Las misiones viven…

ALEMANIA, Hna. M. Anrika Dold. Cuando se hace un viaje hay algo para contar. Sobre todo cuando no es cualquiera quien hizo el viaje sino la Tercera Auxiliar Internacional, esto es, la tercera copia exacta de la que llevaba Don João Pozzobon, enviada a fuera de Brasil. Una acompañante muy especial que tuvo el grupo de jóvenes que realizó sus primeras misiones * – en 2009 – en Alemania, en Ginsheim, diócesis de Maguncia: ¡la muy viajera Imagen Auxiliar internacional!

La Auxiliar, que fue enviada el 17 de diciembre de 1986 desde Santa María, Brasil, fue bendecida por el Papa Juan Pablo II y peregrinó en primer lugar en la Argentina y demás países de Latinoamérica. Luego llegó a Schoenstatt, estuvo en 2004 en la inauguración del Santuario de Belmonte, en Roma, y en la Jornada Mundial de la Juventud, en Colonia, Alemania.

De 2007 a 2009 fue enviada a Burundi como la gran Mensajera de la paz y allá acompañó a muchas peregrinaciones por la paz.

Entretanto ya se han hecho dos reuniones en preparación para las próximas misiones que tendrán lugar en 2010 en Alemania – pues rápidamente quedó claro que este proyecto continuará en el futuro – y no podía faltar la Imagen Auxiliar.

En el segundo encuentro, que se hizo en Dietershausen entre el 12 y el 14 de febrero de este año, todo el grupo le hizo un regalo a «su» Imagen Auxiliar: el sábado a la tarde, dentro de un momento de oración muy emotivo, se le colocó a la Auxiliar una plaqueta con la inscripción:

Misiones: vivir la fe
Primeras Misiones en Alemania
Ginsheim, 28-8 – 6-9-2009

Las misiones: como perpetuo y visible recuerdo

Fue un momento emocionante cuando Lisa, con la plaqueta en sus manos, le agradeció por todo a la Mater, especialmente por las primeras misiones que se pudieron hacer en Alemania. ¡Y a partir de ese momento las primeras misiones están recordadas visiblemente, para siempre, en la Imagen Auxiliar, como desde ya en los corazones de cada misionera o misionero!

Por supuesto hubo que tomar inmediatamente una foto con todo el grupo, arremolinado en torno a la Auxiliar.

¿Qué es Schoenstatt? ¿Misiones? ¿Qué hacen ustedes en ellas?

Todo lo que los jóvenes reflexionaron y vivieron en común en ese fin de semana, se centró en torno a este punto central.

El viernes por la noche comenzaron con una intensa rueda de intercambio, en la que cada uno contó como se prolongan las misiones en su vida cotidiana, pues las misiones no se hacen solo una vez, sino los 365 días del año.

Por ejemplo, Lisa contó:
«En Marburg, donde estudio, existe también un grupo de universitarios católicos, pero nunca logré ir a un encuentro. Solamente a una u otra de sus Santas Misas. Entonces me propuse hacer algo en el siguiente semestre, para estar desde el comienzo… hasta que descubrí este cartel:

«La tarea misionera de la Iglesia.
¿Cuál es la tarea misionera de la Iglesia?
¿Están obligados los católicos a ser misioneros?
¿Hay que ir a la jungla para ello?
¿Está pasada de moda la misión? ¿Cómo participar hoy en una misión? ¿Es posible la misión?».

Me quedó muy claro: tengo que ir, sí o sí a este encuentro. A pesar de las muchas obligaciones de esa semana TENÍA que ir a esa conferencia. Y así, la tarde del miércoles estaba sentada entre los miembros del grupo de universitarios católicos, aún desconocidos para mí, con mucha curiosidad por lo que iba a pasar. Durante la conferencia no podía quedarme quieta en mi silla, mi corazón daba saltos…

Todo el tiempo la misión fue presentada como un «Proyecto del futuro» en el que trabaja la Iglesia, en el que debe avanzar como un modo de «visión» para cada católico. ¡Esta conferencia correspondía exactamente a lo que nosotros experimentamos y vivimos en nuestras misiones!

Me pareció que todos eran medio escépticos. «¿Cómo se piensa hacer? ¿Que vayamos entonces de puerta en puerta?», fue una de las primeras preguntas…

Solamente sonreí y les conté que en este verano iría a mi cuarta misión (¡realmente serán cuatro!), y ciertamente aquí, en Alemania: ¡zas! Todas las miradas cayeron sobre mí: asombro, sorpresa, interés. «Ah, así parece ser una misionera…».

Entonces les conté brevemente lo que hacemos… Después de la exposición oficial, los participantes formaron fila ante mí y todos querían saber: ¿qué es Schoenstatt? ¿Qué son las misiones? ¿Cómo las hacen ustedes? ¿Podrías volver a visitarnos?

Algunos disponían aún de más tiempo y entonces nos reunimos en una acogedora sala y conversamos largamente sobre las misiones…
Queremos unirnos en un pequeño círculo de oración, y quizás en el semestre de verano organicemos algo en Marburg para hacer una pequeña misión en la ciudad. ¿No es genial?
Y esto ¡en la «diáspora» de Marburg! Si, misiones día tras día. … es increíble como la MTA nos ha hecho un regalo gigantesco en medio de todo el embrollo del estudio».

Y de este modo se pudieron relatar aún muchos ejemplos en esa ronda de intercambio. Todos podían sentir ¡las misiones viven! ¡En medio de la vida cotidiana y entre nosotros mismos!

Es decisiva la apertura de los misioneros

El sábado a la mañana continuó con dos conferencias dictadas por oradores invitados por los jóvenes: en primer lugar saludaron a la Sra. Irene Ziegler, de Fulda, que presentó unos resultados del reciente estudio sobre los diferentes segmentes de la población de Alemania. Inicialmente encargado por instituciones económico-políticas, este estudio se ha transformado en un eje de planificaciones pastorales de la iglesia en Alemania, ayudándola a definir su estado actual. Interesante fue, entre otras cosas, saber lo que personas de diferentes segmentes esperan de la Iglesia, de la parroquia (y por consiguiente de nosotros, en Schoenstatt).

Al llamar a la puerta de una casa ya se puede reconocer a cual segmento pertenecen las personas que allí viven. Esto puede ser algo útil como punto de partida para los misioneros en cuanto al modo de comenzar el diálogo. Pero es y sigue siendo la gran fortaleza de la juventud la apertura ante la gente, sea cual fuere el segmento al que pertenezcan, o que estén cercanos a la Iglesia o alejados de ella.

En la segunda conferencia, el P. Peter Göttke – del Instituto de los sacerdotes diocesanos de Schoenstatt – mostró, en forma impresionante, lo que sucedió en una parroquia cuando llegaron a ella veinte jóvenes misioneros motivados y entusiasmados. Lo experimentó por sí mismo cuando era vicario en una parroquia, junto con la comunidad Emmanuel. Conversando con él, pudimos tomar nota de muchos consejos valiosos para las próximas misiones.

En marcha con Ella, la Gran Misionera

A la tarde se manifestó la gran necesidad de conversación y de intercambio, en el que se aclaró lo bueno que es tener un perfil propio en las misiones, la gran fortaleza de la comunidad, lo que significa el marchar juntos, el caminar en común. Y sobre todo también el caminar en alianza con Ella, la Gran Misionera, la MTA de Schoenstatt.

Pero también hubo un lugar para la diversión, pues era el fin de semana de carnaval. Así esa noche fue largamente festejada en común, con juegos, danzas y risas…

«Hubo un momento, el domingo a la mañana, en el que no sabíamos como continuar, y entonces llevamos la Imagen Auxiliar desde el Santuario y le entregamos todo a Ella», cuenta una misionera. «Fue un momento fuertísimo, me imagino que fue así en la «hora de la gracia 2014″ en la Conferencia 2014».

El domingo a la mañana, después de la Sta. Misa comunitaria, decidieron el lugar que la Mater ha elegido como «meta» de las misiones 2010.

Queridos lectores y lectoras, lamentablemente aún no podemos revelar cual es el lugar, pero todos están invitados a rezar desde ahora con el grupo, por todas aquellas personas que se encontrarán este año con la Mater y sus instrumentos altamente motivados.