Publicado el 2013-08-13 In Schoenstatt en salida

Una actividad apostólica que el alma nos pide y el ser cristianos nos exige

PARAGUAY, Anneke y Roberto Galeano. Tenemos la dicha de participar en las Misiones Familiares Schoenstattianas desde 1999, época en que éramos novios, y desde que nos casamos como papás misioneros. Queremos contar esto porque las Misiones Familiares son una actividad apostólica que el alma nos pide y el ser cristianos nos exige. Misionar cada año nos llena de ese amor de María y su Hijo, es nuestro “cable al cielo” que nos llena de Gracia para ser sus instrumentos durante todo el año.

 

Formamos parte de un grupo de 50 matrimonios que en el mes de julio, con hijos propios y ajenos, llevamos la visita de la Virgen Peregrina a miles de hogares del país. Unidos a la Campaña del Rosario iniciada por Don Joao Pozzobon (actualmente en proceso de beatificación) para “salvar la familia por medio de la gran Obra de Schoenstatt”. Estas Misiones son Familiares porque quieren transmitir el espíritu de familia buscando ser reflejo de la Sagrada Familia, es nuestro humilde aporte a la construcción de una sociedad basada en verdaderos valores cristianos.

La transformación de su rostro al ver la Peregrina

Hay cientos de testimonios de las Misiones, ya que en cada casa visitada se puede ver la acción de la Virgen. Si tuviésemos que elegir una vivencia del año pasado, compartimos lo vivido en la casa de una abuelita: Doña Bonifacia. Es difícil de transmitir la transformación de su rostro al ver a La Peregrina; su mirada se iluminó al conectarse con la mirada de Ella y el beso de devoción que le dio fue un acto de inmensa fe. Al vivir este tipo de hechos lo único que podemos decir es: ¡gracias Dios por utilizarnos como tus instrumentos! Como las palabras quedan cortas para transmitir esto, ojalá con esta foto se pueda dimensionar algo de lo que vivimos los que estuvimos presentes en ese emotivo momento.

El último día lo que hicimos como familia Misionera fue ir a recibir la bendición de nuestra abuelita de Tebicuary: Doña Bonifacia. Los ojos de cada misionero (incluyendo el de Fredericke, una alemana que estaba de intercambio y no tenía idea del idioma) se llenaban de lágrimas al recibir la bendición en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Gracias a esta foto y por una historia algo larga de explicar aquí, contaremos este año con sangre fundadora de la Campaña del Rosario: ¡Joao Luiz Pozzobon (nieto de Don Joao) estará misionando este julio en Paraguay!

“Todos los días veo un pedacito de cielo”

Como sabemos que Dios no se deja ganar en generosidad, sentimos que damos un poco y recibimos demasiado. Este año nos dejaremos empapar con esta lluvia de bendiciones más de 600 misioneros en los siguientes pueblos: Arrua´i, Carapeguá, Mbuyapey, Valenzuela y Tebicuary. Aparte de la principal actividad evangelizadora de llevar la visita de la Virgencita a las casas para rezar con cada familia tendremos las siguientes actividades en cada pueblo: misas, taller de jóvenes, de niños y de adultos, cumpleaños gigante, teatros, entre otras actividades. Todo esto lo hacemos con el apoyo invalorable de los Padres de Schoenstatt y Seminaristas que nos estarán acompañando en cada actividad.

Don Joao al referirse a lo vivido en su misión decía: “todos los días veo un pedacito de cielo”, es exactamente esto lo que nosotros sentimos en las Misiones Familiares Schoenstattianas, sentimos un pedacito del cielo al que todos aspiramos, sentimos que Dios nos da un adelanto de lo que nos espera en la eternidad…

¡FUEGO DE MI PATRIA, TU MISIÓN EN MI CORAZÓN!

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Publicado el In Schoenstatt en salida

Una actividad apostólica que el alma nos pide y el ser cristianos nos exige

PARAGUAY, Anneke y Roberto Galeano. Tenemos la dicha de participar en las Misiones Familiares Schoenstattianas desde 1999, época en que éramos novios, y desde que nos casamos como papás misioneros. Queremos contar esto porque las Misiones Familiares son una actividad apostólica que el alma nos pide y el ser cristianos nos exige. Misionar cada año nos llena de ese amor de María y su Hijo, es nuestro “cable al cielo” que nos llena de Gracia para ser sus instrumentos durante todo el año.

 

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3 Responses

  1. Baude dice:

    Juan Enrique Coeymans Avaria, las misiones schoenstattianas son catolicas, por sobre el nombre y las formas vale mas el contenido y la vida en esta obra.

    Como lo decia nuestro Padre Jose K. "Todo para Schoenstatt, Schoenstatt para la Iglesia, la Iglesia para la Stma. Trinidad", la catolicidad de las misiones es la consecuencia del fuego de nuestra mision interna, o mas bien es el toque a tierra. Esto se expande concretamente por diversos caminos del dia a dia hasta en las acciones comunitarias sociales.

    Vivamos la fe, demos rostro al amor de Maria y de Dios Padre, no veamos los nombres ni las personas, espero lo descubras porque es un testimonio que nos da paz y acerca a la Trinidad.

    Cordial Saludo,

    Anibal G.-

  2. Juan Enrique Coeymans Avaria dice:

    Que pena que se llamen Misiones Familiares Schoenstattianas. Cuando el Padre Hernan Alessandri las fundó en Chile (de ahí se llevó a Paraguay) se llamaron Misiones Familiares Católicas. Esa "catolicidad", nos hace realizar el tercer fin de Schoenstatt, que nos viene de San Vicente Pallotti, que es la Confederación Apostólica Universal.

  3. Baude dice:

    Rober, fuerza para la mision peregrina en la vida diaria! ese es el testimonio de obra de la Stma. Virgen Maria. Felicitaciones por las Misiones Familiares, una bandera inclaudicable de los hijos de Maria.

    Cordial Abrazo,

    Anibal G.

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