Publicado el 2019-06-21 In Schoenstatt en salida

Último domingo de mayo: Peregrinación al santuario del Monte Sion Gikungu

BURUNDI , Claudine Niyomwungere •

A fines de mayo, el domingo 26 de mayo de 2019, el santuario de Schoenstatt del Monte Sion Gikungu recibió a muchos peregrinos de todas las parroquias del vicariato de Bujumbura y sus alrededores, a representantes de los movimientos espirituales, pero, sobre todo, a miembros de grupos que pertenecían al Movimiento de Acción Católica en Bujumbura. Se reunió una pequeña “Confederación de Apostolado Universal”. —

A las 8:30 de la mañana, una gran multitud se reunió frente al hospital militar de Kamenge, y luego siguió en procesión subiendo la montaña hasta el Monte Sion Gikungu junto a la imagen de la MTA, y a un estandarte con la inscripción “Porque el Poderoso ha hecho en mí grandes cosas » (Lucas I,49). Dos coros, bailarines, numerosas banderas y un gran número de sacerdotes concelebrantes acompañaron al arzobispo de Bujumbura, Mons. Gervais Banshimiyubusa, quien celebró la misa de acción de gracias en la iglesia de la Santísima Trinidad.

 

Una tradición desde 2001

En su bienvenida, el P. Félicien Nimbona, rector del santuario, señaló que, hace 18 años, miembros de diferentes movimientos católicos pidieron al entonces obispo que organizara un solemne cierre del mes de María para contrarrestar el rechazo a María en algunas iglesias cristianas de Burundi. Así fue que cada año, desde 2001, en el último domingo de mayo numerosos grupos se dirigen al santuario de Schoenstatt para recordarnos que Burundi está consagrado a la Santísima Virgen: “Nuestra Reina manda en nuestros corazones. ¡Nuestra tierra le pertenece a la Santísima Virgen María!»

El mensaje de paz de Jesús

En su homilía, Mons. Banshimiyubusa habló del mensaje de paz que Jesús confió a sus discípulos en el Evangelio de ese domingo (“…mi paz os dejo, mi paz os doy…, Juan 14, 23-29). La Santísima Virgen trajo al mundo a este “Rey de la paz». Esta debe ser la tarea de los cristianos en su entorno: ser testigos de la paz, mensajeros de la paz en su vida cotidiana. El amor que llevó al Padre a enviar a su Hijo al mundo, ese amor lo deben reflejar los cristianos en sus vidas. “Los cristianos son constructores de la paz y la deben entregar a los demás»; dijo el obispo a los cinco mil peregrinos presentes.

Saludó en forma especial a las académicas schoenstattianas de Alemania que estaban presentes y que estuvieron en el país durante tres semanas. Ellas visitaron al nuevo grupo de su comunidad. El grupo, al que pertenece la autora de este artículo, se formó en 2017 y ahora cuenta con 120 miembros.

Bendición en el santuario

A través de numerosos cantos y bailes, la celebración de la Eucaristía se convirtió en una celebración cautivadora y emocionante. Una y otra vez, pequeñas niñas esparcieron pétalos de flores frente a la imagen de la MTA y jóvenes vestidos de burundianos bailaron frente al altar. Durante la acción de gracias, después de la comunión, el entusiasmo de los peregrinos alcanzó su punto culminante cuando todos aplaudieron o levantaron los brazos al ritmo de la música.

Finalmente, la celebración eucarística terminó con una procesión desde la iglesia hasta el santuario de la Santísima Virgen, donde se concluyó el solemne cierre del mes de mayo con la bendición del obispo.

Original: francés 16/6/2019. Traducción: Tita Andras/es, Viena, Austria

Fotos: Claudine Niyomwungere, Inge Wilhelm

 

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