Publicado el 2015-04-26 In Vida en alianza

Renovación de la Alianza de Amor, en Santa María – RS

BRASIL, Santa María, Hna. M. Nilza P. da Silva •

La noche del 18 de abril reúne cerca de 500 peregrinos, junto al Santuario Tabor en Santa María-RS, para renovar la Alianza de Amor. Antes de comenzar la Misa presidida por el P. Mario Cesar Amaral, padre pallottino, párroco de la Parroquia Nuestra Señora de los Dolores, a la que pertenece el Santuario, da la bienvenida a los presentes, citando el nombre de cada ciudad desde donde ellos vinieron. Sorprende la gran cantidad de ciudades representadas y que pertenecen a seis estados del Brasil.

Al iniciar la celebración en el Auditorio del Centro Mariano, aumenta aún más el número de los presentes, pues todo el mundo está representado por medio de una Peregrina Auxiliar que entra trayendo a todos los que reciben a la Virgen Peregrina en los cinco continentes. La Carta de Santa María y la imagen de la Sagrada Familia hacen presentes a todas las familias que pertenecen a Obra de Schoenstatt y a las asistidas por ellas.

Tabor para el mundo

El Tabor que se extiende por el mundo y renueva la Alianza es invitado, por el P. Mario para ser testigo de la resurrección de Cristo. «Nosotros Creemos y proclamamos que Cristo ha resucitado. Renovamos la Alianza de Amor conscientes de que la Santísima Virgen está siempre unida a su Hijo y que somos continuadores de su misión. ¡Somos iluminadores, testigos de Dios presente, dondequiera que estemos! «Unidos a Cristo Eucaristía, todos seguimos para el Santuario Tabor, el primero en tierras brasileñas y la segundo Santuario filial en todo el mundo. Allí, la vida en unidad con Cristo resucitado se torna simbólica por medio de la Pira de José Engling, rellena de papelitos, en los que muchos representan su esfuerzo en la autoeducación, para irradiar la imagen de Cristo.

El presidente de la celebración motiva para que todos los presentes «se sientan envueltos en los brazos amorosos de la Madre» y Sandro Santos de Santa María, participa con los cientos de aliados, delante del Santuario. Su atención se vuelve enteramente a la Madre y él le dice que está presente aquí «para renovar la Alianza de Amor con la Santísima Madre y Reina, para estar junto a ella, renovar el amor que siente por ella y pedirle que cuide de su familia y de toda la gente».

Este estar envuelto en el amor divino es propio del Tabor. También Pedro, Santiago y Juan experimentaron esta atmósfera sagrada de profunda alianza con Cristo transfigurado y, por eso se sentían como en casa, «Qué bueno es estar aquí», dice Pedro, en nombre de los demás.

Para un mundo Tabor

Participar del Tabor da fuerzas para dar testimonio de que Cristo está vivo. Mientras la oscuridad se ilumina por las llamas de la Pira de José Engling, todos se consagran nuevamente a la MTA. Denise Antonelo, también de Santa María, fue acompañada por sus conocidos y su familia. Ella vive cerca del Santuario y dice: «Me encanta venir aquí y es muy importante renovar la Alianza. El Santuario es mi segunda casa, porque aquí es un lugar donde la gente se encuentra»

Encontrarse es propio de quien se entrega

Don João Pozzobon es testigo de eso. Él, que se ha santificado a partir de este Santuario de la Reina de la Filialidad Heroica está muy presente en esta celebración, sobre todo por la presencia de su hijo y nietos, que no pasan desapercibidos por el grupo de la Liga de Mujeres de Schoenstatt, procedentes de varios estados de Brasil. Ser fotografiado junto a Humberto Pozzobon, el hijo que más se parece físicamente a su padre, es conservar parte del momento de gracias de esa noche, así también al ser enviado como misionero para que todo el Brasil se convierta en un Tabor, en el que Cristo Resucitado vive y reina para siempre.

Fuente: www.maeperegrina.org.br

Original: Portugués. Traducción: Kikito Vázquez, Asunción, Paraguay/Susana Llorente, Buenos Aires, Argentina

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