Publicado el 2020-07-24 In Alianza de Amor Solidaria en tiempos de Coronavirus, Proyectos

Aprendizajes, desafíos y el valor de la presencialidad

URUGUAY, Centro Educativo “Providencia” •

Desde que las autoridades sanitarias anunciaron en mayo la vuelta a clases, en el Centro Educativo Providencia comenzamos a construir con todo el equipo (coordinadores, educadores, profesores y equipos psicosociales) el plan de vuelta a la presencialidad. Este retorno a clases es una construcción colectiva de cada programa a partir de un proceso de reflexión y con base en los lineamientos generales que nos trazamos como institución.

Para elaborar el plan tomamos en cuenta los aprendizajes durante el tiempo no presencial, lo que nos parece importante conservar en la vuelta a la presencialidad, los desafíos que hemos tenido en este tiempo y los desafíos que nos esperan. En este sentido, cada programa (Casa Comunitaria, Club de Niños, Liceo Providencia y Centro Juvenil) fue preparando cómo recibir a los niños y jóvenes en esta vuelta.

Esta planificación se construyó también en el ida y vuelta que los educadores han generado con los jóvenes, escuchando y entendiendo sus inquietudes y tomando la experiencia que cada uno ha vivido en este tiempo para planificar el proceso educativo en el mediano y largo plazos. Encontramos una oportunidad muy linda en la retroalimentación con los niños y jóvenes para mejorar las prácticas y tener en cuenta su voz sobre sus aprendizajes.

Parte de esta planificación también tuvo que ver con el protocolo sanitario que generamos de acuerdo con los lineamientos establecidos por las autoridades y con el apoyo y asesoramiento de la Dra. Teresa Gómez. Algunas de las medidas que hemos tomado tienen que ver con readaptar los salones, mantener los espacios ventilados, desinfectar las instalaciones entre grupo y grupo, mantener la distancia, utilizar tapabocas, tomar la fiebre a la entrada, además de colocar alcohol en gel y alfombras sanitarias en la entrada al centro.

Aprendiendo en el camino

Hemos tenido valiosos aprendizajes durante la no-presencialidad que nos ayudaron a reflexionar sobre cómo preparamos esta nueva etapa para recibir a los niños y jóvenes y revalorizar algunos conceptos que hoy toman otro significado. “Por un lado, en este tiempo hemos resignificado lo potente del encuentro presencial en el proceso de enseñanza-aprendizaje, que nos da una oportunidad valiosa y única para intercambiar, discutir y compartir con los docentes y los compañeros”, señaló Laura Voituret, directora general de Providencia.

Patricia Orlando, coordinadora pedagógica de Providencia agregó, “Hay una riqueza muy grande en el intercambio grupal y en el trabajo colectivo para la generación de contenido. Por eso, durante la cuarentena buscamos siempre instancias para encontrarnos y vernos de manera virtual a partir de videollamadas”.

Por otra parte, durante este periodo quedó en evidencia el rol clave de las familias en el proceso educativo de los niños y jóvenes y la importancia de que participen activamente de este proceso para apoyarlos y acompañarlos. “Desde Providencia trabajamos en conjunto con las familias para poder asegurar los aprendizajes y llevar adelante la propuesta educativa. No hubiera sido posible sin su involucramiento y apoyo diario”, aseguró Laura.

Además, hubo un gran aprendizaje que tuvimos como comunidad educativa (educadores, familias y niños y jóvenes) relacionado al nivel de autonomía e independencia que lograron los niños y jóvenes en la gestión de sus propios procesos de aprendizajes, que nos han mostrado muchas ganas de aprender. También aprendimos sobre nuevas herramientas tecnológicas que nos dieron la oportunidad de llegar a los niños y jóvenes y estar cerca.

Los desafíos

La vuelta a clases nos ha traído diversos desafíos. Tenemos el objetivo fundamental de asegurar la continuidad educativa y que los niños y jóvenes cuenten con las herramientas y competencias necesarias que les permitan seguir avanzando y disfrutando el ciclo educativo.

Por esta razón, desde Providencia estamos pensando en un proceso educativo a dos años que incluya 2020 y 2021. Al respecto de esto, Patricia señaló, “Hay un desafío importante en cuanto a qué contenidos queremos priorizar en relación con los programas académicos y cuáles son las habilidades que debemos priorizar para que tengan las herramientas necesarias y suficientes para poder gestionar su aprendizaje”. En ese sentido, debimos ajustar la propuesta siendo muy cuidadosos en la jerarquización de los contenidos y las habilidades que queremos que los alumnos tengan como herramientas fuertes para el próximo año.

Otro gran desafío está en transmitir la importancia de la presencialidad en el quehacer educativo y el valor de lo colectivo en la construcción del saber para motivarnos a seguir adelante.

Desde Providencia organizamos algunos encuentros con los referentes familiares para poder intercambiar acerca de cómo nos preparamos y las medidas sanitarias que estamos tomando, lo cual nos ha ayudado a despejar dudas y que ellos puedan entender cómo estamos planificando el retorno. “El 95% de las familias han participado de estos encuentros y nos cuentan que los niños y jóvenes están entusiasmados con la vuelta a clases presencial, y poder ver a sus compañeros y docentes, compartir, charlar, encontrarse y volver a aprender juntos”, cuenta Laura.

La voz de los jóvenes en la vuelta a clases presencial

Nos tomamos mucho tiempo para conversar con los niños y jóvenes del Club de Niños y del Liceo Providencia para que nos contaran cómo habían vivido esta vuelta a clases presenciales y el encuentro con sus compañeros y docentes.

Mauro, de 6to del Club de Niños, nos contó que de a poco se fue acostumbrando a “ponerse alcohol en gel y lavarse las manos al salir de la clase, al entrar, a cada rato”.

La sala de clases como espacio de encuentro y aprendizaje

Una de las primeras reflexiones que los jóvenes destacan es la diferencia que notaron entre aprender en modalidad virtual y presencial. “No es lo mismo tener a tu maestra enfrente tuyo que te puede explicar muy bien las cosas”, nos dijo Avril, de 6to del Club de Niños. Mauro recalca, “en el salón es diferente porque podés preguntar si tenes una duda rápida”.

El encuentro con los compañeros y los aprendizajes que se generan en el aula son muy valorados por los niños y jóvenes. Cada uno puede aportar al otro, compartir conocimientos, cualidades y así aprender juntos. “Siempre te pasa que uno (un compañero) justo hace esa pregunta que está bien, entonces estoy aprendiendo con él”, nos cuenta Ezequiel, estudiante de 3er año del Liceo.

Otra de las expresiones que aparece tiene que ver con los vínculos, las ganas de volver a verse y de encontrarse con sus compañeros y educadores. “Me gustó volver a ver a mis compañeros con los que me pasaba riendo. Está bien volver a ver a los profesores que uno extrañaba porque hacía mucho que no los veía. Volver a tener las explicaciones que no podía entender por las redes. Volver a ver los referentes que lo dan todo para que vos vengas”, destacó Ezequiel.

Más allá de los contenidos curriculares, en Providencia buscamos que los niños y jóvenes puedan desarrollar sus potencialidades y fortalezas. En este sentido Mauro nos cuenta “aprendemos muchas cosas acá, a valorar, a no pelearnos con los demás…”, y destacó, “también reforzamos lo que aprendemos en la escuela”. Avril, por su parte, recalcó, “aprendemos a compartir en equipo, a prestar las cosas, a no pelear, a todo eso, a valorar a las personas”. Ezequiel también nos comentó que, “se aprende el compañerismo más que nada en estos momentos, a tener humildad, ayudar a tus compañeros. Muchas cosas se aprenden”.

Desde Providencia buscamos generar espacios para acompañar los anhelos y sueños de los niños y jóvenes. “Yo quiero terminar y hacer lo que más amo (…) Quiero estudiar marítima”, nos dijo Ezequiel. Además, nos contó que “quería volver” al liceo y que “sentía que si seguía con las redes no iba a aprender nada, no iba a pasar de año, me sentía así, y yo quiero pasar de año porque quiero hacer lo que quiero”.

Con la alegría de seguir aprendiendo en el encuentro con los otros y la convicción de continuar construyendo oportunidades educativas, acompañamos y motivamos a los niños y jóvenes a seguir adelante con confianza y entusiasmo.

En momentos de desafíos y de gran reflexión, recibimos a los niños y jóvenes con muchas ganas de continuar aprendiendo uno del otro, caminando juntos y creciendo como comunidad educativa.

Pagina Institucional «Providencia»

 

Centro Educativo Providencia, Uruguay: educar para la vida

 

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1 Responses

  1. Rafael Mascayano Medo dice:

    Muy interesante lo que se plantea en esta realidad educativa en pandemia. Sí, creo que tomando al p. Kentenich, más que «educar para la vida», debiésemos «educar desde la vida», y que es el trasfondo del artículo. Aprovechar la vida que se ha dado, los aprendizajes que han emergido de esta situación, y desde allí seguir construyendo la vida. No preparamos apara una viida que algún día llegará, ayudamos a aprender desde la vida, y como diría el p. Kentenich, «encendiendo la vida con la vida».

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