ARGENTINA, Diana Hernández •
Bella celebración de la coronación de la Mater como “Reina de la salud física y espiritual”, vivida a través de Facebook y YouTube con mucha emoción, con innumerables mensajes de aliados alrededor del mundo, con pedidos y ofrecimientos a la Reina. El 15 de abril de 2020, muchos schoenstattianos se unieron desde sus Santuarios Hogar a la coronación celebrada en el Santuario Original.
Antes de comenzar la misa, tomé la corona que me había dado en custodia mi hermana del corazón, Mónica Alé. En septiembre de 2016, cuando la peregrinación de los misioneros del Santuario de Paso Mayor, regresó del Santuario Tabor, en Brasil, ella me dijo: “Hermana, lleva esta corona a tu Santuario Hogar en custodia”. Y así lo hice. Todos estos años ha estado en el santuario hogar, recibiendo papelitos con nombres e historias de tantos que han peregrinado por mi vida, con pedidos y ofrecimientos.
Motivada por la Familia de Schoenstatt de España
Comencé la preparación para esta coronación, motivada por la familia de Schoenstatt de España, poniendo en las manos de la madre la situación general de pandemia y el trabajo que, junto a mis colaboradores, debemos llevar adelante contra este virus, como personal de salud.
Y llegó el día. Tomé en mis manos la corona, sabiendo que nos encontraríamos con muchos amigos, misioneros, peregrinos, unidos en el mismo corazón de la Madre. La corona había sufrido la rotura de una de sus puntas, traté de repararla. No quedó perfecta, pero tenía el convencimiento de que la Mater la recibiría con agrado. Es una hija con heridas que quiere renovar su Alianza con Ella. La celebración transcurrió con mucha alegría, y cada uno tuvo su momento personal pero unido a lo comunitario, para coronar a la Reina.
Luego de la misa, llamé a mi hermana Moni para contarle sobre “la corona en custodia”. Grande fue mi sorpresa cuando me dijo: “Esa corona es tuya”. Allí recordé las palabras del Papa Francisco leídas hace poco “El otro es una gentileza que Dios ha tenido conmigo”.
Providencial comienzo porque la coronación es un proceso, un camino de transformación, como toda la vida del hombre.
