PARAGUAY, Cristián Rodríguez •
Es la primera vez que participo en un Retiro Testimonio de Vida (RTV); a decir verdad me sorprendió y alegró el pedido de escribir algo sobre el retiro. Espero poder hacerlo sin revelar esos momentos que generan una vivencia especial sobre todo en el que lo vive por primera vez.
Lo propio del RTV son los testimonios, y no se trata de personas expertas en determinados temas ni mucho menos. Quienes dan sus testimonios son alumnos de nivel secundario y universitario que lograron ver situaciones de su vida, ya sean grandes dificultades o no, a la luz de Dios. Esto fue lo primero que me impactó: la vida de una persona, vista a la luz de la acción de Dios se transforma en un testimonio que mueve a los demás a buscar fuertemente a Cristo.
El retiro duró tres días y participaron noventa y tres chicos de primer a tercer curso. Entre ellos estaban quienes creían en Dios y quienes no; quienes tenían por una adolescencia difícil, incluso con drogas, y quienes gozaban de una adolescencia sin muchas complicaciones.
Generalmente quienes participan en el RTV se identifican con los testimonios, que los anima a buscar una solución en Dios, porque otros también lo lograron. Se viven muchas conversiones, anhelos de crecimiento y de volver a empezar.
Una vez terminado el RTV se habla del cuarto día; la vuelta a la cotidianeidad. Se los invita a formar parte de la juventud masculina de Schoenstatt, donde se los acompaña en su esfuerzo por el cambio y por acercarse a Dios. Amistad y religión juntos para lograr un cambio real e impulsar a los demás a vivir apoyados en Cristo y María.
Terminé el retiro con una gran alegría interior que volvió a mostrarme cuánto y cómo Dios actúa; que las personas lo necesitan y estamos llamados nosotros a darlo a conocer. Gracias a todos los que participaron; y al equipo que se las jugó por esto, ¡vaya mi admiración!
