Publicado el 2015-04-05 In Alianza solidaria

En solidaridad con el pueblo de Garissa, Kenia

SUDÁFRICA, Ciudad del Cabo, Sarah-Leah Pimentel •

El silencio del Jueves Santo desciende sobre nosotros. La Iglesia está vacía porque el Santísimo Sacramento se ha llevado al Altar de Reposo. El altar está despojado. El agua bendita es retirada de las fuentes. Una sensación de terror llena el aire, porque sabemos lo que viene. Sabemos que mañana Cristo caminará hasta el Calvario. Por los pecados del mundo, él será torturado y clavado en una cruz. Morirá de una muerte atroz. Y así seguimos en solemne silencio.

Esta noche también hay silencio en la ciudad de Garissa, en el este de Kenia. Las autoridades han impuesto un toque de queda. Esto se debe a que esta madrugada, un grupo de hombres armados y enmascarados, probablemente militantes del grupo terrorista Al-Shabaab, irrumpió en una universidad y tomó como rehenes a cientos de estudiantes. En el transcurso del día 147 fueron asesinados – algunos de ellos decapitados – y otros 76 resultaron heridos antes de que las fuerzas de seguridad de Kenia pudieran neutralizar a los terroristas. Cerca de 500 estudiantes fueron capaces de escapar o fueron rescatados esta noche tarde. Cuando Garissa se fue a dormir la noche anterior, nadie podía imaginarse el terror que el día de hoy traería. Muchas vidas han cambiado para siempre.

Así que, mantenemos nuestro silencio orante, oremos también en solidaridad con los estudiantes de la Universidad Gariss, las familias de los que murieron, por aquellos que vieron como asesinaban brutalmente a sus amigos y compañeros de clase. Oremos por los sobrevivientes, para que no se transformen en personas resentidas llenas de odio y miedo. Oremos también por los terroristas. Esto es más difícil de hacer. Pero, sin embargo, Jesús desde la Cruz nos enseña a dirigirnos a Dios y decir en voz alta: Padre, perdónalos, porque no saben lo que están haciendo.

Mañana mientras caminamos el Camino de la Cruz, mientras damos testimonio de que Jesús exhaló su último aliento en la Cruz, mientras vemos removida la piedra del sepulcro, continuemos rezando por estos estudiantes, muchos de ellos mártires, especialmente los que fueron asesinados porque eran cristianos.

Somos Garissa.

Original: Inglés – Traducción: Susana A. Llorente, Buenos Aires, Argentina

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