Publicado el 2016-05-15 In Taller de comunicación kentenijiana, Vida en alianza

Primer taller de comunicación kentenijiana

PARAGUAY, por Sandra Lezcano •

La casa de retiros José Kentenich, al13125030_592896947531541_1617176622486001758_nedaña al Santuario Schoenstatt de Tupãrenda – ubicada entre las ciudades de Itauguá e Ypacaraí – fue sede del primer Taller de Comunicación Kentenijiana en el que participaron comunicadores schoenstattianos de Alemania, Brasil, Chile y Paraguay.

El taller fue inspirado y llevado a cabo como celebración del centésimo aniversario de la aparición de la revista MTA – creada por el Padre José Kentenich – y basado en la tesis de la licenciada en comunicación María Fischer. Se realizó los días 29 y 30 de abril y 1º de mayo.

Es un sueño hecho realidad, anhelado por mucho tiempo. El P. Juan Pablo Catoggio, presidente de la Presidencia General de Schoenstatt expresó lo siguiente en un mensaje dirigido a los participantes:

“Me alegro mucho que lleven adelante este taller de comunicación kentenijiana. Quiero felicitarlos y alentarlos en esta iniciativa a todos los que participan y a todos los que lo hacen posible.

A menudo nos duele que Schoenstatt y el mensaje del Padre Kentenich no sea más conocido. Y en verdad nos debe doler. Y sobre todo nos debe hacer reflexionar sobre los caminos de la comunicación hoy día. Tenemos mucho que decir y no sabemos cómo hacerlo. La historia de la fe es la historia de su transmisión y comunicación: el mismo Jesús es la Palabra del Padre que se nos comunica, es la ‘Buena Nueva’ que los evangelistas y apóstoles – los ‘mensajeros’ y ‘enviados’ – han difundido sobre toda la tierra. Por eso San Pablo se plantea: ‘¿Cómo invocarlo sin creer en Él? ¿Y cómo creer sin haber oído hablar de Él? ¿Y cómo oír hablar de Él si nadie lo predica? ¿Y quiénes predicarán, si no se los envía?’ (Rom 10,14).

Sin duda hay que estar convencidos para transmitir nuestro mensaje, pero también hay que ser convincente. Esto exige una actitud, pero también hay que saber cómo hacerlo».

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P. Antonio Cosp, impulsador del Taller

Comunicar vida

María Fischer supo transmitir a los participantes cuáles son los pilares de la comunicación kentenijiana. Explicó que se trata de un modelo de comunicación que, más allá de transmitir una idea, debe transmitir vida, entusiasmo.

Se habló de la importancia de que un comunicador esté plenamente convencido de lo que habla, de lo que siente. Su entusiasmo es lo que dará o no resultado. Siempre respetando la libertad del otro de aceptar o no su idea o aporte.

El P. Antonio Cosp comentó durante la charla: «El entusiasmo es divinización, es un espíritu de alegría, es algo divino que se transmite al otro».

Para contagiar este entusiasmo es preciso experimentarlo primero y luego saber transmitirlo. La comunicación que hace nacer vida debe llevar a otros a hacer la misma experiencia. Entonces, se habrá conseguido un resultado positivo.

No se puede comunicar algo que no motiva, que no entusiasma al propio comunicador.

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El Padre Kentenich: el mejor modelo de comunicador

La motivación del Padre Kentenich para fundar la revista MTA fue su reacción a la necesidad de un cambio.

El Padre Kentenich fue descubriendo que el corazón de los primeros congregantes ardía por distintos motivos: algunos, por la comunicación, otros por misionar, otros por la oración. La riqueza de Schoenstatt les daba la libertad de que cada uno aportara su entusiasmo por lo que le apasionara. Y esto sigue siendo así.

Durante la guerra surgió la necesidad de encontrar un medio de comunicación que permitiera mantener los lazos entre los jóvenes y Schoenstatt. El Padre Kentenich no perdió tiempo esperando tiempos mejores o a que terminase la guerra. Empezó escribiendo cartas a los soldados y fueron estas cartas y sus respuestas las que luego le darían forma a la revista MTA.

Se sabe que el Padre Kentenich, en un lapso de dos años, llegó a recibir unas quince mil cartas de los jóvenes congregantes,.

Es esta experiencia la que busca nuevamente hoy el comunicador schoenstattiano: despertar vida a través de las vivencias de otros. Acortar distancias por medio de los artículos que nos llevan a experimentar situaciones vividas por schoenstattianos y no schoenstattianos en distintas partes del mundo.

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Ecos del taller

Como cierre del taller los participantes fueron expresando algo de lo que se llevaban consigo luego de esta primera jornada vivida en Tupãrenda. A continuación, algunos de estos ecos:

“El desafío de replicar al Padre Fundador, él era el centro de la comunicación, era el corazón de la comunicación. Transmitía el mensaje de todos sin dañar o cambiar la esencia de los demás. Respetaba el entusiasmo de cada uno”.

“Me impactó la misericordia del Padre Kentenich. Puedo percibir un fuerte poder en blanco. Respetaba las expresiones de sus hijos espirituales aunque contrariaran su idea predilecta».

“Encuentro en la comunicación kentenijiana una estrategia de libertad y amor. Sin excluir a nadie».

“El Padre Kentenich convirtió a la revista MTA en una caricia de la Mater para quiénes la recibían».

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Una comunicación que respeta la libertad del otro

En la comunicación kentenijiana no se grita, no se imponen ideas.

No se transmite como una verdad absoluta, sino como algo experimentado por mí o por otra persona. Es importante que esta comunicación mantenga un interés personal, que sea capaz de ver una nueva idea de importancia en las cosas, y estar plenamente convencidos de que detrás de cada persona hay una historia vinculada con Dios.

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1 Responses

  1. maria francisca dice:

    Es apasionante como el Padre manejaba el respeto y la libertad por las ideas del otro. Comunicar es mas que trasmitir ideas es dar y trasmitir vida.

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