Publicado el 2015-12-25 In Temas - Opiniones

Las huellas del Padre, semillas de originalidad

Por Agustín José Lombardi, argentino residente en Guarapuava, Brasil •

10356259_10203631958613279_1215256773196819627_nCuando hablamos de originalidad dentro del movimiento, nos referimos generalmente a características particulares del carisma y de la pedagogía de Schoenstatt. Rápidamente, en ese momento, vinculamos esa originalidad a la invitación del Padre y Fundador a María, para que se estableciera en el Santuario y desde allí derramara sus gracias, como intercesora. Sin embargo, después de cien años de historia podemos percibir que la originalidad de Schoenstatt se manifiesta en las características con las que el movimiento se desarrolla dentro de los países donde la cultura de la Alianza de Amor está presente.

Todas las intervenciones directas o indirectas realizadas por el Padre y Fundador, marcaron en los aliados una marca original. Su paso, físico o espiritual, por de las comunidades schoenstattianas alrededor del mundo, es una prueba fiel de este fenómeno. Basta mirar la reacción que los hitos históricos causaron en las familias de Schoenstatt más próximas. Todos estos eventos marcaron de forma singular y profunda la personalidad de aquellos que compartieron junto al Padre los procesos de crecimiento de la familia internacional de Schoenstatt. Hoy más que nunca, podemos afirmar que cuando todos los carismas del mundo se reúnen, podemos experimentar de manera casi completa el proyecto de Schoenstatt pensado por el Padre Kentenich. Esto es lo que ocurrió durante los festejos de los primeros cien años del Movimiento.

Cuando miramos el mapa mundial y las expresiones de fidelidad a la alianza de amor de la familia de Schoenstatt internacional, podemos identificar las huellas de la originalidad sembrada por el P. José Kentenich. Por un lado, el espíritu apostólico de Chile y la fidelidad histórica de Alemania. También observamos la fuerza pionera de Burundi y la responsabilidad social de Paraguay. La viva presencia del Padre en la Argentina y la energía creadora de Brasil. Estos son solo algunos de los rasgos que, a mi juicio, conforman la heterogeneidad de nuestra Familia internacional. Cada una de estas expresiones singulares, son algunas de las piezas fundamentales para completar el mosaico de la pedagogía de Schoenstatt, presentándonos la misión para los próximos cien años.

Muchas cosas han cambiado desde el tiempo de los primeros congregantes. Sin embargo, la meta de vivir en alianza continúa fortaleciéndose. Vivimos en la época de la información y del intercambio, y debemos aprovechar este momento para difundir y complementar nuestra manera de vivir la Alianza de Amor. De ninguna manera debemos perder las características originales de la identidad de cada familia, pero si dejarnos complementar por tantas cosas positivas que ya son una realidad en otros lugares del mundo. Así estaremos dando continuidad a la obra creadora de Dios que nos grabó a fuego una misión individual expresada en el ideal personal.

Este nuevo siglo es un tiempo para maximizar los talentos que recibimos como instrumentos de la creación, dándole al mundo y a la Iglesia lo mejor que somos y tenemos. Dios nos creó únicos e irrepetibles y el Padre José Kentenich identificó en esa diversidad un gran potencial para el desarrollo de un mundo nuevo. No dejemos nuestra luz escondida en nuestro interior, en nuestras comunidades o en nuestros países. Compartamos nuestros dones y aumentemos nuestras vinculaciones en todas las dimensiones para poder, de esta manera, vivir de modo pleno la originalidad de Schoenstatt.

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7 Responses

  1. HMA - Argentina dice:

    Uno de los aspectos más fascinantes en el desarrollo y la extensión mundial de Schoenstatt es el fenómeno de la inculturación. Proceso lento si quiere ser auténtico, que aporta riquezas inimaginables. ¡Nunca copiar, repetir, por un falso concepto de fidelidad! La copia mata la vida…»FIDELIDAD CREADORA» es la consigna.
    Un mínimo ejemplo: los Santuarios del Hogar en los países que conservan lúcida y conscientemente sus tradiciones. Los de Paraguay, por ejemplo, son para contemplar, agradecer, incorporarlos al propio acervo, interpretarlos y tanto más. Muchas gracias a tantos hermanos que cultivan sus tradiciones, que no copian, que participan de la creatividad de Dios, del Padre y Fundador, de toda la Familia de Schoenstatt. Otra vez: FIDELIDAD CREADORA, con acento muy especial en ambas palabras, por separado y armoniosamente unidas.

  2. Tita Ravera de Andras dice:

    Querido Agustín: en Austria el año 2015 ya se nos va y ha sido un lindo regalo haber leído tu artículo, gracias por compartirlo a través de este sitio maravilloso que es schoenstatt.org. Doy gracias al buen Dios por pertenecer a esta gran familia de Schoenstatt, tan colorida, variada, diferente. Gracias Agustín por recalcar esta diversidad que tenemos y que es como un milagro que a pesar de ella, nos unimos todos en la Alianza de Amor, en esa alianza solidaria que queremos llevar al mundo. Bendiciones para ti y los tuyos en este nuevo año que comienza y que nos unamos cada vez más utilizando los medios modernos de comunicación que tenemos a disposición, especialmente esta página de http://www.schoenstatt.org que nos une. Saludos desde los Alpes en la región de Salzburgo,
    Tita

    • Agustin dice:

      Tita, muchisimas gracias por tus palabras. Me alegro mucho de haber podido transmitir un sentimieno compartido por muchos de los que formamos partes e esta gran familia de Schoenstatt. Espero que este nuevo año que comienza sea además el año de la Misericordia un año de la Vinculación. Que la MTA nos mantenga siempe unidos en la Alianza e Amor. Un fuerte abrazo.

    • Gracias, Tita. Disfrutemos de la diversidad… Ha sido siempre la misión de schoenstatt.org trabajar para el intercambio. Espero que el Año Nuevo nos traiga más comentarios y diálogo !!

  3. Cecilia dice:

    ¡Gracias por tus palabras, Agustín! Gracias por captar esa originalidad del Movimiento manifestada de tantas maneras en tan diversos países. Como en la parábola de los talentos: que el Señor no nos encuentre enterrando lo que nos ha sido dado sino que lo hagamos fructificar en beneficio de los demás.

    • Agustin dice:

      De nada Cecilia, que juntos padamos multiplicar los talentos de esta gran familia internacional de Schoenstatt.

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