PARAGUAY, por Horacio Chávez •
Cada ladrillo es un aporte de los schoenstattianos de Paraguay, de los peregrinos que año tras año visitan Tupãrenda y aportan solidariamente a la construcción de la iglesia Santa María de la Trinidad.
En la Misa de la 9,00 hs. cada peregrino llega con un montón de esperanzas y anhelos de encontrarse con la Madre de Dios, con su aporte para la construcción de la iglesia.
El rector del Santuario nacional, P. Antonio Cosp, explicó las mejoras que se están realizando: la planta alta y las barandas de vidrio, los vitrales y la hermosa puerta tan bien diseñada por los arquitectos y constructores.
¿Quién vino por primera vez?
Al comenzar la Eucaristía el monitor invita a los peregrinos que por primera vez visitan Tupãrenda que se pongan de pie. Para sorpresa de todos más de setenta jóvenes se pusieron de pie y recibieron un caluroso aplauso de los fieles presentes. Fue tanta la alegría que se pidió a todos que se pusieran de pie y para regalar un signo de hermandad y de unidad a las familias que participan en las Misas y demás actividades del lugar.
En la homilía, el P. Antonio Cosp, invitó a seguir a Jesús como sus enviados para sostener a las familias, como elegidos para cumplir una misión que permite salir de la esclavitud y de lo bajo, lo mundano, y lograr la libertad para perseverar y no decaer. Agradecer por las pasiones, pero a la vez aprender a gobernarlas y no dirigirlas al mal. Instó a los presentes a volver a casa como colaboradores de Cristo, viviendo como Él, regalando alegría y comprensión a las familias.
Hacia el Santuario
Al culminar la ceremonia los files peregrinan al Santuario con un mensaje claro: con cada actividad, con alegría y amor, con cada esfuerzo, se aportan ladrillos y argamasa para seguir construyendo la iglesia Santa María de la Trinidad.
