PARAGUAY, Edward Vázquez. No es ningún secreto que a lo largo de la historia de Paraguay, como en casi toda Latinoamérica, un machismo ancestral se ha ido arraigando en la cultura, lo que ha derivado irremediablemente en la conformación de una sociedad en donde la ausencia de la figura paterna es totalmente tolerada, y lamentablemente, en muchos casos, aplaudida.
Esta situación ha conmovido profundamente los cimientos psicoafectivos de una gran parte de la sociedad, y por ende se ha constituido en la principal causa de las grietas morales y éticas que hoy afecta a las familias y por consiguiente, a la nación entera, mientras aún la sociedad se sigue preguntando en donde radica la razón del atraso, la corrupción, la inseguridad, en fin, de la alarmante crisis de valores que hoy termina afectando a todos por igual y nos va sumiendo cada día más en una profunda depresión social.
Puesto que la influencia de ambos rasgos, tanto materno como paterno, en la configuración de una personalidad son indispensables para una formación integra, la carencia de la figura del padre para un individuo deriva generalmente en el desarrollo incompleto de su ser y por ende, lo lleva a experimentar un deseo afanoso y muchas veces enfermizo de llenar ese vacío buscando y adorando ídolos de barro, como la codicia, los vicios, la lujuria, el egoísmo y otras tantas actitudes negativas que contribuyen a que esta espiral perniciosa se repita cíclicamente de generación en generación, y a la que se le debe poner fin para aspirar a la transformación hacia la nueva sociedad tan anhelada.
Reto de valientes
Este desafío parece haber sido comprendido por un grupo de jóvenes padres de la Federación Apostólica de Familias de Schoenstatt y del Movimiento “Salvemos la Familia”, quienes movidos por la fe práctica en la Divina Providencia, manifestada en el conmovedor mensaje que una película cristiana, “Reto de valientes” había dejado en ellos, han decidido llevar adelante un proyecto al que llamaron: “Club de padres valientes”, del que puede ser miembro todo aquel papá que asuma su rol con coraje, y que tiene por misión la revalorización de la figura paterna, promoviendo acciones que permitan realzar y consolidar su presencia dentro de las familias paraguayas como palanca de transformación hacia una sociedad cada vez más justa y anclada en Dios.
Carrera de padres valientes
Como todas aquellas grandes iniciativas llamadas a incendiar el mundo, la idea surgió entre los miembros del Curso “Aliados de fuego” – recientemente integrados como miembros oficiales de la Federación Apostólica de Familias tras su primera consagración – y de sus educadores durante la candidatura: Alejandra y Oscar Diesel, y derivó de inmediato en dos acciones concretas:
- La elaboración de una “Fan Page” en Facebook, que con apenas tres semanas ya cuenta con cerca de mil seguidores y ha llegado a decenas de miles de personas con sus mensajes, y el ambicioso sueño de organizar una “Carrera de padres valientes”, que, con la ayuda de las cálidas manos de la Madre Tres Veces Admirable y su entrañable amor hacia las familias, se está convirtiendo en realidad gracias al providencial acuerdo al que se ha arribado con una reconocida empresa financiera que organizará la competencia el 30 de junio en Ñu Guazú, precisamente en el mes del padre.
“Yo quiero ser como mi papa”
Hoy en día están buscando nuevos aliados que puedan apoyar todas estas actividades como socios del club, ya que estas no terminaran ahí. Si bien su fin es difundir e instalar el mensaje entre todos aquellos que se sientan comprometidos con la causa y el desafío más grande que tiene todo hombre en la vida: ser un papá con todas las letras y dejar una huella perenne en sus hijos guiando sus pasos con amor, la intención es ir incrementando los esfuerzos paulatinamente para lograr cada vez mayor alcance, enriqueciendo y promoviendo sus espacios digitales, afirmando el evento deportivo como una cita tradicional y obligada, con mayor brillo y convocatoria en cada una de sus ediciones, y también, organizando más adelante charlas y cursos con el afán de que todo niño o joven de esta bendita tierra, pueda decir el día de mañana, con mucho orgullo, “yo quiero ser como mi papá”.
“¡La invitación está hecha! Soñamos con que el Movimiento de Schoenstatt en el Paraguay, se convierta en pilar de este gran proyecto, y que todos quienes lo integran se acerquen a trabajar con nosotros en pos de esta causa” manifestaron los Aliados de Fuego.
Tal vez se pueda decir que soñar es gratis, pero si a ese sueño se le agregan las porciones suficientes de esfuerzo y dedicación, y la infaltable dosis de oraciones, no cabe la menor duda que pronto todos los socios de este distinguido club estarán cosechando los frutos de una hermosa realidad, y la querida y anhelada “Nación de Dios” les estará eternamente.
Fuente: Revísta Tuperandá, 2013
