ALEMANIA, Magdalena Lindner. Argentina, Chile, Filipinas, Estados Unidos y República Dominicana – y todos estos países juntos en una sola habitación. ¿Cómo funciona eso? Bastante simple … es la reunión de repatriadas en el Monte Schoenstatt! Diez mujeres jóvenes con la Hna. M. Emily y la Hna. M. Brigitt se han encontrado allí y traen el mundo en sus maletas.
El voluntariado (en alemán: AZ por Auslandszeit) es un programa ofrecido por las Hermanas de María de Schoenstatt para jóvenes mujeres a partir de los 18 años procedentes de Alemania y de países que hablan alemán. El programa ofrece la posibilidad de pasar algunos meses en el extranjero, entrar en contacto con personas de otras culturas, conocer su estilo y forma de vida, distanciarse de todo lo hasta ahora conocido y recolectar nuevas experiencias.
Incluso antes del comienzo oficial de la reunión se puede escuchar la alegría en toda la casa. «¿Qué, tú también estabas en las Filipinas? – Yo también». Ellas contarán historias, se reirán, asombrarán y recordarán. Todo el fin de semana nos da otra vez la oportunidad para sumergirnos en este tiempo de la gran aventura en el extranjero. Y hay un montón de tiempo para reflexionar en estos meses especiales en el extranjero con todo lo que le pertenece.
Después de los viajes con fotos por cada país, la nostalgia por la lejanía está de vuelta. Pero en realidad es menos nostalgia por los viajes, que por «la nostalgia de la casa lejana», porque donde estábamos, cada una de nosotras ha encontrado allí un segundo hogar con las Hermanas del lugar.
«Mi casa es tu casa» – «My home is your home»
Cada una pudo experimentar en su país de acogida algo que nos ha dado aún allí la sensación de encontrarnos en casa: el Santuario. Pues la Madre de Dios «habla» todos los idiomas. Por supuesto pertenece a esas reuniones de repatriación del sábado por la noche una visita al Santuario Original. Y constatamos que estamos de regreso en casa.
Incluso el símbolo del Padre está de regreso
Al relajarte al final del día, nadie puede despedirse rápidamente. Las historias que cada una cuenta son simplemente demasiado emocionantes. Pero incluso aquí, el cielo todavía prepara una sorpresa: es como si el P. Kentenich también quisiera regresar a Alemania con nosotras, nos llega la visita del símbolo del Padre para el Santuario Original. Este símbolo del Padre ya estuvo con algunas de nosotras en su camino por el mundo.
Después de esta clausura única de la reunión una cosa está clara, a pesar de la alegría de estar en el hogar permanece un poco la nostalgia … por «el camino muy ancho».
Original: Alemán. Traducción: Eduardo Arnouil, Bundesheim/Chile
Un anhelo expresado varias veces (sin ecos, por lo visto): ¿se podrá evitar la palabra "extranjero" al referirse a otros países donde se ha visitado Schoenstatt? Qué mal suena decir "extranjero" al Santuario Original ¿no es verdad? Así mismo suena mal decirlo que cualquier lugar del mundo donde reside la Familia de Schoenstatt. Es "otro país", otra nación, otra cultura ¡pero es Schoenstatt! Lo digo desde mi experiencia de ser considerada "extranjera", cuando se habla de Schoenstatt internacional… Sería de desear que en 2014, en Schoenstatt, esta palabra esté definitivamente desterrada. ¿Es una utopía inalcanzable?