autoformación es crucial para lograr integrar la tecnología al camino que Dios tiene para nosotros”.
En dicho encuentro, los charlistas interpelaron a los matrimonios a reconocer e interiorizar la utilización que le dan a los medios tecnológicos, y desde la realidad de cada uno, trabajar en una serie de propósitos:
- identificar conductas de dependencia tecnológica en la vida diaria,
- revisar qué proyectamos en las redes,
- demostrar con hechos a las personas de mi vida que son más importantes que los contactos de mi teléfono,
- practicar una “dieta digital”.
Tal y como lo expresaron los monitores Randall Barquero y Patricia Rodríguez, “Sin duda, es un tema muy rico para compartir internamente con el grupo”. Y también para que estos matrimonios jóvenes sigan trabajando en sus casas, para que el confinamiento sea aprovechado como un tiempo para crecer y vincularse en profundidad.
¡Tiempos de pandemia son también tiempos de crecer!
