ECUADOR, P. Eduardo Auza. “Nuestra querida MTA es fuente de muchas alegrías. Ella no sólo se preocupa de educarnos en la fe y en la densidad de valores cristianos, sino que también es una motivación a superarnos en cosas tan concretas y útiles de la vida humana como el cultivo del intelecto y el aprecio por lo académico. Todo lo que hace a la formación humana e integral es preocupación de María de la Alianza”, Esa es la experiencia de tres jóvenes schoenstattianos de la ciudad de Quito, Ecuador, que van a comenzar un nuevo camino de la mano de la Mater. Ellos son Paola Lecaro, Joaquín Chiriboga y Camila Pachón. Han hecho su formación secundaria en el Colegio José Engling de Quito, que es una obra que surge de la Familia de Schoenstatt.

Estos tres jóvenes que pertenecen a las juventudes de Schoenstatt, cuentan sus experiencias y cómo les ha ayudado su fe, la Mater y el Santuario para alcanzar logros académicos importantes y destacados, y cómo van a seguir cultivando su relación con Dios al llegar a la Universidad que es su nuevo y próximo desafío.

Paola Lecaro

… es abanderada del colegio y portaestandarte del Pabellón Nacional (En Ecuador, los abanderados son los estudiantes que han obtenido los mejores puntajes académicos durante la secundaria). Ha sellado su Alianza de Amor, ha estado en las Aliadas y seguirá en la Juventud Femenina de Schoenstatt. En las pruebas de admisión a la Universidad, sacó el mejor puntaje en medicina para ingresar a la Universidad Internacional de Quito, institución de gran excelencia en el país. Su puntaje le ha abierto muchas puertas para otras instituciones. Ella dice: “Ha sido hermoso poder esforzarse por la Virgencita, a través del estudio. Es tan diferente esforzarse por amor, que hacerlo por obligación. Ese esfuerzo es mi Capital de Gracias. La Mater me ha dado mucho, Ella me dio su amistad. Entrar al Santuario es como ir a tu casa, es un lugar especial, tranquilo, de mucha paz. En el futuro, en la Universidad quiero seguir cultivando esto. La relación con Dios es como la relación con un amigo o amiga, hay que seguir alimentándola. A lo mejor ya no tendremos la Capilla como en el Colegio, pero ese debe ser nuestro esfuerzo, buscar a Dios y a la Mater”.

Camila Pachón

… es portaestandarte de la Bandera del Colegio José Engling. Está en la Juventud Femenina y es misionera de la Virgen Peregrina que hace circular entre sus amigos. Conoció el Santuario hace 7 años, en la consagración del Santuario Ciudad de Quito el año 2005. Va a estudiar en la Universidad de los Hemisferios de Quito, Finanzas y Música, y su buen desempeño le ha hecho merecedora de una beca de estudios del 50%. Camila cuenta que “es hermoso hacer todo por amor a la Mater. Ella me ha dado mucha confianza y apoyo. Me gusta el Santuario porque es un lugar de paz. Ahí María nos da siempre la mano y su cobijamiento, por eso soy misionera de la Virgen Peregrina”. Frente a los desafíos que le esperan en la Universidad, responde: “simplemente, hay que estar seguros de nuestros principios y cuidarlos. Es como construir un edificio con buenas bases. Es importante seguir construyéndolo”.

Joaquín Chiriboga

… es el primer escolta del Pabellón Nacional. Es miembro de la Juventud Masculina y seguirá en los grupos universitarios. Aplicó a la Pontificia Universidad Católica y quedó entre los diez primeros puntajes de todas las postulaciones. Estudiará Economía en la Universidad San Francisco, una de las mejores del país. Él dice: “En mi vida estudiantil, la fe tiene mucho que ver. La Mater me ayuda a estar tranquilo. El colegio me ha ayudado mucho pues aquí se puede vivir y relacionar lo académico y lo religioso, y eso no lo hubiera podido tener en otro colegio. En el José Engling, todo se dio natural. El dejarlo todo en manos de la Mater y hacerlo con Ella y por Ella es un seguro para hacer las cosas bien hechas. La Universidad será sólo un cambio de etapa en la vida, pero ahora empieza la batalla por defender todo lo que te han enseñado. En el colegio el ambiente es tranquilo, pero en la Universidad todo será diferente. El Santuario es un seguro, por eso me quedé en Schoenstatt, porque ahí he sentido las gracias del Santuario. Es un lugar especial. Es como decimos a veces, una incógnita irresistible. Eso también debemos ser nosotros y así seguir construyendo el edificio”.

Joaquín también anota algo importante y común a estos jóvenes, y es su dimensión apostólica y de compromiso social: “La Mater nos ha dado el poder de transmitir a los demás un mensaje de fe” pues ellos han participado en varios apostolados como las misiones familiares, el trabajo con los niños, ayuda a los marginados e indigentes, etc.

Ser una respuesta a los desafíos que hoy la sociedad plantea

La Familia de Quito agradece por el ejemplo y el testimonio de estos tres jóvenes que no sólo quieren dedicarse a estudiar y a la excelencia académica y profesional, sino también a contribuir con los dones que Dios les ha dado a ser una respuesta a los desafíos que hoy la sociedad plantea. En la fuerza de la Alianza y desde el Santuario quieren forjar la cultura de la Alianza. Pedimos por ellos y para que sus éxitos redunden en beneficio propio y de todos los que les rodean. “Damos gracias a Dios, porque desde la juventudes schoenstatianas surgen nuevas esperanzas, que son los nuevos “congregantes héroes” para nuestro próximo centenario de vida. ¡Jóvenes, que Dios les Bendiga! ¡Que la Mater los eduque como hombres nuevos para que sigan siendo ejemplos de Vida! MPHCeV”.

ECUADOR, P. Eduardo Auza. “Nuestra querida MTA es fuente de muchas alegrías. Ella no sólo se preocupa de educarnos en la fe y en la densidad de valores cristianos, sino que también es una motivación a superarnos en cosas tan concretas y útiles de la vida humana como el cultivo del intelecto y el aprecio por lo académico. Todo lo que hace a la formación humana e integral es preocupación de María de la Alianza”, Esa es la experiencia de tres jóvenes schoenstattianos de la ciudad de Quito, Ecuador, que van a comenzar un nuevo camino de la mano de la Mater. Ellos son Paola Lecaro, Joaquín Chiriboga y Camila Pachón. Han hecho su formación secundaria en el Colegio José Engling de Quito, que es una obra que surge de la Familia de Schoenstatt.

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