Publicado el 2017-09-16 In Vida en alianza

Cuando la Mater va en metro…

AUSTRIA, Susanne Leibrecht •

Siempre que quiero, debo o tengo algo que hacer, lo escribo en pequeños pedazos de papel; tan pronto como lo llevo a cabo, lanzo el pedazo de papel a una vasija de arcilla que tiene la inscripción “No tienen más vino”. Tengo una vasija en mi casa y una sobre mi escritorio de trabajo. Todos los papeles que lanzo a la vasija son, de hecho, Capital de Gracias. Sin embargo, cuando lo hago pienso más en “Gracias a Dios, asunto arreglado” y no en “Mater querida, esto te lo ofrezco por …”.

Precisamente por eso, amo el Santuario Virtual (www.virtuelles-heiligtum.com – sitio web en alemán). Aquí escojo una causa por la que pueda ofrecer algo: frustración, cansancio, una decisión por tomar, alegría anticipada, encuentros agradables – aquí hay espacio para todo. Aquí puedo apoyar a una persona en concreto o la petición especial de algún otro miembro del Santuario Virtual.

La vasija virtual marca mi cotidianeidad, porque de ser posible, me permito regalarle algo a la Mater cada día. Dado que paso cada día muchas horas frente al ordenador o con el teléfono móvil, y ya que ellos se convirtieron en “mis compañeros de todos los días”, el esfuerzo de llenar la vasija es realmente mínimo.

Vasijas reales y vasijas virtuales

Me gusta la vasija virtual, al menos tanto como mis vasijas “reales”. El 18 de cada mes, llevo el contenido a la Misa de alianza en el Santuario de Schoenstatt en Kahlenberg (Viena), donde al final de la misma se queman todas las contribuciones recaudadas. Es una sensación increíble ver las cenizas y saber que todas esas contribuciones son regalos que se dan y se entregan – incluso si algunos tal vez todavía se quedan… se los puede entregar de nuevo…

En las vasijas virtuales no existen cenizas. Pero sí, la certeza de saber qué hizo la Mater con nuestras contribuciones: después de haber sido despedido inesperadamente, alguien consiguió un nuevo trabajo, el bebé de una familia nació sano, la FAB  -la revista para familias –  y su equipo también reciben apoyo de esta manera, una pareja que tenía dificultades, ahora se encuentra mejor, etc. Estas contribuciones específicas y los muchos “éxitos” crean un clima especial de solidaridad entre todos los miembros del Santuario Virtual.

La Mater vive en Internet

Sin embargo, no sólo me preocupo de mi vasija virtual – también visito a la Mater a menudo en su santuario virtual. Porque, así como Ella tiene su lugar en cada santuario hogar ya que nosotros la llevamos ahí de cierto modo a través de una imagen, así también a través de una imagen suya en el santuario virtual, alzó Ella aquí su trono. ¡Ella está aquí! ¡Actúa en internet! Aquí se le puede rezar y experimentar su presencia del mismo modo como lo hacemos en los santuarios construidos con ladrillos o en los santuarios hogar.

Desde que el Santuario Virtual está disponible para teléfonos móviles, lo uso de manera muy concreta: Una y otra vez rezo durante mis viajes en el metro o sostengo con Ella una conversación imaginaria. A través del sitio web www.virtuelles-heiligtum.com (en alemán) Ella, recorre junto a mí las profundidades de la ciudad de Viena en el metro, mientras yo la miro a los ojos. Esto siempre es algo especial para mí. A menudo pienso con una pizca de alegría: si los otros pasajeros supieran que comparten el vagón del metro con una personalidad tan excepcional…

Con el pulso del tiempo

La Mater también es la perfecta compañía durante las pausas: por ejemplo, cuando tengo que esperar a alguien, a veces, la pongo en la pantalla de mi teléfono móvil y rezo por el encuentro o reunión que voy a tener y la miro a los ojos. Yo siento lo bien que me hace saber que Ella está conmigo y me acompaña. Por supuesto que Ella vive en mi corazón y cada santuario corazón vale oro. Pero nosotros los seres humanos somos seres de imágenes. Este encuentro con la imagen familiar de la Mater y su mirada tranquilizadora, me hace sentir de nuevo en casa sin importar donde me encuentre físicamente en ese momento.

Además del lugar que el Santuario Virtual tiene en mi vida cotidiana, tengo la profunda convicción de que si la World Wide Web hubiera existido en los tiempos del Padre Kentenich, seguramente hubiera “construido” aquí también un santuario. La Mater actúa en el lugar donde nosotros la invitamos, donde buscamos el encuentro con Ella para entregarle nuestras vasijas con ofrendas. ¡El Santuario virtual va definitivamente con el pulso del tiempo!
Significa mucho para mí haber participado en la inauguración del primer Santuario de Schoenstatt en Internet y ayudar activamente para que la Mater pueda actuar desde aquí.

El hecho de que en la actualidad seamos muy pocos entusiastas del Santuario Virtual no me preocupa en lo absoluto, también en la fundación de Schoenstatt el 18 de octubre de 1914 en el Santuario Original eran muy pocas personas y todo empezó siendo pequeño…

 

Santuario Virtual (sitio web en alemán)

Fotos: Gerald Karner

Original: alemán 14.09.17; traducción: Gilka Aranibar, Bolivia

 

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2 Responses

  1. Fernando Gonzalez dice:

    saludos quisiera tener el Santuario virtual como hago

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