Schoenstatt, Bernadette y Norbert Weweler •
El 22 y el 23 de octubre de 2015, los sacristanes del Santuario Original, Norbert y Bernadette Weweler recibieron la visita de un grupo de su ciudad natal Gütersloh-Spexard. Después de casi dos años al servicio de la sacristía en el Santuario Original, existía un gran interés de saber cómo y dónde viven los “antiguos habitantes” y si “acaso ellos estarán contentos allí”.
Además de la parte turística (Deutsches Eck – lugar en el que confluyen el Rin y el Mosela, teleférico, Ehrenbreitstein) , también había que visitar los lugares en Schoenstatt. En el Santuario Original, hubo una pequeña oración y junto a la plaza de peregrinos, los Wewelers pudieron relatar algo de la “historia de su vocación”, como también sobre el Fundador, el Padre José Kentenich y sobre la historia de los 101 años de Schoenstatt. Se unió al grupo el Hermano de María Helmut Großelanghorst, quien, al igual que los sacristanes, es también oriundo de esa ciudad y había llegado ya en 1983 a Schoenstatt. Más de un visitante estaba sorprendido de volver a verlo en este lugar.
Misa Festiva con el Obispo Oberbeck
La Hermana Sophia Brüning contribuyó el domingo con la ayuda de prácticos y vivos ejemplos, hablando sobre la fe en la Divina Providencia, la fundación, el Padre Fundador y sobre la Iglesia de la Adoración. Durante la fiesta internacional del encuentro en la Casa de Peregrinos, que justamente se realizó ese fin de semana, los visitantes de la región de Spexard pudieron conocer muchas otras culturas, cantos extranjeros, bailes y costumbres. Con la Misa Festiva de ese domingo en la Iglesia de Peregrinos, presidida por el Obispo Overbeck de la ciudad de Essen, se completó el programa, sobre todo porque la celebración fue en varios idiomas y acompañada de cantos modernos, bailes y percusión.
Un valioso encuentro
En la tarde del domingo, los casi 60 visitantes partieron de Schoenstatt y emprendieron el viaje de regreso de varias horas, luego de ser despedidos personalmente por Norbert y Bernadette Weweler y Helmut Großelanghorst. Todos coincidieron que el encuentro fue algo muy valioso y que les gustaría repetir la visita. Y los de Spexard estaban de acuerdo en que “¡habían elegido el lugar justo para los Weweler…!”.
