Publicado el 2010-04-25 In Vida en alianza

¡Cayeron las cadenas!

Dachau-Wallfahrt am 6. AprilALEMANIA, Hna. M. Margarita Seiser. «Cayeron las cadenas»: con este lema, aproximadamente cincuenta personas participaron en la Sta. Misa de acción de gracias celebrada en la Iglesia de las carmelitas, situada junto al campo de concentración de Dachau, el 6 de abril, lunes de Pascua, con motivo del 65º aniversario de la liberación del Padre Kentenich de esa prisión. La mayoría de los peregrinos provenía de los alrededores del Centro de Schoenstatt Canisiushof, cerca de Ingolstadt. Pero también los había de las diócesis de Augsburgo y de Munich, entre ellos cuatro sacerdotes.


Fundamente des sogenannten "zweiten Tores"Muchos peregrinos visitaban por primera vez el campo de concentración. Por ello manifestaron un gran interés por el recorrido. A las 11,00 hs. partieron desde los cimientos expuestos de la antigua guardia, la «segunda puerta» que atravesó el Padre Kentenich el 6 de abril de 1945 en camino a la libertad. Ese año, el día de su liberación fue el viernes después de Pascua. Por eso el tiempo pascual de este 6 de abril trae hermosos recuerdos. Ello provocó que las impresiones terribles y opresivas, fueran iluminadas por la luz del sol pascual. La Hna. Marika, de Munich, guió un grupo. Los que visitaban por primera vez el lugar, fueron acompañados por la Hna. M. Elinor, que desde hace unos meses se ha convertido en una referente para las visitas guiadas a Dachau, solicitadas frecuentemente por los schoenstattianos que quieren conocer este lugar tan importante en la historia de Schoenstatt y la vida del Padre Kentenich.

En el nuevo centro de recepción se puede almorzar o visitar la librería que está al lado.

También deben caer las cadenas de los corazones

Pfr. SchmidtEn la celebración eucarística se pudo sentir claramente el júbilo de la resurrección. La presidió el P. Schmid y concelebró el P. Otto Maurer. La Santa Misa tuvo un marcado acento pascual.

En la homilía, el P. Schmid señaló que el 6 de abril es también el aniversario de la Madre tres veces Admirable, pues en ese día – en el año 1604 – el P. Rem tuvo una especie de visión en la que la Sma. Virgen le manifestaba que «Madre Admirable» era su advocación predilecta. Corresponde que se lo agradezcamos si pensamos en la detención del Padre Kentenich en Dachau y en su liberación. El P. Schmid se detuvo especialmente en esto. Dijo, entre otras cosas:

«¡Cayeron las cadenas! Resuene en las voces de todos un jubiloso cántico de gratitud, que se eleve desde los santos recintos de Schoenstatt» («Hacia el Padre» Nº 612). Esta primera estrofa del «Cántico de gratitud» expresa nuestro estado de ánimo y es el motivo fundamental de nuestra visita a Dachau… Después de más de medio siglo, es oportuno agradecer por la liberación del Padre Kentenich de esta ciudad de paganos, de esclavos, de engaño y de muerte… Había muchas posibilidades de que su detención hubiese tenido un desenlace fatal. Por eso: ¡cayeron las cadenas!…

Cuando se reflexiona sobre los textos que envió clandestinamente a Schoenstatt desde la celda donde estaba prisionero, y si se mira profundamente en el corazón de nuestro Padre, entonces muy pronto quedará claro que el Padre Kentenich pensó en grandes conexiones y vivió en los ámbitos más amplios. Me arriesgo a decir que él, al mencionar a las cadenas, no se refirió solamente a las de hierro… Pensó mucho más en los múltiples enredos del corazón, que le quitan al ser humano la libertad intelectual y espiritual… Siendo prisionero, escribe desde lo más hondo su corazón: ‘Lo más valioso que tiene el hombre es su libertad. Ofrezco esta libertad con sincero y ardiente amor, para que el querido Dios le regale a la Familia – para todos los tiempos – el espíritu de libertad de los hijos de Dios que tanto anhelo…’.

Querida Familia de Schoenstatt, ¿ustedes sienten que… se acentúa la importancia de nuestro viaje a Dachau en este alto nivel de fe?… La lucha gigantesca para defender la libertad tendrá un final victorioso si hacemos de la entrega total a la Madre tres veces Admirable, y por medio de Ella, al Dios Trino, el contenido de nuestra vida…».

Dachau fue también un lugar de encuentro para la jornada ecuménica de la Iglesia

Am Block 26Después de la Santa Misa se reunieron en el bloque Nº 26 – quedan solamente los cimientos – donde estuvo prisionero el Padre Kentenich y rezaron por su beatificación.

Algunos visitaron aún la iglesia – evangélica – de la Reconciliación, el seminario, y vieron allí la página del libro de recuerdos donde figura el Padre Kentenich como «Prisionero Nº 29392». Cuando iban hacia el crematorio, echaron una mirada a la impresionante imagen del altar de la capilla ortodoxa «Cristo resucitado en las calles del campo de concentración». Finalmente se reunieron para ver la película «Arca y faro» en el ámbito del seminario del memorial. Es algo hermoso ver, de pared a pared, a la MTA en su trono como «Reina del campo de concentración» y la foto del Padre Kentenich.

También estuvieron representados los schoenstattianos en Dachau el 13 de marzo, aniversario de su llegada a Dachau en 1942. Se trataba de una peregrinación organizada por la orden de los Marianhill, en Würzburg. Uno de ellos, el P. Engelmar Unzeitig, también estuvo prisionero en Dachau y falleció en marzo de 1945 a causa de haberse contagiado por cuidar voluntariamente a los enfermos de tifus. Este año será beatificado. En este viaje participaron algunos schoenstattianos y fueron guiados en el lugar por una Hermana de María.

Durante la jornada ecuménica de la Iglesia, el antiguo campo de concentración de Dachau se transformó en un lugar de múltiples ofrecimientos.

Traducción: aat, Argentina

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