Publicado el 2017-10-31 In Vida en alianza

¡Sí Padre! ¡Vamos contigo!

CHILE, Verónica Gutiérrez •

El fin de semana del 21 de octubre se juntaron varios acontecimientos y conmemoraciones especiales para la comunidad schoenstattiana chilena. En primer lugar, era la fecha del cuarto hito de la historia de Schoenstatt, cuando el Padre Kentenich es reincorporado a la Iglesia, puede regresar y ser el director de este movimiento. En segundo punto es el día de san Juan Pablo II y se conmemoraba la primera visita del Padre José Kentenich a Chile. Con tanto para celebrar, se realizó la Jornada Nacional de Jefes en el Santuario Cenáculo de Bellavista en Santiago.

El Año del Padre Kentenich en Chile

Con un fin de semana soleado, recibió la capital de Chile a los miembros del movimiento que llegaron desde el desierto hasta lo más austral del país, para la Jornada Nacional de Jefe. Se agruparon en distintas “familias” (grupos de trabajo) y así, entre miembros de las diferentes ramas, conversaron sobre el Padre Kentenich y como llevar su misión a un Schoenstatt en salida, en este que es el Año del Padre.

“La idea justamente era recoger la celebración de los 70 años de la visita del Padre José Kentenich a Chile (luego vino 9 veces más), para después recoger todo lo que nos dejó y volcarlo a la visita del Papa Francisco a Chile en enero”, explica el Padre Mariano Irureta.

La jornada se celebró con actividades grupales y reflexiones con miembros de todas las edades, ramas y regiones. La gran sorpresa fue un musical sobre la vida del Padre José en una analogía con la obra musical “Los Miserables”. Varios de los invitados incluso consideraron que este fue uno de sus momentos favoritos. “Están practicando desde marzo. Personas de distintas edades, distintas zonas y ¡distintos compromisos!”, cuenta Macarena Ruiz Tagle, quien fue la animadora de todo este evento.

El domingo por la mañana se dio a conocer, entre bailes y aplausos, el nuevo himno para la venida del Papa Francisco, compuesto e interpretado por el artista nacional Américo. También se grabó un saludo diciéndole al Papa “¡te esperamos!”. Para terminar, se hizo una conclusión con el gran mensaje: vincular, “santuarizar” y hacer familia. Vincularse a la misión y vida del padre, vincular a las familias y tras recibir las tres gracias del Santuario (acogimiento, transformación y envío), ser capaces de llevarlas a otros y ponerlas en práctica afuera.

Al final de la jornada, se presentó en la misa de término, el proyecto del CD del Hacia el Padre. Un grupo de 26 jóvenes, que lleva varios meses trabajando en esto y que han musicalizado la misa del libro de oraciones. “Hay algunas canciones conocidas con nuevos arreglos y canciones completamente inéditas”, explica Sophie Berthet, miembro del grupo y Pedro Gutiérrez agrega “Esto nace porque es el año del Padre y queríamos hacerle este regalo a la familia de Schoenstatt”

Esperando al Papa

Han pasado 22 años desde que un Papa piso tierra nacional. En mayo de 1985, visitó Chile el Papa Juan Pablo II. Fueron tres días que remecieron al país desde lo más profundo, cuando el país vivía tiempos políticos complejos. Han pasado muchos años y el país ha cambiado bastante. En enero viene el Papa Francisco y el movimiento no se queda atrás. Cada una de las ramas está trabajando primero con capital de gracias para la venida. Luego ha habido un trabajo grande de motivación y voluntariados para los distintos preparativos. En particular los santuarios de Iquique II región al norte del país) y Ayenrehue en Temuco (en la IX región al sur del país) están trabajando más, ya que estas junto a la capital serán las tres ciudades que visitará el Pontífice. En Iquique, explica Víctor, ya saben que llegarán muchas personas de países vecinos como Perú, Argentina y Bolivia y están preparándose para acogerlos. Desde el Santuario de Ayinrehue, en Temuco, cuenta María Cecilia Gutiérrez, que el Papa irá a visitar a las hermanas de la Santa Cruz en el cerro Ñelol, donde almorzará con lo más pobres.

El Padre Mariano también explica que la preparación comienza “primero siendo fiel a sí mismo, siendo fiel al carisma, siendo fiel a la misión, siendo fiel a al movimiento, a lo que la Iglesia también pide de nosotros. Creo que eso es uno de los desafíos más grandes: fidelidad a las gracias fundacionales. Es lo que nos dijo Juan Pablo II “háganse partícipes de la gracia y de la experiencia espiritual de los primeros congregantes y regálenselo a la Iglesia”.

Sobre la acogida y cómo espera que sea esta visita, El Padre Mariano agrega “queremos que el Papa se sienta bien en Chile, acogido, en su hogar, en su patria. Que sepa cuanto lo queremos, cuanto valoramos lo que él hace. Que experimente una gran gratitud y que el pueblo de Chile escuche sus palabras de paz, de unidad, de fortalecimiento y de dignidad para las familias. Y sin lugar a dudas esperamos en nuestra Iglesia una renovación de la fe para el tiempo de hoy”.

Schoenstatt en salida

El gran mensaje que se quiso comunicar a los jefes de rama, fue hacer un Schoenstatt en salida: vincularse más con las comunidades, con las diócesis, con las parroquias. Por esto mismo se creó el “Padre Peregrino”, una figura similar a la Virgen Peregrina, pero con una foto del Padre José, que estará primero en la ciudad de Temuco y desde allí irá recorriendo todos los Santuarios y ermitas del país. En la parte de atrás, hay un compartimiento que alberga un cuaderno, en el que se espera que se vaya compartiendo como fue la experiencia para unos y otros el recibir al “Padre Peregrino” en sus ramas.

En la jornada había representantes de todas las regiones. Frente a la estatua del padre Kentenich, cada comunidad renovó su compromiso hacia el padre y adoptaron compromisos particulares, como terminar de arreglar algún salón, más capital de gracias, etcétera. Y ahí mismo, frente al Padre Kentenich, el Padre Mariano les preguntó uno a uno “¿Vienes conmigo?” y cada rama iba respondiendo “¡Sí Padre! Vamos contigo”

Cada zona tiene sus propios retos para poder cumplir la misión. En zonas más alejadas, poder mantener la fidelidad, aun cuando no hay mucho con qué acoger. Víctor Echeverría de Iquique cuenta cómo han acogido familias de diversas nacionalidades en el Santuario y como cada una, con sus diferentes culturas y tradiciones han sabido aportar y enriquecer a las ramas.

María Ester de Nuevo Belén en Santiago, explica que en esa comunidad el trabajo empieza desde la base. Siendo este un barrio más conflictivo, la gente no se atreve a recibir.

Cargados de energía y de gracias, luego de haber vivido este fin de semana de conocerse, vincularse y también saber sobre las realidades del movimiento, el Padre Mariano dice “podrán volver a sus ramas y decirles a los otros: ‘¡huichi-pirichi[1]!, ¡de lo que te perdiste!’”.

[1] Chilenismo. Voz en tono de burla que usan los niños. “Huichipirichi! Mira mi juguete nuevo”

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