Publicado el 2010-04-26 In Vida en alianza

Para conocer la casa de aquella a la que tanto amó

Leonora Helena Dias Mestrener, sua filha Lina e o genro Rodolfo de Almeida CoutoBRASIL, Hna. M. Nilza. Leonora Helena Dias Mestrener, su hija Lina y su yerno Rodolfo de Almeida Couto, llegaron desde Araçatuba/SP, tras un viaje de seis horas en automóvil. Para alcanzar a la misa de 7 AM con las Hermanas, viajaron el día anterior. «Vinimos a encontrarnos personalmente con la Madre en el Santuario». Así dice con emoción la señora Leonora. Ellos están impresionados con la cantidad gente que llega sin parar. Visiblemente contentos cuentan su historia:

 


a Mãe, Rainha e Vencedora Três Vezes Admirável de SchoenstattCuando la señora Leonora era una niña, en su cuarto había un cuadro de la Santísima Virgen cuyo nombre e historia nunca conoció. Pero a ella le gustaba esa imagen y rezaba muchas veces ante de ella.

Pero el tiempo pasa y la vida cambia. La pequeña Leonora se hace joven, se casa y se cambia de casa. Pero no cambia en su corazón el amor a María, con la que ella sigue vinculada. Ella ya no tiene esa imagen en la pared de su cuarto, pero sí Ella permanece muy viva en su corazón. ¿Cómo encontrar una imagen cuyo nombre no sabemos? De vez en cuando conversa el tema con su hija Lina, quien quisiera dar esa alegría a su madre, pero no hay forma de penetrar en su corazón y ver cuál es esa imagen de la Santísima Virgen que ella tanto quiere. Y la vida sigue…

Lina también se casa y va a vivir a un departamento. Una vecina le pregunta su quiere recibir la visita de la Madre y Reina en su casa, y ella, con el amor que ha heredado de su madre, responde prontamente que sí.

Es en la casa de su hija Lina donde la Sra. Leonora se encuentra con la imagen de sus recuerdos y nostalgias… La emoción en grande. La Madre del cuadro de su infancia que vive grabada en su corazón está delante suyo: ¡ es la Madre, Reina y Vencedora tres Veces Admirable de Schoenstatt! Desde este momento todo se aclara: su nombre y su historia… Pero en su corazón, Leonora aún no está tranquila: ¡Esa Madre tiene una casa y ella quiere visitarla! Ahora la hija puede ayudarla y planifican la peregrinación de seis horas.

«Ayer, cuando allí en el camino si su imagen grande (una enorme imagen peregrina en el estacionamiento del Santuario), me emocioné muchísimo!» revela la señora Leonora. Hoy es un día muy especial en su vida y su hija Lina no cabe en sí de alegría: Leonora se ha encontrado personalmente con Aquélla con quien conversa desde su infancia. Hoy, ella puede entrar en su casa, saber más de su historia, agradecerle su compañía durante tantos años y vivencias: la madre y Reina acoge a cada uno en su casa de personal. Leonora experimenta entonces que, incluso sin saberlo, ella es parte de una inmensa familia: la gran Familia de Schoenstatt, en la que los peregrinos tienen un lugar muy especial. Y, como la mayoría de quienes llegan al Santuario ella puede decir: «¡Vengo a la casa de mi Madre porque Ella me visitó primero, y me llevo como regalo las gracias especiales del Santuario: el cobijamiento, la transformación interior y el celo apostólico!».

Fuente: www.maeperegrina.com.br

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *