HUNGRÏA, Hna. Gertrud-Maria Erhard. «Estábamos sentados en nuestro Santuario del Hogar, donde estaba de visita el símbolo del Padre, como matrimonios cansados e inquietos», cuenta István Endrédy, miembro del consejo diocesano del Movimiento de Schoenstatt en Budapest. «Después de la esta reunión de nuestro grupo de matrimonios, nos sentimos ‘renovados’. Al día siguiente, por excepción, no tenía que trabajar lo que permitió que tuviéramos nuevamente un buen diálogo matrimonial después de mucho tiempo. Quizás se lo debamos a la visita del símbolo del Padre…».
Experiencias como esta y otras similares, son las que cuentan las familias que recibieron – durante casi tres semanas – la visita del símbolo del Padre en sus Santuarios del Hogar. Dejó detrás de sí una huella de bendiciones, vinculadas con la experiencia de la cercanía, el amor y la reconciliación.
Purificación de la memoria
El miércoles de ceniza fue el día de la «purificación de la memoria». Las familias se reunieron en sus Santuarios del Hogar, rezaron unidas y pidieron perdón para prepararse a la gracia del año 2014. Lo hicieron con estas palabras:
«Señor Jesucristo,
Tú esperas que atendamos, con fe en la Divina Providencia y oído atento, el desarrollo y las necesidades de nuestra sociedad.
Tú esperas que estudiemos con fe al Padre Kentenich. Tú esperas que llevemos su mensaje al núcleo de la vida actual y lo proclamemos en donde estemos.
Tú esperas de nosotros un dinamismo apostólico y la transformación del mundo. La vida cotidiana no debe ser un obstáculo para ello, sino justamente el lugar de nuestra autosantificación… Si pasamos sinceramente revista al pasado, al centenario de Schoenstatt ya cercano, debemos reconocer honestamente que algunas veces hemos faltado. Nos ha faltado la grandeza del espíritu y del corazón. Señor, ten piedad de nosotros».
El pedido de perdón desarma y libera la gracia. Esta experiencia produce la mutua apertura y también la apertura hacia Dios. Quita los obstáculos y atrae bendiciones y fecundidad…
Rózi y Péter escriben desde Budapest: «El símbolo del Padre nos visitó también a nosotros. Nos ha hecho bien vivenciar, hablar sobre como es el Padre Celestial, como podemos vivir nosotros como hijos y experimentar la conducción providencial del Padre. Hemos hablado mucho sobre el Padre Kentenich… ¡Gracias a Dios! Fue como si el mismo Padre Kentenich nos hubiera visitado».
Margit y Péter, escriben desde Dusnok, al este de Budapest: «Para nosotros fue un estímulo: queremos esforzarnos más para que se sienta en nuestro hogar el amor del Padre, y así podamos conocer mucho más los valores de Schoenstatt. Sentimos esto como un impulso para amar individualmente a cada uno de nuestros hijos para que ellos experimenten: ‘tú eres único y valioso'».
El Padre Kentenich nos necesita
«Queridas familias, la tarea es empeñarse a fondo por la corriente del Padre». Así termina Laci, de Sopron, el relato de su viaje a Schoenstatt, donde – acompañado por su esposa Andi y otras personas – fue a buscar el símbolo del Padre.
Vale escribir un nuevo Evangelio para Hungría, llevar la misión del Padre Kentenich a la actualidad para que se enciendan muchos corazones.
Una iniciativa en este contexto, es – por ejemplo -la serie que emite Radio María para matrimonios amigos. El equipo de matrimonios schoenstattianos sabe claramente que esta emisora es escuchada en general por gente de edad avanzada. Por eso transmiten también los programas por Internet para la generación joven y observan atentamente como son muchos los que entran en la emisión. Previamente, mediante un reparto de cuestionarios en las escuelas, se hicieron una imagen vital de los temas que mueven a la gente joven. Buscan conscientemente, por el modo de hablar y la presentación, atraer justamente a esta generación joven.
Despedida del símbolo del Padre
El compromiso por el tema del Padre tiene muchos matices. Para una familia, la visita del símbolo del Padre a su casa fue una fiesta tan grande, que hicieron masitas con la forma del símbolo, las glasearon con los colores de la bandera húngara y las repartieron a todos los presentes.
Ellos escribieron sobre la despedida del símbolo del Padre: «A la tarde queremos estar en Óbudavár (lugar donde está el Santuario y el Centro de Schoenstatt) para participar en la Sta. Misa y despedir así el símbolo del Padre, que ya forma parte de nuestras vidas junto con lo que él significa».
La Familia de Schoenstatt húngara lo tiene muy claro: «hemos despedido el símbolo del Padre, pero su mensaje seguirá vivo entre nosotros».
Traducción: aat, Argentina
