Publicado el 2020-04-21 In Alianza de Amor Solidaria en tiempos de Coronavirus, Alianza solidaria

¡Reina de la Salud, intercede por nosotros!

PARAGUAY, Martín Pereira •

En la Campaña de Rosario de Paraguay, los misioneros comparten, diariamente y de forma digital, un rosario. Llegan a números de participantes que pocas veces tuvieron en un rosario presencial. El 15 de abril, unidos al santuario Joven en Asunción, muchos coronaron en sus casas a la Madre Tres Veces Admirable de Schoenstatt como Reina de la Salud. —

En el Paraguay, país pequeño en el corazón de Sudamérica, no estamos exentos de los problemas sanitarios que preocupan al mundo entero. Nos encontramos un poco mejor en comparación con nuestros vecinos y bien alejados de la situación actual del viejo continente y Asia, debido en parte a las acertadas decisiones adoptadas por el gobierno nacional desde el 10 de marzo, cuando se identificó el primer caso de Covit-19. Desde entonces, el país entró en una cuarentena obligatoria para evitar la propagación del virus. Hasta la fecha en el país tenemos identificados un poco más de 200 casos de personas afectadas y lamentamos el fallecimiento de 7 compatriotas.

La cuarentena obligatoria exige poseer capacidad económica para persistir, lo que es un gran desafío en un país en donde predomina la clase obrera. Nos encontramos en tiempo difíciles, de temor e incertidumbre, que sin duda ponen a prueba nuestra fe. El P. Kentenich nos decía que Dios es un padre de bondad, y todo lo que Él tiene pensado para nosotros es para nuestro bien, aunque a veces no lo podamos entender.

Un rosario compartido todos los días

En medio de tantos pedidos de ayuda, desesperación y hasta impaciencia debido al encierro, sale a relucir la acción de la Iglesia a través de las distintas redes sociales. Es notorio observar que en las distintas celebraciones eucarísticas de forma digital asisten 1.000 o 1.500 personas, lo cual físicamente es muy difícil.

En la Campaña del Rosario nos propusimos compartir el rosario todos los días de forma digital a las 8:30 de la noche, en donde la audiencia promedio es de 70 personas, que también son números difíciles de alcanzar en un encuentro habitual del rezo del rosario.

Una corona hecha en casa para la Reina de la Salud

Todas estas conexiones e interacciones digitales nos permiten a la distancia estar más unidos que antes. A similitud de cuando el padre fundador se encontraba en el campo de concentración de Dachau atravesando una gran hambruna y coronaron a María como Reina del Pan, para que ella proveyera a sus hijos necesitados de sus alimentos, ahora nació en el Movimiento de Schoenstatt una corriente de coronación a la Mater como Reina de la Salud. Hoy, que todos estamos en busca de preservar la salud, acudimos a ella con confianza.

En momentos previos de preparación espiritual, nos trazamos el rezo diario del rosario como conquista comunitaria como aporte al capital de gracias para las coronaciones, y conquistas individuales. También fue muy linda la creatividad al momento de la búsqueda de la corona física en días de encierro, utilizando los materiales que uno posee en casa, sin posibilidad de salir a comprar la corona más bonita, tal como ocurrió en Dachau.

Si en Dachau ya no faltó el pan, que tampoco falte ahora la salud

Llegó el día marcado, el 15 de abril, que justamente cayó en miércoles, día en el que se meditan los misterios gloriosos y que terminan con la coronación de la Virgen María como Reina y Señora de todo lo creado. Por medio de la página de Facebook del santuario Joven de Asunción, pudimos asistir a una ceremonia muy emotiva, presidida por el P. Martin Gómez, en la que se elevó el clima espiritual al máximo y en miles de hogares procedimos a coronar simultáneamente a la Mater. Imagino el corazón de María, coronada como Reina de la Salud. Ella, la Omnipotencia Suplicante, recibiendo en varios países el clamor por su intercesión en esta terrible situación sanitaria.

Minutos más tarde, en los diversos grupos de WhatsApp iban llegando las fotos de cientos de santuarios-hogar en donde la habían coronado. Familias que vivían un clima festivo, cuando eran ya casi extraños los momentos de alegría luego de tantos lamentos, hermosas coronas, fabricadas de forma casera, en donde sale a lucir la creatividad inspiradora del amor a la Madre y Reina, la Reina de la Salud, a quien sus aliados le pedimos que ruegue por nosotros, por nuestros seres queridos, por nuestros pueblos, que no falte salud, así como en Dachau, luego de aquella ceremonia, sorprendentemente ya no faltó el pan.

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