PUERTO RICO, por Edgardo Rivera •
El pasado 4 de octubre, primer domingo del mes del Rosario, los Motociclistas Misioneros de Schoenstatt (CMMS), Capítulo de Puerto Rico, realizamos nuestra primera romería durante nuestra peregrinación anual a los tres Santuarios de la isla. Fue un día espectacular y de muchas gracias recibidas: la Eucaristía, mucha oración, amigos, alegría, sol, viento y, por supuesto, muchas motos.
De Cabo Rojo a Juana Díaz
Desde temprano en la mañana, parte del grupo partió desde el pueblo de Cabo Rojo en dirección al Santuario de Juana Díaz, una hora y treinta minutos de viaje. A mitad de camino se unió Roberto del Valle, nuevo candidato a miembro del CMMS por ser un ferviente católico que posee un gran amor por la Iglesia, la Eucaristía y, por supuesto, a María y al rezo del Rosario. Fue éste quien motivó la realización de la romería visitando los tres Santuarios. Estando cerca de Juana Díaz, me uní al grupo y conocí personalmente a Roberto.
Al llegar al primer Santuario, Cenáculo de la Inmaculada Madre del Redentor, nos dispusimos a meditar los misterios gloriosos dirigidos por Roberto. Al finalizar y luego de un descanso, nos pusimos en ruta a la segunda fuente de gracias, nuestro Santuario Nacional.
En el Santuario de Cabo Rojo
Al llegar al Santuario de la Solidaridad en Cabo Rojo, nos unimos a la comunidad schoenstattiana quienes rezaban el Santo Rosario previo a la celebración Eucarística. Luego, participamos de la Santa Misa donde pudimos ver el envío del grupo de Madrugadores, Capítulo de Puerto Rico, quienes partirían hacia Chile para participar del XIV Encuentro Internacional. Al finalizar la Santa Misa compartimos con algunas de las Hermanas de María y otros hermanos de Schoenstatt, almorzamos y partimos hacia la tercera y última parte de la romería.
De Cabo Rojo a Hatillo
Camino al Santuario Magníficat en Hatillo, nos encontramos con miembros de otro club de motociclistas quienes nos acompañaron en nuestra última parte. Entre ellos se encontraba el papá de nuestro hermano motociclista Edgar Rodríguez. Al llegar, subimos al Santuario y, dirigidos por Roberto, meditamos los misterios gozosos. Finalmente, compartimos, nos tomamos algunas fotos y, ya de noche, partimos cada cual a nuestros respectivos hogares.
Damos gracias a la Santísima Trinidad y a la Santísima Virgen María, nuestra Madre, Reina y Vencedora Tres Veces Admirable de Schoenstatt por un día tan lleno de bendiciones que, todavía hoy, seguimos recibiendo.