Perú, Manuel Huapaya •
El sábado 12 de Marzo se llevó a cabo en la ciudad de Lima, la marcha por la vida, iniciada en el año 2002 por el Arzobispado de Lima, la Conferencia Episcopal Peruana y otras organizaciones. Año a año el número de asistentes fue en incremento y en los últimos cuatro años se ha convertido en una de las marchas y manifestaciones más grandes de Latinoamérica.
Este año se congregaron, a lo largo de las calles de Lima, aproximadamente 750.000 personas, todas ellas motivadas y animadas por un rotundo sí a la vida.
Lemas como “Unidos a la Iglesia marchamos este día”, eran proclamados y cantados incesantemente por los jóvenes asistentes; un marcha que congrega no sólo a los católicos,sino también a otras iglesias cristianas, que juntos entonaban “Sí a la vida, no al aborto,… en el Perú cristiano nunca será aprobado.»
Cada ser humano es un pensamiento y un deseo de Dios
El Movimiento de Schoenstatt no es ajeno a esta realidad y como en otros años, también estuvo presente, alentando y avivando el sí a la Vida, recordando las palabras del fundador, el P. José Kentenich: “Cada ser humano es un pensamiento y un deseo de Dios.»
Aún resuenan en las mentes las frases como: “la Iglesia no se calla, la iglesia da batalla”, o aquella proclamada fuertemente con el corazón: “Mi madre dijo Si, por eso estoy aquí.»
De esta manera todos los asistentes quisieron dejar muy en claro que el primer derecho es a la vida y elevar todas las voces a quienes dirigen la nación o dictaminan las leyes, para que nunca se intente vulnerar este derecho.
Perú ama la vida
Luego de recorrer más de 2 kilómetros, terminaron con una celebración, la cual contó con la presencia de algunos artistas e invitados y las palabras finales del Cardenal Juan Luis Cipriani, quien recalcó lo siguiente: “Nuestro pueblo ama la vida, ama la familia, ama el matrimonio; nuestro pueblo es así, sólo que hay una invasión de un pensamiento extraño al Perú. El Perú no es así, ama la vida, ama el matrimonio, ama a la familia, a los hijos y a los nietos. Gracias a Dios y al Señor de los Milagros tenemos ese tesoro que tenemos que cuidar.»
Finalmente el Cardenal les recordó que el Papa Francisco había enviado su bendición a esta Marcha por la vida.
Redacción: Silvia Losada, Tucumán, Argentina
