Publicado el 2016-05-08 In Taller de comunicación kentenijiana, Vida en alianza

La historia de la fe es la historia de su transmisión y comunicación

PARAGUAY, por P. Antonio Cosp •

Mientras que los más de 24 participantes del Taller de comunicación kentenijiana preparaban sus «24 historias de la misma Santa Misa del 1º de mayo en Tupãrenda», les llegó un saludo inspirador del P. Juan Pablo Catoggio, Presidente de la Presidencia General de Schoenstatt:

«Me alegro mucho de que lleven adelante este taller de comunicación kentenijiana. Quiero felicitarlos y alentarlos por esta iniciativa a todos los que participan en ella y a todos los que la hacen posible.

A menudo nos duele que Schoenstatt y el mensaje del Padre Kentenich no sea más conocido. Y en verdad nos debe doler. Y sobre todo nos debe hacer reflexionar sobre los caminos de la comunicación hoy en día. Tenemos mucho que decir y no sabemos cómo decirlo. La historia de la fe es la historia de su transmisión y comunicación: el mismo Jesús es la Palabra del Padre que se nos comunica, es la «Buena Nueva» que los evangelistas y apóstoles – los «mensajeros» y «enviados» – han difundido en toda la tierra. Por eso San Pablo se plantea: «¿Cómo invocarlo sin creer en él? ¿Y cómo creer sin haber oído hablar de él? ¿Y cómo oír hablar de él si nadie lo predica? ¿Y quiénes predicarán, si no se los envía?» (Rom 10,14)

Sin duda hay que estar convencidos para transmitir nuestro mensaje, pero también hay que ser convincente. Esto exige una actitud, pero también saber cómo hacerlo.

La comunicación tiene mucho de ciencia, como de arte y de técnica. La comunicación implica un espacio de libertad, respeto y creatividad. El Padre Kentenich supo comunicar su mensaje: supo hacerlo en el encuentro personal cara a cara, en pequeños grupos o también ante un público amplio. Supo dirigirse a jóvenes y adultos, a hombres y mujeres de distintas culturas, estados de vida y condición. Supo alentar y consolar, supo inspirar y animar, supo hablar con grandes y pequeños y anunciar siempre la verdad, aun cuando esto le exigió valentía profética y cargar con las consecuencias. Su palabra sin embargo despertó vida: despertó vida pues nació de la vida, estaba avalada por la vida y llevaba vida. Y su palabra tejió vínculos, armó redes, generó comunidad, hizo cultura.

Les deseo que este encuentro sea fecundo y ayude a la comunicación de nuestro mensaje, es decir, que despierte vida, cree puentes y teja redes. Que de esta manera la comunicación sirva a la comunión, a la cultura de la alianza y del encuentro.

Que la Mater los bendiga desde nuestro Santuario Original, su

P. Juan Pablo Catoggio»

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El P. Juan Pablo Catoggio le insistió a María Fischer que transmitiera lo mucho que sabe a partir de la elaboración de su tesis: “Josef Kentenich und die Zeitschrift MTA. Eine Studie zu einem untipyschen Typ von Religionspublizistik”, (José Kentenich y la revista MTA, un estudio sobre un tipo atípico del periodismo religioso) defendida en la facultad de filosofía y comunicaciones sociales de Münster, 1997.

El encuentro en la Casa de retiros de Tupãrenda se hizo desde el viernes a la noche hasta el domingo al mediodía. Fue un regalo al Padre Kentenich en memoria del 5-3-1916: 100 años del primer número de la revista MTA.

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Se trata justamente de aplicar el sistema que el Padre Kentenich utilizó para estar cerca de sus congregantes, soldados en la guerra. Su tipo de comunicación hizo que ellos, en sus vacaciones, no omitieran pasar por Schoenstatt y reatar vínculos con el Padre Kentenich y los compañeros congregantes. La MTA tuvo entre 100 y 200 coautores, que contaban historias de la vida real. Vida que despierta vida. También la fe pascual se difundió de esa manera.

Fuimos 24 los participantes, entre ellos un chileno y un brasileño. Todo en un muy buen castellano y con una carpeta con el material a tratarse, que será muy útil para el repaso posterior.

Todo parte: primero, de la capacidad de encenderse, del fuego inicial para toda transmisión posterior; segundo, de que ese fuego esté al servicio desinteresado a la vida de otros; tercero, contar historias y no sermones o aportes racionales no vitales; cuarto, la vida que despertó la Artusrunde (Mesa Redonda del Rey Arturo) es la manera de alcanzar acuerdos vitales. El estilo de María es vital, muchas imágenes han quedado marcadas a fuego en los participantes. Solo digo: Mandarinas.

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1 Responses

  1. HMA - Argentina dice:

    Sería interesante conocer la historia de la mandarina… porque la comunicación no necesariamente tiene que ser dulce (a veces las mandarinas son muy ácidas), sino sobre todo veraz, pedagógica, respetuosa, adecuada al momento… etc.

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