COSTA RICA, Juan Pérez •
El viernes 4 de junio un grupo de 20 alumnos graduados del Colegio Country Day, de San José, tuvieron una misa en el santuario de Schoenstatt. —
La iniciativa tuvo mucho eco en ellos que, incluso en los días previos, varios llegaron a confesarse.
Uno de los jóvenes, Jorge Eduardo Herdocia, cuyos padres pertenecen a la Federación de Familias de Schoenstatt, dirigió las palabras de bienvenida. Victoria hizo la lectura y otra chica leyó las peticiones de perdón.
En la homilía, el padre José Luis Correa, asesor nacional del Movimiento los invitó a crecer en la amistad con Jesús, a partir del texto del Evangelio que se proclamó. Les dijo que pueden aspirar a ser de esos santos “millenials” como Carlo Acutis y otros varios que están en proceso de beatificación.
“Influencer” de la fe
“La Iglesia católica tiene un santo millenial, y un patrono de Internet”, escribe Jesús Bastante en un comentario a la beatificación del joven italiano. “Igual que puede acordarse de santa Bárbara cuando truene, o rezar a San Cristóbal para los trayectos en automóvil, los católicos ya pueden implorar a un nuevo santo cuando se corte la conexión, un virus informático infecte el ordenador o se le bloquee Twitter. Algunos ya lo hacían con Santa Tecla, pero desde el pasado domingo, tenemos a Carlo Acutis. Es el beato más joven del siglo XXI, un apasionado de la web y todo un ‘influencer de la fe’. El joven italiano, nacido en Londres en 1991 y fallecido, con apenas 15 años, en 2006, tras una leucemia fulminante, es el primer beato de la generación millenial, un chico obsesionado por la tecnología como herramienta para sembrar los valores cristianos, hasta el punto de crear una web en la que difundía historias de fe y conversión, así como ‘milagros eucarísticos’. También ayudó a que 10.000 parroquias se conectasen digitalmente».
La gracia del presente
Les invitó a ser siempre agradecidos a Dios, a sus padres y maestros que les posibilitaron llegar a este momento y continuar su formación académica donde sea que la reciban.
Les recordó que tienen que vivir bien el presente, con ‘la gracia del presente’, como dice el Papa Francisco, para tomar buenas decisiones que determinan el futuro de todos; hacerse responsables de lo que decidan y hagan, pues todo repercute para bien de cada uno y de todos.
Al final, después de las fotos de grupo, cada uno entró al santuario con sus familiares para tomarse una individual dentro.
A cada uno se le regaló una estampita con la imagen de la Mater y la oración de la pequeña consagración, que rezamos juntos antes de la bendición.
