Publicado el 2009-08-26 In Vida en alianza

Reina de la Paz y la Reconciliación

Burundi, 15 de agosto de 2009: Un chico de Congo llevando la corona  Foto: Hna. Lisette SeitzerBURUNDI, P. Paul Zingg/mkf. El 15 de agosto la Familia de Schoenstatt de Burundi, junto con unos 30.000 peregrinos y figuras de la política y la Iglesia, coronó a la Virgen en el Santuario del Monte Sion Gikungo de Bujumbura como reina de la paz y la reconciliación. El evento fue una fiesta con muchos símbolos de un profundo deseo de reconciliación, así como una petición por una paz verdadera. Una fiesta que lleva unos 3 años de planeamiento, que culminó con unas impresionantes peregrinaciones por la paz presididas por la Auxiliar Internacional. El padre Paul Zingg escribió: «Nosotros hemos dejado señas claras, que con este día se dejan ver por medio de una obra especial de Dios y de la Virgen». Testigo de esto fueron muchas personas alrededor del mundo, quienes siguieron desde sus computadoras la transmisión en vivo del evento que duró algunas horas.

Compartimos el informe y testimonio del Padre Paul Zingg:

eregrinos desde todo Burundi y los países vecinosLo que primero causó una fuerte impresión fue la gran concurrencia de peregrinos del interior del Congo durante la celebración de la Vigilia el 14 por la t arde. A las 4:00 p.m se celebró un concierto por la paz con la participación de diferentes grupos del Monte Sion, que alegró a los peregrinos con canciones y bailes originales. Ya desde ese momento se encontraban llenas la iglesia de los peregrinos y el anfiteatro. En la celebración de la Eucaristía al final había más de 10.000 personas. Al día siguiente se esperaba que la cantidad de peregrinos fuera más del doble, unas 30.000 personas según el cálculo de algunos. Me costó muchísimo abrirme paso hacia la iglesia en el medio de la multitud. Incluso me surgieron algunas inquietudes: ¿Irá a alcanzar el agua? ¿Cómo se irán a alimentar tantas personas? ¿Adónde irán a pasar la noche? Pero todo salió ordenado y al pie de la letra, tanto en la noche como a la mañana siguiente. Muchos pasaron la noche rezando, dormían en el pasto seco, en las bancas de la iglesia en sillas… En fin, una verdadero milagro.

Lo que apenas soñábamos hace algunos años por fin se hizo realidad

La participación de la policía y el ejército durante la fiesta de la coronaciónOtro milagro fue también para mí la participación de la policía y el ejército durante la fiesta de la coronación. Lo que apenas soñábamos hace algunos años se hizo por fin realidad: los tres grupos armados, la Guardia Nacional y dos grupos rebeldes (CNDD y FLN), quienes hace poco se unificaron, se encontraban juntos en armonía. Los militares se formaron cerca del hospital militar y marcharon un kilómetro en procesión hasta el Monte Sion, liderados por una música de vientos que acompañó la Santa Misa. En los rangos superiores se encontraban adornados con sus uniformes altos oficiales de los tres grupos. Lo que más me impresionó fue que los oficiales al final del evento cargaran juntos hasta el Santuario la imagen de la Virgen recién coronada, como si fuera el Arca de la Alianza, un verdadero milagro.

Expresar la culpa, experimentar el perdón

Durante la Misa

La Misa del 15 de agosto, en la cual se iba a coronar a la Virgen como Reina de la Paz y de la Reconciliación, contó con la presencia del arzobispo de Bujumbura, al igual que un amigo obispo de Ruanda, el Obispo Philippe de Butare, así como con la presencia de 50 sacerdotes, altos políticos y militares, entre ellos el vicepresidente de Burundi, y peregrinos de Congo, Ruanda y Tanzania. Un Coro swahili de Kigoma, Tanzania, enriqueció la Santa Misa con sus rítmicas y típicas canciones.

En el acto penitencial se pidió concretamente perdón a Dios: por parte de un político, de una Hermana y una familia. Luego de la absolución los sacerdotes fueron enviados con agua bendita para rociar sobre los fieles. Una clara señal del cielo se mostró luego de que los Obispos pronunciaran el Amén: se largó una lluvia ligera en medio de la época seca, que saludó con gran alegría a la multitud. A su vez, la multitud se dejó mojar por la llovizna con paciencia para luego secarse al sol.

Recibe la corona

CoronaciónEl momento de la coronación, antes del ofertorio, estuvo acompañado de una canción mariana interpretada por los militares, seguida por una canción al Espíritu Santo y las Letanías de los Santos. Luego el arzobispo procedió a coronar a la Virgen con la valiosa corona – bendita por el Santo Padre en Roma – lo que fue agradecido con un calurosísimo aplauso. Seguidamente se pronunció la oración de coronación dando gracias por la protección en tiempos de necesidad, y la expresión de fe en el poder de intercesión de la Santísima Virgen de cara al futuro. El Coro de San Nicolás de Flüe cantó maravillosamente bien el himno de la Coronación. A través de una popular canción a María, la multitud tuvo la oportunidad de expresar su alegría. En la procesión de las ofrendas, se llevaron al altar, además de muchas ofrendas naturales, la bandera de Burundi y un globo, señal del anhelo por la paz, que se podía sentir con claridad.

Bajo la protección de la Reina de la Paz

Una experiencia singular se vivió luego de la comunión. En un momento de silencio previo a la canción de acción de gracias, sobrevino una fuerte inquietud entre la multitud congregada afuera de la Iglesia. Podían verse brazos en alto señalando en una misma dirección que pronto movieron todos de un lado a otro expresando su felicidad. También los fieles dentro de la iglesia empujaron para salir afuera. ¿Qué sucedió? ¿Un milagro? Luego contaron algunos testigos que indudablemente se había presenciado un fenómeno: el sol se movió y se pintó de azul. El fenómeno duró algunos minutos. No fue sencillo para el Arzobispo tranquilizar a la multitud.

Peregrinación al SantuarioLuego de casi 4 horas de celebración se escucharon dos discursos: uno corto en nombre de la Comunidad de los Padres y el Movimiento de Schoenstatt y otro más largo por parte del vicepresidente, quien expresó su alegría y habló seriamente a los políticos.

A continuación vino la procesión al Santuario con la imagen coronada y portada en hombros por cuatro oficiales. Una vez en el Santuario el arzobispo saludó una vez más, junto con los fieles, a la Reina coronada implorándole su protección a los peregrinos y al país. A la salida se sintieron algunas gotas cayendo del cielo. ¿Nuevamente una señal de aceptación de nuestra coronación?

Más que una fiesta

La recepción tuvo lugar en el Centro de las Hermanas. El servicio transcurrió sin dificultad y no faltaron ni cerveza ni vino de acuerdo a la costumbre burundesa. El rito tradicional de bebida que consta de un barril de cerveza de sorgo con pajitas para beber en señal de unidad fue iniciado por el Arzobispo con dos ex presidentes de Burundi y el Padre Deogratias. Este símbolo se encuentra al lado de los tambores del rey y los anillos nupciales en la corona. EL padre Deo fue durante tres años rector del Santuario y, en trabajo conjunto con muchos voluntarios, el inspirador de esta maravillosa coronación. En su discurso agradeció a todos los participantes y felicitó a todos los peregrinos del Monte Sion por aportar a la celebración con todos sus trabajos decorativos al igual que por la corona realizada con medios propios y con mucho trabajo personal. ¡Algo verdaderamente asombroso!

En el Santuario de Mont Sión GikunguLa alegría de esta viva coronación siguió manifestándose todavía días más tarde también. Fue un acontecimiento profundamente religioso y social. El anhelo por la paz y la reconciliación se pudo expresar de una forma muy concreta y el gran amor a la Santísima Virgen era claramente palpable. Esperamos que se recojan muchos frutos de este evento en el día a día y que el Santuario se convierta aún más en una fuente de paz y reconciliación.

Traducción: Josef Sauter, Costa Rica/mca, Argentina

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Burundi, 15 de agosto de 2009: Un chico de Congo llevando la corona  Foto: Hna. Lisette SeitzerBURUNDI, P. Paul Zingg/mkf. El 15 de agosto la Familia de Schoenstatt de Burundi, junto con unos 30.000 peregrinos y figuras de la política y la Iglesia, coronó a la Virgen en el Santuario del Monte Sion Gikungo de Bujumbura como reina de la paz y la reconciliación. El evento fue una fiesta con muchos símbolos de un profundo deseo de reconciliación, así como una petición por una paz verdadera. Una fiesta que lleva unos 3 años de planeamiento, que culminó con unas impresionantes peregrinaciones por la paz presididas por la Auxiliar Internacional. El padre Paul Zingg escribió: «Nosotros hemos dejado señas claras, que con este día se dejan ver por medio de una obra especial de Dios y de la Virgen». Testigo de esto fueron muchas personas alrededor del mundo, quienes siguieron desde sus computadoras la transmisión en vivo del evento que duró algunas horas.

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